Se cumplen 50 años de uno de los seriales de televisión que ha pasado a ser leyenda, y que ha dejado una estela de películas y series basadas en la original. En un momento en el que la segregación racial era un hecho cotidiano en Estados Unidos, apareció una historia de ficción en la que figuraban como protagonistas una mujer negra, un hombre oriental, un ruso (eran tiempos de la Guerra Fría) y algunos habitantes de otros planetas.
Comienza el viaje espacial
« El espacio, la última frontera. Estos son los viajes de la nave estelar “Enterprise”, en una misión que durará cinco años, dedicada a la exploración de mundos desconocidos, al descubrimiento de nuevas vidas y nuevas civilizaciones, hasta alcanzar lugares donde nadie ha podido llegar » .
Así empezaba una serie que, a pesar de durar solamente tres temporadas (con un total de 79 capítulos), cautivó a millones de espectadores en todo el mundo.
Se trata de la mítica Star Trek, que este 2016 cumple precisamente 50 años, y sus fans lo celebran con eventos por todo el mundo.
El creador de la serie fue Gene Roddemberry (Texas, 1921- Illinois, 1991). Ya de joven le interesaba la aeronáutica. Consiguió ser piloto y llegó a volar en casi ochenta misiones durante la II Guerra Mundial. En las pausas que le permitían estas misiones empezó a escribir historias sobre aviación y también del oeste, muy populares en esos años. Estudió literatura al terminar la guerra, y se trasladó a Hollywood, donde empezó a vender guiones para teatro y para televisión, un medio que empezaba a obtener cierto éxito entre la población a pesar de ser nuevo. Gene, que era también aficionado a la ciencia ficción, a principios de los años 60 presentó un proyecto de serie sobre la tripulación de una nave estelar que exploraba el universo. En 1964 se rodó un capítulo piloto titulado «La jaula», con actores distintos de los que conocemos ahora. La NBC aceptó quedarse con la serie, pero pidió un segundo capítulo piloto, algo bastante inusual. Este nuevo capítulo se tituló «Un lugar jamás visitado por el hombre». Aunque del primero se conservó el personaje de Spock, en este episodio se presentó a la mayoría de personajes definitivos, a los que conocemos desde el principio: Kirk, Sulu, Scotty, McCoy, Uhura…
Es en esta combinación de personajes donde hay que ver una de las genialidades de Roddemberry, pues en los años 60 aún existía segregación racial en muchas zonas de Estados Unidos, y en el elenco principal encontramos a una mujer negra, a un hombre oriental, un ruso (estando en plena Guerra Fría), además de un personaje medio vulcaniano y medio humano. No solo eso, sino que los roles femeninos y masculinos existen en todos los episodios y conviven sin problema, pues una de las premisas de Gene es que pensaba que en la época en que se desarrolla la serie, tanto el sexismo como el racismo habrían dejado de tener lugar ni sentido. Se dice que originalmente Roddemberry quería que la tripulación fuese 50% de mujeres y 50% de hombres, y que la segunda después del capitán fuese mujer, pero la productora se negó, así que finalmente Uhura quedó como tercera de a bordo siendo mujer y negra. Hasta tal punto la serie rompió barreras que es la primera serie en la que aparece un beso entre un hombre blanco y una mujer negra (Kirk y Uhura), medio tapado pero evidente.
El futuro de los humanos
La serie se desarrolla en el siglo XXIII y nos muestra un mundo en el que los humanos han contactado con otras especies de distintos mundos y se ha creado una federación de planetas para asegurar una buena convivencia y permitir la vida de todos los habitantes del universo en armonía. La Tierra, junto con otros planetas situados en la Vía Láctea se agrupan formando la Federación Unida de Planetas. Sus competencias van desde proteger a las diferentes culturas hasta colaborar en investigación científica, cooperación militar, etc. Esta Federación está gobernada por un parlamento en el que hay representación de todos los planetas que forman parte de la Federación. Y dentro de la Federación existe la Flota Estelar, de estructura militarizada pero con fines pacíficos. Se encargan de seguir la exploración en el espacio, búsqueda de otros planetas habitados o deshabitados pero con recursos útiles para la Federación, recopilación de mapas estelares, observación científica e investigación antropológica. Y poco a poco llegar a conocer lo desconocido.
Precisamente la misión principal de la nave USS Enterprise, en la que viajan nuestros protagonistas, es esa: encontrar planetas habitados y hacer contacto con sus habitantes. Pero estos contactos no pueden ser de cualquier manera. Existe una norma sagrada, la Primera Directriz, que han de seguir todos los miembros de la Flota dedicados a esta misión: está prohibido inmiscuirse en los asuntos de cualquier civilización que no pertenezca a la Federación Unida de Planetas, y establecer contacto con cualquier sociedad aún primitiva, pues de hacerlo podrían cambiar los acontecimientos históricos de dicha sociedad por contagio intercultural.
La serie se emitió desde el 8 de septiembre de 1966 hasta el 3 de junio de 1969. Parte de su éxito radica en que, a pesar de que sucede unos 400 años en el futuro, el espíritu humano es muy realista, para bien y para mal. Se representa al pueblo de la Tierra con sus virtudes y defectos, similares a los actuales. Las estructuras sociales son bastante parecidas: cultura, religión, familia, política, militarización… Eso sí, al tener unas miras mucho mayores, pues ya no estamos solos en el universo, tal vez los distintos pueblos humanos tienen mayor unidad o contacto entre ellos.
Un capítulo curioso, el titulado «Los hijastros de Platón», transcurre en un planeta lejano o una tierra lejana, que adopta un momento histórico como la antigua Grecia de Platón, pero de manera literal y sin bondad alguna, sin comprender realmente. Bautizan su planeta con el nombre de Platonius, asumen una sociedad basada en la República de Platón, pero mediante un programa eugenésico severo dejan solo vivos a 38 habitantes, como el número ideal, y en realidad viven una tiranía del «más sabio», llamado Parmen (por Parménides). Tienen una longevidad inusual por la magia de sus cuerpos dedicados solamente a la contemplación (no olvidemos que se trata de una raza distinta a la humana, con distintas capacidades). En este planeta el axioma de Parménides «pensar es ser» se hace realidad literalmente, pues todo lo que Parmen piensa se hace realidad y, de este modo, abusa y margina a aquellos que no alcanzan con su mente la posibilidad de usarla para crear como hace él. En este capítulo, el capitán Kirk exclama: «En el lugar de donde vengo, el tamaño, la forma y el color no importan», haciendo alusión tanto a la política (por la tiranía de un falso rey-filósofo) como al racismo, al sexismo o a la libertad en general.
Otros mundos, otras realidades
En realidad, varios capítulos de la serie usan planetas «paralelos» para explorar momentos históricos que son conocidos por todos, en los que tal vez se suceden pequeños cambios respecto a nuestra historia o se malinterpretan completamente, como pasa en Platonius.
Desgraciadamente, en la época en la que la serie se emitió, no obtuvo el éxito deseado. En realidad, desde la primera temporada la serie sufrió de bajas audiencias y peligró su continuidad. A finales de la segunda temporada, y ante las amenazas de cancelación, los fans de la serie iniciaron una campaña para impedirlo mandando cartas, haciendo llamadas a la productora, llenando los coches de los ejecutivos con pegatinas que decían « Star Trek lives », etc. Fue de tal magnitud la respuesta de los fans que se prolongó una temporada más. Aguantó tres temporadas en total y finalmente se canceló.
Pero, como pasa a menudo, en los años 70 se volvió una serie de culto, pues su productora vendió los derechos para que se pudiese emitir en distintos canales (locales y regionales) y horarios de todo el país (lo cual inició la verdadera leyenda de la serie) y, tras este éxito, le siguieron seis películas con la tripulación original.
Los fans de la serie, autodenominados Trekies , organizaron la primera convención de Star Trek en 1972, en la ciudad de Nueva York, y los asistentes fueron tantos que se dice que se superó en más de veinte veces la más optimista de las expectativas de asistencia. Por ello, las productoras decidieron volver a crear el producto Star Trek .
Se produjeron varias series posteriormente: Star Trek: la serie animada (22 capítulos entre 1974 y 1975), Star Trek: la nueva generación (178 episodios en siete temporadas, entre 1987 y 1994), Star Trek: espacio profundo 9 (siete temporadas desde 1993), Star Trek: Voyager (172 episodios, siete temporadas, de 1995 a 2001), Star Trek: Enterprise (98 episodios, cuatro temporadas, de 2001 a 2005), y otras películas con otras tripulaciones, sobre todo de La nueva generación .
En todas las nuevas series y películas se mantiene el espíritu de la serie original en cuanto a multiculturalidad y respeto por las distintas razas de los nuevos planetas que se van encontrando, multirracialidad en las tripulaciones y no discriminación por sexo, religión, planeta, raza, orientación sexual… Encontramos capitanes, capitanas, mandos alienígenas, naves, estaciones planetarias y espaciales… Realmente un ejemplo de fraternidad literalmente universal.
Pero hay aún más en esta serie, en su visión del mundo, de la vida y del hombre, y así lo demuestra el hecho de que al menos en dos universidades existe la asignatura de Filosofía de Star Trek: desde 2009, la Universidad de Georgetown en EE.UU., y desde 2012 en Croacia, en la Universidad de Rijeka, que ofrece un curso para estudiar las cuestiones filosóficas que se pueden extraer de la serie (gracias a un profesor seguidor de la serie, Bercic Boran, que consiguió convencer con su entusiasmo al Departamento de Humanidades y poner dicha asignatura entre las optativas que se ofrecen). La base de estos estudios se centra en la premisa de la exploración, la ciencia de los viajes interestelares e interiores de los personajes y la posibilidad de comunicación real entre diferentes culturas, tanto en un mismo planeta como de distintos planetas (con las dificultades añadidas, pues si ya es difícil una auténtica comunicación entre los humanos, cuanto más difícil se puede volver entre seres de distintos planetas, salvando las grandes diferencias). Esta búsqueda de la Enterprise se puede comparar también con la búsqueda de la verdad por parte de los filósofos, la necesidad de conocer para abarcar todas las opciones, intentar ver el máximo para conocer más el todo.
Se habla mucho del carácter estoico de los vulcanianos, sobre todo en las relaciones personales, y realmente si observamos a los habitantes de Vulcano, podemos ver cómo se trata de un pueblo de fuertes convicciones, que descarta aquello que no pueden controlar y no permiten que sentimientos absurdos les nublen la mente (entre muchas otras características). Curiosamente otra de las razas que aparecen a menudo, los Klingon, son absolutamente contrarios a los vulcanianos. Son todo pasión, físico y poco autocontrol en sus emociones y actos. Dos caras totalmente opuestas de una moneda que podemos considerar que tiene en medio a los humanos.
Si un producto de entretenimiento como era originalmente Star Trek no tuviese un fondo profundo y mucha coherencia, no habría aguantado 50 años con tan buena salud. En todo el mundo podemos encontrar asociaciones de fans, eventos donde cientos de personas se reúnen vestidas de sus personajes preferidos de las series para compartir y revivir historias del capitán James T. Kirk, de Mr. Spock, de la teniente Uhura…
Como dice el saludo vulcaniano: «Larga vida y prosperidad» para Star Trek.