Entrevistas — 1 de enero de 2013 at 00:00

Óscar Diego Bautista: «Tener mucho es estar confundido»

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Entrevistamos al politólogo mexicano-español Óscar Diego Bautista. Él es licenciado en Ciencias Políticas y doctor en Gobierno y Administración Pública por la Universidad Complutense de Madrid. Investigador, profesor y conferenciante, ha publicado numerosos artículos y libros sobre ética pública, buen gobierno y combate a la corrupción, entre ellos Ética para corruptos, así como la colección “Cuadernos de ética para los servidores públicos (números 1-15)”.
De charla clara, directa y afable, pudimos escuchar una ponencia suya en Palma de Mallorca: La vinculación entre ética y política en Aristóteles, en el marco del congreso organizado por la Sociedad Ibérica de Filosofía Griega. Y una charla titulada Ética para corruptos, donde exponía esta problemática tan acuciante para todo el planeta, junto a algunas propuestas muy interesantes.

¿Qué es la corrupción?

Hay muchas definiciones de corrupción, pero todas ellas se reducen a dos tipos:
Primero, la corrupción desde un punto de vista etimológico. Se refiere al significado mismo de la palabra. En su etimología, “corrupción” proviene del término latino “corruptio”, que significa alteración, es decir, modificación o descomposición de algo ya existente. Esta definición señala que en el momento en que una función es alterada de su cauce normal hay corrupción; por tanto, existe corrupción en aquellos actos que se realizan de manera indebida y fuera de la norma. Bajo este enfoque se obtienen beneficios en múltiples situaciones que están más allá de lo estrictamente económico. Actos de corrupción, en este sentido, serían el nepotismo, el acoso sexual y moral, la deslealtad o traición, el abuso de autoridad, la incapacidad para el cargo o la negligencia, entre otros.
Segundo, la corrupción desde un punto de vista específicamente económico. Se la caracteriza de este modo porque el elemento puesto en juego es el dinero. En el acto corrupto intervienen dos partes: el corruptor y el corrompido. Uno realiza una tarea o función, mientras que el otro requiere un servicio. Cuando el que necesita el servicio ofrece una recompensa, se convierte en corruptor y el acto se denomina soborno. Cuando es el encargado de la tarea o función quien solicita la recompensa, hablamos de extorsión.
En ambos tipos de corrupción existe un abuso y un aprovecharse del cargo que se ocupa para obtener algún tipo de beneficio. No obstante, es importante señalar que en ambos casos es en la versión económica donde los diversos instrumentos de control ponen mayor énfasis para combatirla, por ejemplo, mediante la creación de oficinas anticorrupción, procedimientos de rendición de cuentas, auditorías, etcétera.

¿Cómo se puede medir el nivel de corrupción?

Aunque existen diversas herramientas para intentar medir la corrupción, estas solo obtienen aproximaciones parciales. Se sabe que los datos que se registran constituyen un porcentaje mínimo con relación a lo que sucede en la realidad. Una analogía que ilustra esta situación es cuando enciendes un cigarro: se genera humo que se diluye en un instante. Numerosos actos de corrupción tienen lugar, pero de inmediato se diluyen sin dejar huella.

¿Es cierto que nunca ha habido tanta corrupción como en el siglo XXI?

Efectivamente. A partir de la década de los noventa del siglo pasado, después del llamado “Consenso de Washington”, se ha desarrollado una política neoliberal acompañada de una estrategia geopolítica mundial, mejor conocida como globalización o mundialización económica, que ha propulsado los niveles de corrupción.

¿De dónde surge la corrupción? ¿Por qué está en aumento?

Si bien existe una tipología de causas que motivan la corrupción, encuentro cinco causas básicas que la generan: 1) la codicia, 2) la avaricia, 3) el anhelo de poder, 4) la vacuidad o vacío existencial (dicho vacío es llenado mediante bienes materiales) y 5) la ignorancia, sobre la que Lao Tse escribió: “Tener mucho es estar confundido”. Efectivamente, en la sociedad contemporánea hay mucha confusión y desorientación.

Se cree que los países en vías de desarrollo tienen más corrupción, pero usted dice que EE.UU., Inglaterra y Suiza se encuentran entre los más corruptos. ¿Cuál es la razón?

Hay dos mitos de la corrupción que han caído. El primero se refiere a que es un mal exclusivo de los Gobiernos. Hoy sabemos que el sector privado, las empresas transnacionales, son un foco rojo de corrupción. Se sabe que el aceite que da vida al engranaje que mueve el comercio internacional, las inversiones directas e indirectas, etcétera, es la corrupción. Asimismo, si hablamos del sector social (ONG, fundaciones, confesiones religiosas), también encontramos casos de corrupción.
Los tres principales sectores de un Estado o nación son: el sector público, el sector privado y el sector social. Los tres están infectados por la corrupción.
Por otra parte, no soy yo quien afirma que los EE.UU., Inglaterra y Suiza se encuentran entre los países más corruptos, simplemente señalo los resultados de una ONG de los EE.UU. dedicada a la medición de la corrupción. Hay una explicación lógica. Estados Unidos e Inglaterra, países primos hermanos, con antecedentes de piratería, fueron luego cuna del capitalismo, promotores del neoliberalismo y dueños de las principales transnacionales. En el caso de Suiza, se trata de un paraíso fiscal dedicado a recibir las mayores fortunas del mundo sin importar el origen de esos recursos (lavado de dinero, tráfico de personas, narcotráfico, etc.).

¿Globalización es sinónimo de corrupción?

No necesariamente. La globalización o mundialización se refiere a cómo las distintas sociedades del mundo trabajan, se mueven u operan de manera cada vez más homogénea al poseer características similares en aspectos económicos, comerciales, financieros y culturales, así como en algunos estilos de conducta de sus miembros. De hecho, existen iniciativas globalizadoras muy positivas.
Sin embargo, la globalización económica no se comprende sin dos elementos fundamentales que la acompañan en su expansión: la oligarquía y el neoliberalismo, elementos que, como ya he mencionado, propician las prácticas corruptas por su espíritu usurero.

¿Qué papel juegan los ciudadanos frente a los políticos que ejercen el poder?

La ciudadanía tiene un papel importante siempre y cuando asuma su responsabilidad mediante un pensamiento crítico y una capacidad de acción.
Los gobernantes están donde están porque son elegidos mediante el voto de los ciudadanos. Pero si tenemos ciudadanos alienados, manipulados, desinformados y usados por líderes de opinión de algunos medios de comunicación, se convierten en instrumentos para legitimar a los gobernantes en sus cargos.
A veces es difícil contar con una ciudadanía que posea una cultura ética y política. Las democracias contemporáneas son resultado de una demagogia mediática que influye en la voluntad de los ciudadanos.

¿Cómo podemos generar una cultura ética? ¿Es la educación la solución?

Los grandes sabios y filósofos de la Antigüedad nos mostraron el camino. Si uno lee las lecciones de Sócrates a través de los Diálogos de Platón, los Tratados de ética de Aristóteles, los Tratados morales de Séneca y de Plutarco o las Meditaciones de Marco Aurelio, encontrará ejemplos de cómo construir una cultura ética.
Para generar una cultura ética en un país se requiere que un grupo de personas, conscientes de la importancia del alcance de la disciplina ética, ponga el tema en el debate público, en los medios de comunicación, para de esta manera comenzar a generar una conciencia colectiva que llegue a los jóvenes, a las escuelas, a las universidades, a los gobernantes y a los gobernados hasta lograr que se incorpore como una política de Estado.

¿Es necesario crear escuelas filosóficas o maestros de ética? ¿Hay ejemplos en algún país?

Sin duda las áreas de humanidades tienen una importancia fundamental en la formación de una cultura ética. Sin embargo, en la cultura tecno-científica contemporánea, las disciplinas que conforman el área de humanidades pasan a ser el patito feo, al ser etiquetadas de improductivas.
Sería óptimo crear al profesional ético, similar al Retor de la antigua Roma.
En el caso del gobierno de los EE.UU., en su Oficina Ética de Gobierno, existe la figura del Agente Ético.

¿Hay alguna oficina u organismo mundial ético, alguien capaz de arbitrar?, ¿sería posible crear uno?

En Alemania existe la Fundación Ética Mundial, que se dedica a la expansión de valores y cuyo titular es el gran teólogo y filósofo suizo, Hans Küng. La cuestión es que este organismo tiene un enfoque religioso que no convence a algunos sectores.
Por otro lado, existe una oficina de ética en la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), aunque, como sabemos, este organismo presta atención solo a las economías más desarrolladas del planeta.

¿Cree que sería posible hacer un examen de ética a los políticos?

Por supuesto que es posible, aunque creo que sería poco probable.

¿Cómo podría ser hoy la civilización si no hubiera corrupción?

Bueno, creo que eso sería una utopía. En general, la corrupción siempre ha existido, acompaña al hombre a lo largo de su historia. Pero cuando esta se reduce y se hace un uso adecuado de los recursos, las sociedades se desarrollan, no solo en lo material, sino en el sentido humano, cultural, espiritual.

¿Debemos aprender a ser más idealistas y menos pragmáticos?

La vida es un equilibrio dialéctico entre teoría y práctica. La cuestión es que desde el siglo XIX, con el positivismo, nos hemos centrado en lo material dejando de lado la parte interna del individuo. En ella se encuentra la reflexión, la deliberación, las cuales generan conciencia, en ellas se encuentran los valores que dan sentido a la vida. De lo que se trata entonces es de volver al equilibrio, al justo medio, a la sabiduría.

¿Se considera usted un utópico, un idealista?

Ni idealista ni utópico, soy humanista. Creo en la humanidad, en la capacidad y potencialidad para hacer cosas por nuestros semejantes. Los seres humanos somos seres sociales, animales políticos, como dijo Aristóteles. Nos necesitamos unos a otros, de ahí que la solidaridad, la cooperación, sean el pegamento que une el tejido social. Cuando el pegamento se desgasta, como sucede con el aumento del individualismo, el ser humano vive sumergido en la soledad y en la depresión, características de la sociedad contemporánea.

Sus cuadernos son didácticos y educativos, ¿cree que sus cuadernos de ética por todo el planeta podrían cambiar las cosas?

Me sentiría honrado si la colección Cuadernos de ética para los servidores públicos pudiera ayudar a cambiar algunas cosas. Ese es su fin, para eso se crearon. Me siento alegre porque, poco a poco, paso a paso, se están dando a conocer en diversos ámbitos y en diversos países. Con cierta frecuencia, me invitan a hablar sobre ellos. Además, han llegado al ámbito político y de gobierno, que es donde se encuentra la alta corrupción.

Muchas gracias por su atención. ¿Cuál es su próximo proyecto?

Tengo varios proyectos:
– Continuar con la ampliación de la colección Cuadernos de ética para los servidores públicos.
– Editar un nuevo libro sobre ética pública con la participación de profesores e investigadores de México y España.
– Realizar eventos académicos como Foros o Jornadas de Ética en el seno de los gobiernos (Congresos, Ayuntamientos).
– Impulsar la creación de instrumentos éticos de aplicación práctica en Gobiernos y Administraciones Públicas.
– Continuar con la divulgación de estos temas, para lo cual hago una atenta invitación a conocer este proyecto, y si coinciden en que es positivo se sumen a él y me auxilien en su divulgación. Necesitamos gente dispuesta a colaborar.

ENLACES:

Contacto con Óscar Diego Bautista:
http://www.uaemex.mx/cicsyh/inv_osc.html

Descarga gratis de los Cuadernos de ética para los servidores públicos:
http://www.contraloriadelpoderlegislativo.gob.mx/publicaciones.html

Otros enlaces:

Libros y artículos de Óscar Diego Bautista en la base de datos de la Universidad Complutense de Madrid que se pueden descargar gratuitamente:
http://eprints.ucm.es/view/people/Diego_Bautista=3AOscar=3A=3A.html

Descarga gratuita o para consulta de la tesis doctoral “Ética y gestión pública”.
http://eprints.ucm.es/7529/

Referencia sobre el libro Ética para corruptos:
http://www.edesclee.com/products.php/electronicos/ISBN9788433023155/cPath,8_96

Referencia al libro Ética y servicio público:
http://www.plazayvaldes.es/autor/oscar-diego-bautista/1378/

Audiovisuales recomendados:

“La corporación”, el papel de las multinacionales en la globalización.
“Inside Job” sobre el origen de la crisis financiera internacional.

Héctor Gil

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