Ahora, cuando se la relega y desprotege en los planes de estudios, o se la identifica con meras especulaciones hechas en lenguajes incomprensibles, o comprendidos por unos pocos, es cuando más falta hace recuperar una actividad que tanto nos enriquece y ayuda a ser mejores y más felices.
Por eso hay mucha filosofía en este número de Esfinge, diversas perspectivas y aplicaciones prácticas, que demuestran que, lejos de constituir una tarea para unos pocos eruditos que discuten entre sí utilizando un vocabulario que solo ellos conocen, la filosofía es interesante, útil y necesaria. Así lo entendió la UNESCO, cuando dedicó un día al año a la filosofía, precisamente en el mes de noviembre. En palabras de Irina Bocova, directora general de la organización, «La filosofía es una disciplina que estimula el pensamiento crítico e independiente y es capaz de trabajar en aras de un mejor entendimiento del mundo, promoviendo la paz y la tolerancia».
Nos hace falta para interpretar el mundo y a nosotros mismos, para comprender a los demás, para desarrollar nuestras potencialidades, para relacionar los saberes. Tal como nos demuestran nuestros colaboradores por diferentes caminos.