La Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó en la Cumbre del Clima que se ha celebrado en Bali (Indonesia) lo que ya avanzaba el último de los informes del Panel Internacional de Cambio Climático (IPCC): la Tierra se calienta.
Así lo indican los datos de observaciones recogidas a lo largo y ancho del planeta. El decenio de 1998 a 2007 ha sido el más cálido de la historia. En 2007, la temperatura de la superficie terrestre se ha incrementado 0,41ºC por encima de la media del periodo histórico 1961-1990.
Es verdad que en el informe de cada año se dice que el último es siempre el más caluroso; eso indica, precisamente, “una tendencia al calentamiento”. Los fenómenos extremos han aumentado de forma significativa. El año 2007 deja otros récords memorables: la extensión más baja de la capa de hielo ártico, inundaciones y tormentas extremas, y el menor tamaño del agujero de la capa de ozono.
Nos puede interesar cuándo se considera que tenemos una ola de calor o canícula, y si es usual en la historia humana o geológica. El término ola de calor depende de la temperatura considerada «normal» en la zona, así que una misma temperatura que en un clima cálido se considera normal puede considerarse una ola de calor en una zona con un clima más templado, pero debe prolongarse en el tiempo, y puede tener bastante humedad.
En la historia geológica ha habido muchos períodos de calor -aunque nunca con cambios de temperatura tan rápidos como los actuales-, e incluso en la historia humana se registran importantes cambios en las temperaturas medias, por ejemplo: durante el imperio romano en Inglaterrra hubo importantes cultivos de vid, debido al benigno clima. Otro ejemplo: en el S.XII se hace manifiesta esta fase lluviosa y cálida en la Península Ibérica, visible en la recuperación de la vegetación y un retroceso del desierto, debido a las lluvias en la vertiente atlántica que fueron especialmente importantes, con noticias de frecuentes riadas e inundaciones ( la del Miño en 1102, Tajo 1138, la del Guadalquivir en 1168 ). Aún así las sequías no faltaron en este siglo.
Algunos de estos argumentos son esgrimidos por los detractores de la realidad o importancia del cambio climático, pero los datos más significativos siempre apuntan a un cambio del clima nunca registrado y de efectos devastadores; apuntamos cuatro síntomas del calentamiento global:
Temperaturas
Los expertos han medido la temperatura en el hemisferio norte y en el sur. En el norte, 2007 fue el segundo año más cálido del siglo, con 0,63ºC más frente al período 1961-1990; y el sur, se convirtió en el noveno más cálido desde 1850, con 0,20ºC más que la media del período. Enero de 2007 fue el mes de enero más cálido, frente al período 1961-1990. Se alcanzaron 12,7ºC de media.
Sequía
Más de las tres cuartas partes del sureste de EEUU sufren sequía desde mediados de verano hasta diciembre. China, por su parte, ha registrado la peor sequía de la década, que ha afectado a 40 millones de hectáreas de cultivos, y decenas de millones de personas han padecido restricciones de agua potable. Las sequías, según el informe de la OMM, se están prolongando en el tiempo.
Tormentas
Las lluvias torrenciales han causado inundaciones a lo largo del año en países africanos como Mozambique o Sudán. En Bolivia, las inundaciones han afectado este año a 200.000 personas, y en Uruguay las lluvias más intensas desde 1959 dejaron sin hogar a 110.000 habitantes. Inglaterra, por su parte, registró en 2007 los meses de mayo y junio más húmedos desde 1766.
Agujero de ozono
La buena noticia de este informe de la OMM es que la capa de ozono ha alcanzado un mínimo de 25 millones de kilómetros cuadrados, frente a los 29 millones de km2 que llegó a tener de mínimo en 2000 y 2006, los últimos años de récord.
Ante estos datos, parece que vale la pena escuchar todas las voces que proponen el cambio de los hábitos de consumo para que nuestro mundo no sólo sea sostenible, sino que se integre otra vez a la Vida en la Tierra.