Cristóbal Colón, quien no tiene ningún parentesco con el descubridor de América, es psicólogo y fundador de la cooperativa La Fageda, una fábrica de yogures y otros productos lácteos, ubicada en La Garrotxa, una comarca catalana que se encuentra en la provincia de Gerona, España. La idea de montar una empresa surgió cuando trabajaba en un manicomio, y se encontró con la dificultad que tenían los enfermos mentales para conseguir una oportunidad de trabajo en el mercado ordinario. Fue entonces cuando, en el año 1982, decidió crear su propia empresa para generar tales oportunidades.
Hoy en día, en La Fageda trabajan 280 personas, de las cuales 180 padecen de alguna enfermedad mental. Cristóbal Colón considera que el trabajo puede ser un elemento esencial para el equilibrio de las personas y que, por tanto, constituye la principal terapia para aquellas que padecen trastornos mentales. Un trabajo de verdad, explica, “no un simulacro, ya que es necesario que esta gente pueda ver el resultado de su trabajo y cobrar un sueldo”. Considera que el trabajo, el sentirse útil y sentirse parte de un proyecto es algo imprescindible para la autoestima, la motivación y para encontrar el sentido de la vida.
Para Colón, la mejor forma de liderazgo es el sentido común, y cita a Platón para explicar que “se trata de tener cierta idea de qué es el hombre, el respeto y la dignidad, y saber que cada individuo es un misterio”. También comenta que “el sufrimiento es una gran escuela de la vida” y que “el dolor del alma es infinitamente mayor que el del cuerpo”, ya que, en su experiencia trabajando con enfermos mentales se maravilla ante la voluntad de los enfermos en seguir adelante a pesar de las circunstancias.
A pesar de la crisis, la empresa es rentable y genera alrededor de 14 millones de euros al año, con una producción de un millón doscientos mil productos a la semana. La cooperativa La Fageda es una empresa sin ánimo de lucro, que invierte sus ganancias en la infraestructura de la fábrica, la granja, y también cuentan con viviendas y programas de formación y ocio. El cuidado de las vacas, a las cuales considera las protagonistas de la empresa, es especial; escuchan música clásica durante muchas horas del día, para que den buena leche, ya que como dice Colón “de mala leche ya tenemos mucho”.
Afirma que no solo no les ha afectado la crisis, sino que, por el contrario, incluso hay empleados enfermos mentales que ahora son el sostén de algún hogar en paro. Además cumple con lo que llamamos la economía del bien común, donde el sueldo del que más gana no sobrepasa 20 veces el sueldo del que menos gana en la empresa. Es más, en el caso de La Fageda el que más gana no sobrepasa 6 veces el sueldo del que menos gana. Con esa política de sueldos, Colón pone en práctica algo que para él es fundamental, que es la coherencia, ya que entiende que “somos iguales en dignidad, pero tenemos unas capacidades distintas” y que “en la remuneración debe haber diferencias, debe haber jerarquías, pero dentro de lo sensato”.
La clave del éxito de esta singular empresa es, según dice su fundador, la alta calidad de los productos y no el hecho de que los trabajadores sean gente especial. Considera que han logrado triunfar no solo como empresa, obteniendo respuesta económica y ofreciendo un buen producto, sino también como actividad terapéutica y de inserción social.
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