Hace menos de tres meses que se estrenó a nivel mundial el episodio VII de la saga galáctica: El despertar de la Fuerza. La respuesta del público ha sido espectacular y la aceptación masiva. Todavía quedan más capítulos por descubrir y cuyo plan ya está trazado.
En general, a casi todo el público que ya ha visto la película le ha gustado. Realmente la trama recuerda más a la trilogía original, tanto en decorados como en argumento; pero sobre todo en esencia. La segunda trilogía (los episodios I, II y III) no goza de tanta aceptación y siempre se criticó el abuso de pantallas verdes, y en cuanto a argumento, la poca profundidad o celeridad en los acontecimientos. Y, sobre todo, la transformación de Anakin Skywalker en Darth Vader, que no fue suficientemente justificada según muchos de los fans de la saga de George Lucas.
Pero volviendo a la nueva entrega, y después de haber disfrutado del estreno, se puede afirmar que esta película vuelve a los orígenes. Nos encontramos con personajes con profundidad, e incluso algunos de ellos no desvelan su historia, pero nos dan pistas de su posible origen e importancia dentro de la trama.
En primer lugar, tenemos a los personajes clásicos, a los que ya amamos desde que se estrenó la primera entrega en 1977: Han, Leia, Chewbacca, R2D2, C3PO y el misterioso Luke Skywalker. Pero luego, tenemos a la nueva generación de protagonistas que toman el relevo en la historia perfectamente: encontramos a Finn, el soldado renegado, Poe Dameron, el valiente piloto rebelde, el droide BB-8, que ha enamorado a todo el mundo con su forma de moverse (y construido realmente, no por ordenador), y finalmente a Rey, la chatarrera de misterioso pasado y gran valor, sobre la que parece recaer el protagonismo de esta y las siguientes entregas.
La nueva entrega está batiendo todos los récords posibles en cuanto a recaudación y se ha convertido en la película más taquillera de la historia del cine.
Al terminar de ver el episodio VII tenemos muchas más ganas de ver la siguiente entrega (que se ha anunciado para el 15 de diciembre de 2017, atrasando el estreno seis meses según las primeras previsiones). Pero mientras esperamos su estreno, Disney no ha desaprovechado la posibilidad de seguir recaudando. El 16 de diciembre de este mismo año está previsto el estreno de Star Wars: Rogue One, una película que no sigue el hilo argumental de El despertar de la Fuerza, pero cuya trama no nos será desconocida a los seguidores de la saga. Se trata ni más ni menos de cómo se consiguieron los planos de la primera Estrella de la Muerte (la que Luke Skywalker destruye en el Episodio IV: una nueva esperanza, 1977).
Pero aún hay más sorpresas. Justo un año después del estreno del Episodio VIII en 2017, Disney prepara otra película del universo Star Wars: se trata ni más ni menos que de una película sobre Han Solo años antes de conocer a Luke Skywalker. Actualmente se está buscando a un actor que pueda interpretar a Han, cosa que está revolucionando las redes sociales con rumores y nombres de varios actores. Será difícil encontrar a alguien que dé la talla como Harrison Ford.
Resumiendo el calendario, la idea es que no tengamos que esperar dos años entre episodio y episodio, y que entre medias tengamos otra película relacionada con la saga. En total tendremos una entrega cada año (Episodio VII, 2015; spin-off Rogue One, 2016; Episodio VIII, 2017; spin-off Han Solo, 2018; Episodio IX, 2019; spin-off aún por confirmar, 2020).
Para el Episodio VIII ya hay anunciado director (Riann Johnson), pero hay una campaña por Internet pidiendo que sea George Lucas el director de la nueva entrega. En realidad, hay división de opiniones: por un lado, están los detractores de Lucas, que le recriminan el resultado de la segunda trilogía (episodios I, II y III) y no quieren que vuelva a la saga, y por otro lado están los que defienden por encima de todo que él es el creador de la serie y le quieren de vuelta a la dirección, o por lo menos, que se implique en la producción de las nuevas entregas.
Pero nos encontramos con que Lucas vendió los derechos de su obra a Disney, por lo que ya no tiene poder sobre ella; por otra parte, las últimas declaraciones del propio Lucas parece ser que no son muy a favor de la nueva entrega (parece que no le ha gustado el tono «retro» de El despertar de la Fuerza). Finalmente, sus quejas respecto a su papel en la nueva trilogía, ya que se dice que explicó sus ideas a la productora de lo que le tenía pensado para el argumento y no le hicieron caso (esto siempre según declaraciones de Lucas y de noticias publicadas en redes sociales o en revistas, tanto digitales como en papel).
Desde el estreno en 1977 de la primera entrega hasta el de esta última, han pasado treinta y ocho años. Cada día se van uniendo al ejército de fans más y más personas (y la mayoría son niñas y niños). Está claro que algo tienen estas historias que nos atrapan y consiguen que nos quedemos pegados al asiento del cine o al sofá de casa cada vez que vemos cualquiera de ellas. La eterna lucha del bien contra el mal, devolver el equilibrio de fuerzas al universo, la Fuerza… Nada nuevo realmente, pero explicado de una forma que nos gusta a todos. Esperaremos las nuevas entregas pacientemente y, mientras tanto, que la Fuerza nos acompañe.