“Siempre que conozco a un “extranjero” tengo la misma sensación: Estoy conociendo a otro miembro de la familia humana. Esta actitud ha profundizado mi afecto y aprecio hacia todos los seres. Que este natural deseo pueda ser mi pequeña contribución a la paz del mundo.” Dalai Lama
Los días 9, 10 y 11 de septiembre, Su Santidad el XIV Dalai Lama, Premio Nobel de la Paz en 1989 y líder espiritual del pueblo tibetano, visitó Barcelona. Revista Esfinge tuvo la oportunidad de escuchar dicha conferencia, de la que ha extraído una muestra de lo que dijo el líder espiritual de los budistas tibetanos. El acto principal tuvo lugar el segundo día, cuando dio una conferencia delante de miles de personas en el Palau Sant Jordi con el título “El arte de la felicidad”. El carácter de su visita ha sido meramente como impulsor de la paz y líder religioso, dejando de lado la problemática política del Tíbet.”No estoy buscando la independencia del Tíbet, ni mis acciones buscan su separación de la República Popular de China. Yo estoy por la autonomía, una autonomía genuina para el pueblo tibetano para preservar su distinta identidad y forma de vida”.
Este era el tercer intento de visita del Dalai Lama a Barcelona (el primero se anuló por presiones políticas chinas y el segundo por razones de salud).
En Barcelona, el Dalai Lama presentó su libro “El arte de la felicidad”, en el que expone su visión de cómo alcanzar una vida plena y feliz basada en unos principios que él mismo reconoce como universales: “Estamos hechos para buscar la felicidad. Y está claro que los sentimientos de amor, afecto, intimidad y compasión traen consigo la felicidad. Estoy convencido de que todos poseemos la base para ser felices, para acceder a esos estados cálidos y compasivos de la mente que aportan felicidad”.
Para este anciano de 72 años, una de las normas para ser feliz es la máxima estoica de no perder tiempo sufriendo por aquello que no tenga solución, pero si podemos arreglar algo para ser más felices, o hacer más felices a los demás, sencillamente hacerlo. Durante su visita a Barcelona también destacó la unión existente entre todos los seres humanos, insistiendo en cómo debemos vivir amando a la humanidad: “Siempre que conozco a un extraño tengo la misma sensación: estoy conociendo a otro miembro de la familia humana”.
A la pregunta sobre su opinión ante -la actual situación del Tíbet y la intromisión de China a la hora de escoger al siguiente Dalai Lama, sencillamente sonrió y expresó que no había venido a hablar de política a pesar de que en los últimos días el gobierno de China ha “prohibido” la reencarnación “no autorizada” de los lamas tibetanos. En su libro “La sabiduría del Dalai Lama” escribió “…nunca llegaré a odiar al pueblo chino. Siempre he animado a los tibetanos en el exilio a conocer a personas chinas; he hecho hincapié en pedir a los tibetanos que comprendan la distinción entre el pueblo chino y la política del pueblo chino.”
A pesar de toda la problemática del Tíbet, y de su lucha por llegar a un acuerdo de paz con China, el Dalai Lama ha resaltado en su visita la necesidad de buscar la manera de transmitir los conocimientos heredados de la tradición de su pueblo, con el deseo de que todos y cada uno de nosotros “encontremos la verdadera felicidad, la felicidad que vive en nuestro interior”.
SOBRE EL DALAI LAMA
Tenzin Gyantzo, el decimocuarto Dalai Lama, es el Jefe espiritual del budismo Tibetano. Es considerado por sus seguidores la reencarnación del bodhisattva Avalokitesvara, la manifestación del Buda de la compasión que escogió renacer para ayudar a la humanidad. Dalai Lama significa “Océano de sabiduría”, aunque los tibetanos se refieren a él como “Yeshe Norbu”, la Gema que concede todos los deseos, o “Kundun”, la Presencia. La tradición de los Dalai Lamas ha ostentado el poder religioso del Tíbet desde 1642 hasta el 1959, aunque el primero y fundador, Gyalwa Gendun Drubpa, vivió entre el 1391 y el 1474. Al morir cada uno de los Dalai Lama, los lamas del monasterio Amarillo designan a su siguiente reencarnación interpretando los signos. En el tiempo que pasa entre la muerte del Dalai Lama y la mayoría de edad de su sucesor, el gobierno del Tíbet lo ostenta un regente que se encarga de la educación de Su Santidad.
Tenzin Gyantzo nació el 6 de julio del año 1935, en una familia de campesinos, del poblado de Takser, al noreste del Tíbet. A los 2 años fue reconocido como la reencarnación del decimotercer Dalai Lama.
Cuenta la leyenda que al morir el 13º Dalai Lama, su cuerpo fue colocado con el rostro hacia el sur, pero su cara giró hacia el este dos veces dando ya una señal de hacia donde debían buscar a su sucesor. Fue entonces cuando el regente del Tíbet viajó al lago Lhamoe Latos, donde varios tibetanos habían tenido visiones del aspecto que tenía el lugar donde se encontraba el Dalai Lama encarnado. En 1938 se inició la búsqueda del Dalai Lama. Los que fueron enviados al este , dirigidos por el Lama Kewtsang Rimpoché del Monasterio de Sera, al llegar al poblado de Takster fueron a la casa donde sospechaban que había reencarnado el Buda de la Compasión. Allí el Lama Rimpoché se disfrazó de monje de inferior grado mientras que su sirviente vistió ropas de mayor rango. El niño que allí vivía, un jovencísimo Tenzin, enseguida reconoció el rosario del 13º Dalai Lama que Rimpoché llevaba colgado en el cuello y se lo pidió, pero el Lama Rimpoché le dijo que se lo entregaría si sabía decirle quién era él: “Sera aga” respondió el niño, lo que significa “un monje de Sera”. Incluso fue capaz de decirles quién era en realidad el sirviente y quién el verdadero líder a pesar del disfraz. Después de muchas otras pruebas, en el año 1940 Tenzin Gyatzo fue reconocido como Su Santidad el XIV Dalai Lama del Tíbet.
A los 16 años tuvo que asumir el pleno poder político cuando el Ejercito Popular de Liberación de China invadió el Tíbet, a pesar de quedarle aún nueve años de educación religiosa. En 1954 cuando las tensiones entre Tíbet y China se intensificaron mantuvo conversaciones de paz con Mao Tse-tung y otros líderes chinos sin conseguir nada. El año 1959, después de un levantamiento del pueblo tibetano contra la ocupación china, el Dalai Lama se fue al exilio. Desde entonces vive en Dharamsala, a los pies de los Himalayas en la India, lugar que se conoce como “La Pequeña Lhasa”, donde conviven unos 130,000 refugiados tibetanos.
El 14º Dalai Lama trató de abrir las puertas de la negociación con China y propuso un plan de paz de cinco puntos entre 1988-1989 con el que pretendía estabilizar toda la religión asiática, pero aún hoy en día China no ha querido siquiera negociar.
Su trabajo e intensa labor en pro de los derechos humanos y su búsqueda de una vía pacífica para solucionar los conflictos del Tíbet le fueron reconocidos el 10 de diciembre de 1989 cuando le fue concedido el Premio Nobel de la Paz.
Mientras tanto, el Dalai Lama sigue viajando por todo el mundo con su mensaje de paz. Su voz canta mensajes de compasión, ecología, ética… Siempre defiende una postura pacífica para resolver los problemas que aquejan nuestro mundo.
Enlaces:
http://www.casadeltibetbcn.org/principal.htmlhttp://www.loselingmexico.org/SSDL/SSindex.htm