Libros — 31 de enero de 2015 at 23:00

«Primavera con una esquina rota», de Mario Benedetti

por
Fotografía de Juan Carlos Gargiulo.

Santiago es un preso político de la dictadura uruguaya en una cárcel llamada “Libertad”. A Mario Benedetti le gusta tanto la ironía y la contradicción –y la practica con tanta perfección– que empieza desde el comienzo, con el título, para maravillarnos con su capacidad:Primavera con una esquina rota. Es la metáfora con la que intenta sobrevivir el protagonista desde pequeño. Pese a los defectos, las primaveras siempre están ahí. Nada es malo ni bueno del todo, ni blanco ni negro, están los grises para ayudarnos a sobrevivir cuando las situaciones superan lo soportable . Por eso, con cualquier recurso en su mano, Santiago trata de mantener la cordura entre rejas, ya que fuera le esperan su mujer y su hija, Graciela y Beatriz, y su padre, don Rafael, aunque estén en el tortuoso exilio al que Benedetti dedica esta novela.

El exilio que todo lo rompe: lo físico y lo emocional, y que el autor explica a través de las cartas que entre ellos se entrecruzan. También con sus monólogos y pensamientos, que nos describen con maestría sus desvelos, la soledad, el dolor absoluto de una vida partida por la política.

La entrada en juego de Rolando –el tercero entre Graciela y Santiago– es la puerta que nos lleva al sufrimiento de la mujer. El conflicto no solo es moral, porque no consiste únicamente en el hecho de traicionarle, sino porque Rolando le ha ayudado a ver cosas en sí misma que desconocía.

No hay nadie que no sufra en esta novela y, aun así, tenemos la oportunidad de sonreír gracias a la pequeña Beatriz, llena de preguntas, tan lógicas como la inocencia desde la que se gestan.

Hasta el propio Benedetti nos cuenta su propia experiencia en el exilio. El libro está lleno de voces dentro y fuera de la cárcel. Juega con ellas para contarnos todos los puntos de vista gracias a una estructura que se mueve y no por ello nos desorienta.

Y, ante todo, me maravillo con la clase magistral que proporciona Benedetti cuando nos cuenta los matices infinitos de los sentimientos. Todo es complicado cuando el corazón y la cabeza combaten a muerte, tan complejo de describir que parece imposible. Pero no teman: con Benedetti acabamos por entenderlo todo. El autor hace cabriolas hasta el infinito para que comprendamos cualquier esquina y rincón que despierta las emociones en el ser humano.

Una gozada de lectura pese a tanta tristeza por página .

Cortesía de «El club de lectura El Libro Durmiente» www.ellibrodurmiente.org

Etiquetas

2 Comments

  1. Buenos días, soy el autor de la fotografía que ilustra el artículo, la tomé el 16 de abril de 1989 durante el plebiscito contra la Ley de autoamnistia . En Montevideo. Os pido que citen mi nombre al pie de la imagen. Juan Carlos Gargiulo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

es_ESSpanish