Filosofía — 2 de febrero de 2007 at 23:29

Sé como el agua, amigo

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¿Quién era Bruce Lee?

«Vacía tu mente, se amorfo, moldeable, como el agua. Si pones agua en una taza, se convierte en la taza, si pones agua en una botella se convierte en la botella, si la pones en una tetera se convierte en la tetera. El agua puede fluir o puede aplastar. Se como el agua. Amigo mío, el agua que corre nunca se estanca, así es que hay que seguir fluyendo”.

Hace poco saltó a las pantallas de la televisión un anuncio de coches, producido por Álamo Films, que tuvo una gran repercusión y ha sido considerado por varias agencias de publicidad uno de los diez mejores anuncios de 2006. Este anuncio utilizó un fragmento de la llamada “entrevista secreta a Bruce Lee”, donde se muestra una mínima parte de sus enseñanzas. El anuncio (realizado por Allan Batievsky, director creativo, y Carlos Lanzón), resulta divertido para unos y curioso para otros, pero lo cierto es que el slogan aún corre de boca en boca, y se ha convertido en el detonante para que mucha gente joven conozca la figura y las ideas de este personaje que murió en 1973 en extrañas circunstancias.

Mucho se ha hablado de la vida de Bruce Lee, un verdadero mito de las artes marciales. Analicemos las principales ideas volcadas en aquella entrevista, pues siguen tan vivas y llenas de sentido como lo estuvieron en su tiempo.

El autoconocimiento

Bruce Lee afirmaba que, cuando enseñaba artes marciales, en realidad enseñaba autoconocimiento, y la gente no acudía a él para aprender a vapulear al prójimo, sino para saber expresarse a través de su cuerpo.

“Hay quien controla demasiado sus movimientos, pero con el exceso de control sólo se consigue estar demasiado preocupado por la ejecución.”

La idea era que cuando se descarga la mente de la responsabilidad de tener que controlar todo lo que hace el cuerpo, los movimientos fluyen libremente, con naturalidad, y esa experiencia permite al practicante conocerse a sí mismo.

Él se preguntaba: ¿cómo puedes expresarte sinceramente en cada momento? En realidad, para él, las artes marciales consisten en saber expresarse con sinceridad, algo muy difícil de conseguir. El artista marcial que logra esta sinceridad, no permanece en tensión, esta relajado, como ausente, pero atento a lo que pueda ocurrir, de esa manera:

“… yo no doy el golpe… el golpe se da solo”.

Bruce Lee criticaba los dogmatismos de las diferentes escuelas, pues este creerse en poder de la verdad, sobre las artes marciales, las enfrentaba. Quien seguía una u otra escuela se convertía en un producto de esa escuela, mientras que lo idóneo es no tener un estilo, expresión siempre de un esquema cristalizado y estático, de esa manera, rechazando ser producto de un estilo, se entraba en un proceso de crecimiento continuo.

La dualidad y su armonía

La idea de la dualidad en el ser humano también estaba presente en su filosofía de las artes marciales. Él afirmaba que, por un lado, está el instinto natural, que es irracional; y por otro, la necesidad de ser consciente y por lo tanto de controlar. En ese sentido, Bruce defendía que hay que combinar ambas tendencias en armonía, logrando un difícil equilibrio. Si te inclinas hacia el extremo de lo instintivo eres poco científico, la experiencia se escapa de las manos. Y si te inclinas al extremo de no confiar en ti mismo y querer controlarlo todo, entonces te conviertes en un autómata, en una máquina que ejecuta movimientos pesados y previsibles. Para él eso era perder, en gran medida, la condición de humano. Había que combinar bien ambas tendencias.

“… no se trata de ser puramente natural, o puramente innatural, el ideal es la innaturalidad natural, o la naturalidad innatural.”

Enfrentar los retos

Para Bruce Lee la vida era un proceso de autoanálisis lleno de retos y de crecimiento paso a paso, día tras día. Los desafíos tenían un significado, lo importante no es su dificultad sino nuestra reacción ante ellos, cómo nos dominan o son dominados por nosotros.

Si uno se siente seguro, a gusto consigo mismo, sin dudas, podrá enfrentar sin miedo los retos. Por eso hay que ser uno mismo, saber expresarse y tener fe en lo que somos, en nuestras posibilidades.

El mayor error que podía cometerse era buscar un personaje que tenga esas características e intentar imitarle.

“… la gente copia los comportamientos, y no empieza por la raíz de su propio ser, no se preguntan ¿cómo puedo ser yo mismo?”

La vida era para Bruce como un juego, una ilusión. No hay que dejarse cegar por ella, no hay que copiar moldes anteriores por muy buenos que sean, ni aprender de memoria enseñanzas dogmáticas que nos alejan de la frescura y espontaneidad propia del ser humano.

“Vacía tu mente, sé amorfo, moldeable, como el agua. Si pones agua en una taza, se convierte en la taza; si pones agua en una botella, se convierte en la botella; si la pones en una tetera, se convierte en la tetera. El agua puede fluir o puede aplastar. Sé como el agua. Amigo mío, el agua que corre nunca se estanca, así es que hay que seguir fluyendo”.

Por una vez podemos darle las gracias a la publicidad por rescatar del olvido esta inestimable entrevista. Aunque lo cierto es que cuesta recordar cuál era el modelo del coche anunciado, y es que, en esta ocasión, la enseñanza ha podido con la marca.

Bibliografía:
Tres entrevistas realizadas a Bruce Lee, “A Jhon little film”.
Anuncio de BMW, productora Álamo Films.

2 Comments

  1. Mente pensante

  2. Gracias por mantener las filosofías vivas.

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