No se han puesto de acuerdo nuestros colaboradores, eso nos consta, pero resulta curioso ver cómo han coincidido algunos de ellos en comparar el pasado con el presente y mostrarnos cuánto hay en nosotros que tiene sus raíces en el mundo clásico, de donde viene la filosofía y nuestras principales raíces culturales y de pensamiento.
Resulta reconfortante comprobar que hay muchas cosas que cambian pero también las hay que permanecen y resisten a través del tiempo, de los siglos o de los milenios, y nos siguen iluminando y proporcionando respuestas a nuestras preguntas, que también son las mismas que pudieron hacerse los contemporáneos de Escipión, por hacer referencia a nuestro entrevistado, el escritor Santiago Posteguillo, que nos cuenta el mundo romano por medio de unos trepidantes relatos que no podemos dejar de seguir leyendo. Esto es un mérito indudable ahora que, según se dice, casi nadie lee. Es una buena manera de aprender historia de forma amena y entretenida.
En un momento como el actual, en el que nos vemos abocados a cambios de los cuales desconocemos dónde nos llevarán, en el que comprobamos a diario que nada dura, obsesionados como estamos con los cambios y el culto a lo efímero, es una buena estrategia caminar de la mano de los clásicos, pues intuimos que tienen mucho que ofrecernos para estos tiempos de desconcierto.
Esperamos que les resulte a nuestros lectores tan apasionante como nos ha parecido a nosotros ese encuentro entre el pasado y el presente y nos sugiera a todos las necesarias propuestas para un futuro que está ya aquí.
El Equipo de Esfinge