Arte — 10 de enero de 2008 at 23:38

Harry Potter, un héroe del siglo XX

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Recién publicado en español el séptimo y último libro de la saga.
La totalidad de los libros protagonizados por el niño mago superan los 350 millones de ejemplares, y se han traducido a más de sesenta y tres lenguas.

La pregunta clásica que surge en todo lector es: ¿qué se encierra en la saga para que haya tenido tanto éxito? Lo que resulta evidente es que no se trata de un simple fenómeno editorial tipo best-seller pasajero ni de una simple moda; hay algo más.

Umberto Eco atribuye el éxito de la saga a la capacidad de la autora para reproducir en la historia situaciones realmente arquetípicas. Dicho de otro modo, nos encontramos frente a la típica historia de cuento de hadas o cuento mitológico. Es una nueva mitología, con sus héroes, sus villanos, sus camaradas y amigos, lo que aparece en la saga de Harry Potter. Esta es a causa del éxito; la enorme necesidad del hombre posmoderno de salir de un entorno contaminado en lo físico, en lo psicológico y en lo mental. Esta necesidad lo mueve a buscar un entorno diferente, un mundo pletórico de belleza, de bondad y de alegría, de personajes bien definidos donde la moral de cada uno esté bien patente. Todo esto lo encontramos en Harry Potter, además del entorno de un mundo bellísimo y repleto de magia.

harry_potter2.jpgLa autora, J. K. Rowling; nos cuenta cómo en 1990, durante un viaje de Manchester a Londres el personaje del niño mago con el pelo negro revuelto “simplemente pasó” por su cabeza. Muchas de las anécdotas de la composición se pueden leer en la página web oficial de la autora http://www.jkrowling.com/. Lo que es motivo de meditación es que el personaje fuese imaginado de manera completa e íntegra, y el plan de la obra, con sus siete tomos, en apenas las cuatro horas del viaje. En la antigüedad clásica se diría que fue inspirada por las nueve musas. Debemos dar las gracias al destino pues si el tren no se hubiese retrasado más de cuatro horas quizá Harry no hubiera nacido, y tantos niños y adultos no habrían gozado (y aprendido) con sus historias. Esbozaré brevemente en las siguientes líneas algunas de las claves que fueron “captadas” por la autora, y casi con total seguridad investigadas en los clásicos de magia y filosofía para posteriormente insertarse en la saga.

Harry nace de padres huérfanos pero se cría en una familia muggle, sin poderes mágicos. Hay que decir que tanto los magos como los muggles son humanos, con sus virtudes y sus defectos. Los tíos de Harry no quieren ni oír hablar de esa palabra. Eso nos indica lo egoístas que son y lo centrados que están en sus propias necesidades y en su comodidad, pues son incapaces de ver más allá de sus propias narices; el verdadero mago no está centrado en su propio punto de vista, sino que es capaz de abrir los ojos a otra realidad. Los magos son aquellos que buscan la Gran Ciencia, la capacidad de hacer una síntesis con el conocimiento y de aplicarlo en sus vidas educiendo sus propios poderes y capacidades internas. Buscan la unión con el Universo y seguir sus leyes.

Pero todos los incipientes magos necesitan desarrollar sus poderes y ser educados por magos más experimentados. Aquí surge el Colegio Hogwarts, que es el típico colegio inglés tan atractivo para los continentales, hasta tiene su propio deporte incomprensible para los que no somos ingleses, el quidditch. En el Colegio Hogwarts cada aspirante es seleccionado de acuerdo a sus capacidades pero también conforme a sus aspiraciones individuales. Recordemos cómo Harry es asignado a la casa de Gryffindor (no quiero entrar en demasiados detalles para no estropear la historia a los que no la conocen). Así pues, las cuatro casas del colegio desarrollan en cada mago las aptitudes que lleva dentro a través de las virtudes. Los de Hufflepuff son justos y tenaces, desarrollan la constancia. Los de Ravenclaw son claros y brillantes, potenciando la inteligencia. Los de Gryffindor (la casa de nuestro héroe) son valientes y osados, desarrollando el valor. Y finalmente, la casa de Slytherin, que potencia la ambición para conseguir el poder. De esta casa salen la mayoría de los seguidores de Lord Voldemort, mago negro por excelencia y gran enemigo de Harry. Pero sólo los que saben querer de verdad pueden ser verdaderos magos. Y para querer de verdad, con el corazón, hay que ser ambicioso, poder ser capaces de superar nuestros propios defectos despertando nuestras virtudes.

Toda varita elige al mago que la usará. La varita no es un simple juguete con el que realizar prodigios. Es un símbolo de poder y voluntad, y se relaciona con el cetro de los antiguos reyes. Lleva siempre un elemento mágico en su núcleo. La varita de Harry de Lord Voldemort llevan el mismo elemento mágico dentro; la pluma de un fénix. Pero no es suficiente con hacer gestos con las varitas. Deben estudiarse con fe y profundidad los hechizos y las palabras mágicas, que deben pronunciarse con fuerza e imaginación centrada. Por lo tanto los magos se dedican a fortalecer su imaginación creadora y a tener una profunda voluntad de superación y de firmeza. La verdadera magia es el desarrollo de la voluntad. Sólo entonces se pueden usar las varitas con eficacia. El programa de estudios en Hogwarts está dirigido a la formación de magos, no de simples eruditos. De ahí las contínuas pruebas a las que es sometido Harry, para que pueda educir su potencial interior de verdadero mago.

Están los que desean que la Magia pueda estar disponible para todos aquellos que tengan los poderes innatos. Estos están abiertos, los otros están cerrados en un exclusivismo de casta; tratando de tiranizar a los muggles, en el fondo son ellos, pues son incapaces de comprender que la magia no está en la sangre ni en el poder, sino en el amor hacia los demás y en la comprensión del Universo y de sus leyes.

En la cicatriz de Harry se halla la señal de Voldemort. Es esta cicatriz, recibida desde bebé, la que establece un vínculo entre el mago blanco y su propia sombra. En la lucha con la propia sombra vemos el combate siempre presente entre el bien y el mal, entre lo blanco y lo negro, entre el caballero y el dragón que lleva dentro de sí.

¿Y por qué Harry es un héroe? Porque está lleno de amor. Recordemos que el amor de su madre es lo que impide que, siendo apenas un bebé, muera a manos de Lord Voldemort. El amor por sus amigos y por el colegio en el que estudia es el que lo impulsa a las pruebas más arriesgadas y al combate más peligroso. Harry es un caballero que está dirigido por la generosidad, la bondad y el inegoísmo. Eso lo hace valiente, imbatible y siempre victorioso ante Lord Voldemort. En palabras del director del colegio, En el departamento de Misterios hay una sala que siempre está cerrada. Contiene una fuerza que es a la vez más maravillosa y más terrible que la muerte, que la inteligencia humana, que el poder de la naturaleza. […] Lo que tú posees en grado sumo es el poder que se esconde en esa sala, del que Voldemort carece por completo.[…] Al final no ha importado que no pudieras cerrar tu mente, porque ha sido tu corazón el que te ha salvado .

Con estas breves líneas espero dar al lector algunas claves de la filosofía tradicional presentes en la saga de tanto éxito. A mi juicio, deben resaltarse las aparentes coincidencias entre las enseñanzas de la magia tradicional y las aventuras de Harry. Y de paso, espero que aquellos que no hayan leído ni un libro ni visto siquiera una película cambien de opinión y acudan corriendo a una librería o a la sala de cine más cercana. Seguro que lo agradecerán.



1-Umberto Eco, A paso de cangrejo, pag. 303. Ed. Debate.
2-J.K. Rowling, Harry Potter y la Orden del Fénix, pag. 867

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