¿Te levantaste temprano,
por lo menos una vez,
para –a solas– caminar
sin apuro, por el campo?
El aroma de las flores,
los colores que se asoman
al dintel de tu ventana
–esos ojos soñadores
que de siempre te acompañan–
armonizan con la luz
que de allá se nos regala.
Y de fondo los sonidos
del azul que se despierta…
Queda apenas una estrella
para saludar al Sol.
Si vivieras la experiencia…
¡guárdala en tu corazón!
Bello poema! La poesía del amanecer y el amanecer de la poesía.