Este mes, amigo lector, te vamos a contar un sueño. Algo que compartimos con Queen y Fredy Mercury. Un sueño profundo y ancestral; bello y extraño; viejo y herido; tuyo y de todos, y mío: un sueño de unidad, de hermandad, de destino. No hay dilema filosófico en esta canción, o quizás sí: ¿es esto realidad o visión?
En este sueño, tras todas las máscaras humanas solo hay “un hombre, una meta, una misión, un corazón, un alma”… En esta fantasía no necesitamos armas, imperios, guerras, egoísmos, trincheras… no necesitamos nada. O quizás sí: una solución. Algo soluble y “solublizante”: y ya sabes que el disolvente universal es el amor.
En este sueño solo hay un Dios (llámalo Zeus, llámalo Alá, llámalo Cosmos o Mitra o Brahma o casualidad). Hay un punto de vista; una religión verdadera: la unión, la fraternidad. Todo lo que necesitamos, dice este filósofo roquero, es un punto de vista en común.
Anoche tuve un sueño, canta Mercury (en el mundo anglosajón esto es eco de Luther King). “Tuve un deseo de esperanza y unidad, pero sopla un viento frío y la lluvia cae”. ¿La crisis fatal del mundo egoísta que hemos creado? Así que en este sueño algo podemos y queremos hacer: dadme vuestras manos, vuestros corazones, dadme una luz, una esperanza porque podemos tomar una dirección.
¡Doctores oscuros del materialismo, cúrennos! Porque estamos ciegos, porque estamos locos, porque tenemos una visión. Una visión poderosa y sublime… Los que hacemos esta revista, junto a todos los yoguis y místicos, los locos, los Lennons y los filósofos platónicos, padecemos una visión.
Tú, que aún estás “cuerdo”, acércate y mira: solo hay un cosmos (maravilloso), una dirección (la evolución), una nación (planetaria), una humanidad (la familia humana). Este es un viejo sueño de la Humanidad, ¿o quizá es solo una visión? ¡Dame una visión!
Subtitulada, mítico Wembley ’86:
{youtube}zGIIFJVuAu0{/youtube}