Si eres joven idealista,
quizá te hayas preguntado
por qué el mundo no comprende
lo que atañe a tu Ideal.
No son malos, ciertamente.
Como punto de partida
no te opongas; sé tú mismo.
Un despegue gradual
y el hacerte independiente,
con tus actos mostrará
que no estás descaminado,
aunque muchos lo silencien.
No acometas discusiones
que no sirven para nada.
Más allá de las palabras,
reafirma tu certeza,
tu valor y tu esperanza.
Y verás cómo amanece,
¡idealista!, ¡sin tardanza!