Una vez cerrado nuestro número de marzo, nos hemos sorprendido al comprobar que nos ha salido armónico, si entendemos la armonía como equilibrio y estabilidad en la combinación de elementos distintos y hasta opuestos. Viene a ser una muestra de nuestras inquietudes: cómo se cruzan en nosotros los caminos de búsqueda de respuestas, las acciones que miran hacia el futuro con los recuerdos y los enigmas del pasado.
Encontramos nuevas aportaciones y reflexiones sobre importantes sitios arqueológicos, que nos remiten a antiguas civilizaciones, de las cuales conocemos apenas una parte. Y también, datos sobre cómo garantizar la supervivencia para un futuro que se nos muestra incierto. Sin olvidar las versiones de los relatos futuristas, que imaginan un mundo de galaxias y naves interestelares.
Y en medio, la figura de un hombre inteligente que nos ha enseñado a interpretar el lenguaje de los símbolos, como un idioma que nos habla de lo inefable, de lo invisible, de lo trascendente. Con sus estudios sobre las religiones y los pueblos del mundo, Mircea Eliade abrió un camino de investigación y hermenéutica que han seguido otros sabios. En abril se cumplen treinta años de su muerte, ocurrida un año antes que la de Joseph Campbell, otro gran intérprete de los mitos.
Deseamos que nuestros lectores/as disfruten de este armónico ejemplar de nuestra revista.