Jesús García Blanca, autor del El rapto de Higea, considera que existen intereses no declarados entre las grandes corporaciones y el poder social, el cual puede ejercerse a través de un sistema que controle la salud favoreciendo determinados objetivos.
Entrevistamos a Jesús García Blanca. Nació hace 52 años en Cádiz y reside en Granada. Desde finales de los ochenta estudia en profundidad las relaciones entre salud y poder partiendo de una lectura crítica tanto de la ciencia, tal y como es entendida actualmente, como del sistema médico. Ha publicado numerosos artículos de divulgación sobre salud y política, y ha colaborado con diversos medios y colectivos sociales. Publicó El rapto de Higea, donde critica una situación en la que los intereses de las grandes corporaciones, la guerra y los sistemas de control social, se han extendido a la práctica totalidad del planeta.
¿Quién era Higea?
Higea es la diosa helena de la salud, raptada por un demonio del inframundo llamado Eurínomo, que devora la carne de los muertos. La metáfora es evidente: la salud está en manos de un monstruo al que denomino Modelo Médico Hegemónico, integrado por corporaciones multinacionales farmacéuticas, alimentarias, biotecnológicas y agroquímicas, y por lo que podemos llamar la medicina oficial institucionalizada o moderna.
¿Realmente está demostrado ya que «el sida es un montaje»?
Depende de lo que se entienda por demostrado. Hasta donde yo he llegado en una investigación de casi veinte años, la evidencia es tan enorme que por el momento mi posición es que sí, que es un montaje, lo que Foucault llamaba un «dispositivo de poder», que reúne todos los elementos destructivos del Modelo Médico Hegemónico y que sirve de modelo para otros muchos montajes posteriores, como el de la gripe A. El sida no tiene entidad patológica propia, no es una enfermedad, sino una construcción consciente –llevada a cabo por los CDC, poderosa agencia de la Sanidad norteamericana– que aprovecha problemas de salud que existen realmente, para constituirse en uno de los más perfeccionados mecanismos de producir terror, dinero y efectos de poder.
¿A quién interesa ese montaje?
El montaje sida cumple muchas funciones a múltiples niveles, lo que quiere decir que son muchos los interesados en que siga en marcha. El sida ha reforzado la dependencia de las multinacionales farmacéuticas, está castigando a los marginados, movilizando a los ingenuos y utilizando a unos y otros para rentabilizar constantemente lo que debería ser un fracaso absoluto, pero que han convertido en un «éxito» paradójico mediante la táctica de huir constantemente hacia adelante tapando una mentira con otra mayor o más sofisticada. El sida ha posibilitado una brutal intromisión de lo sanitario en el terreno de lo sexual y de las emociones, sustituyendo el conocimiento del propio cuerpo por un miedo reduccionista que contribuye a reducir o acabar con la espontaneidad vital. Además, el sida permite controlar a grupos humanos problemáticos –toxicómanos, delincuentes, pobladores del Tercer Mundo, inmigrantes, homosexuales– jugando el doble juego de la manipulación y la compasión.
¿Cómo se controla con algo como el sida?
Una cuestión crucial es que el sida está permitiendo ocultar los efectos devastadores a largo plazo de la quimioterapia y, de paso, ha preparado el terreno para nuevas agresiones. Los «beneficiarios» de estos efectos –que no son los únicos– son fácilmente identificables: laboratorios farmacéuticos, cuerpos represivos, instancias de poder en numerosas instituciones públicas y privadas… en definitiva: los de arriba, a costa del sufrimiento de los de abajo.
¿Crees que la ciencia actual está al servicio del poder?
Creo que la ciencia es actualmente un discurso que sostiene al poder y que ha sustituido al «régimen de verdad» de la religión. Para el hombre de la calle es lo mismo: cuanto menos entiende la ciencia más está dispuesto a creer en ella, a creer a ciegas, claro. De hecho, la ciencia fue propuesta por Comte como la solución a todas las falsas religiones en su Catecismo positivista. De modo que la mal llamada comunidad científica funciona como una Iglesia, y las revistas científicas, como auténticas encíclicas que establecen los dogmas.
¿Es la ciencia actual como un dogma?
Para cerrar el paralelismo, tenemos a un grupo de extremistas, fundamentalistas científicos, dispuestos a lo que sea para imponer las verdades científicas y que se hacen pasar por escépticos a pesar de que su discurso es absolutamente reaccionario, dogmático e inquisitorial. Y, por supuesto, no faltan los herejes, es decir, los científicos honestos que disienten de estas verdades establecidas, que no están dispuestos a corromperse y que, obviamente, son condenados a la hoguera de la difamación, la descalificación y la censura.
Dices que la sanidad es ante todo un negocio. ¿Qué se esconde tras ello?
No. Creo que el aspecto puramente económico es secundario. Ante todo, la sanidad es la apropiación de la salud y de la capacidad de los seres humanos para mantenerla y recuperarla por parte de lo que denomino el Modelo Médico Hegemónico. Es una cuestión de poder. Por supuesto que hay un aspecto económico, como pasa con todo en el contexto del capitalismo. Pero el esquema es más amplio: tenemos una evolución a nivel ideológico, que comenzó con la Ilustración, el positivismo, el mecanicismo y ha desembocado en la tecnocracia; tenemos una evolución político-económica, que se gestó con el nacimiento del capitalismo, el colonialismo y la actual globalización, en la que padecemos una dictadura planetaria por parte de ciertas élites que controlan las principales instituciones de poder.
¿Por qué se critica tanto a las multinacionales?
Por supuesto que esa élite también es dueña de las principales multinacionales y, en particular, de las farmacéuticas, actualmente aliadas con la biotecnología y la industria alimentaria. Todo ello, junto con la evolución de una serie de dogmas médicos, como la teoría de la infección, que dio lugar a la guerra autodestructiva contra los microbios y una visión mecanicista de la salud-enfermedad junto con gravísimas agresiones a gran escala (vacunas, fumigación antibiótica, quimioterapia, terapia génica, antivirales…) ha originado y está manteniendo la mayor crisis global de salud, tanto de los seres vivos como del propio ecosistema Gaia.
¿Qué es la Resonancia Schumann, de la que a veces se oye hablar y qué relación tiene con nuestra salud?
Es una resonancia magnética natural que se produce entre la superficie de la Tierra y la ionosfera, postulada por Winfried Schumann en 1951 y posteriormente confirmada mediante observaciones precisas. Es posible que esta resonancia sirva para conectar el campo magnético terrestre con los campos magnéticos de los seres humanos, influyendo así en procesos vitales y, por supuesto, en la salud. Algunas hipótesis apuntan a la glándula pineal como elemento clave de esa conexión. Y, puesto que la pineal se relaciona con los biorritmos y el control neuroendocrino, se abre la puerta a posibilidades enormes. De hecho, Xavier Serrano, psicoterapeuta reichiano, cree que la pineal es el puente entre lo neurovegetativo y lo bioenergético y podría explicar fenómenos relacionados con las psicosis y abrirnos un mundo de metacomunicación y conciencia ampliada si cambiásemos los actuales patrones educativos de represión y condicionamiento compulsivo.
¿Cómo ves la espiritualidad de nuestra civilización?
Sencillamente, no la veo. Nuestra civilización, es decir, la civilización occidental moderna, es la única en la historia que se ha construido, no ya de espaldas, sino en contra de la tradición. Lo específicamente moderno es antitradicional. Eso supone que la dimensión espiritual casi no existe en nuestra cultura, aunque sí en personas individuales que se esfuerzan en conocer ese aspecto fundamental de nuestra identidad como humanos. Por desgracia, en contrapartida, existe igualmente una invasión a gran escala de productos de consumo relacionados con ella y basados en burdas simplificaciones, tergiversaciones o directamente, manipulaciones que explotan esa necesidad insatisfecha.
Te has especializado en temas de salud; según tú, ¿qué nos falta a los habitantes de las sociedades modernas?
Yo más bien diría qué nos sobra: nos sobra muchísimo. De hecho, creo que los mejores consejos sobre salud que puedan darse se refieren a la simplificación, al retorno a lo simple. Me refiero, claro, a una simplificación externa, a reducir nuestra dependencia consumista, que supone además un insulto para millones de personas que apenas pueden sobrevivir cada día. Y es precisamente esa simplificación externa la que nos puede ayudar a crecer interiormente, que es una clave importante de salud.
¿Dónde encontrar esos «fragmentos de espiritualidad perdida»?
Mi autor de referencia en los temas de espiritualidad es René Guénon. Él decía que los últimos restos de espiritualidad occidental se perdieron tras la Edad Media. De modo que si queremos recuperar esa dimensión clave del ser humano, no nos queda más remedio que aproximarnos a Oriente. Y digo aproximarnos, porque quizá no sea mucho más lo que podamos hacer. El mismo Guénon hizo su camino a través de una tradición puente, el islam, porque estaba convencido de que una tradición puramente oriental como el hinduismo o el budismo, escapaba a las posibilidades de un occidental moderno. Obviamente, era la visión de Guénon. Yo quiero pensar que podemos acceder, al menos, a una parte del mundo espiritual de Oriente.
Muchas gracias por tu atención. ¿Cuáles son tus proyectos actuales y futuros?
Continúo mi colaboración con Discovery D Salud, Mente Sana y otras aportaciones puntuales (Cuerpomente). Estoy supervisando la edición italiana (corregida y ampliada) de El rapto de Higea, titulada «Il potere occulto dell’ Industria della Sanità». Continúo participando en conferencias, cursos y talleres. El más inmediato: Las Jornadas de Autogestión de la Salud que organiza Cauac Editorial Nativa en Murcia.
A más largo plazo, dos proyectos de libro: uno sobre Wilhelm Reich. Eso sin contar mi vertiente literaria, para la que dispongo de poco tiempo en estos momentos. Pero sigo a la busca de editor para mis tres novelas y tengo otras tres en diferentes fases de creación.
Blogs:
http://saludypoder.blogspot.com.es/
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http://kamara-oscura.blogspot.com.es/