Siempre surge la ocasión
para hacer lo que pensamos.
Quizá no llegue temprano
mas, si sabes esperar,
ten por cierto, ¡llegará!
La paciencia, jubilosa,
se adelanta en el camino
iluminando las rosas
y arrinconando el espino.
En realidad ya has llegado
al lugar en que pensabas;
solo queda más atrás
el baúl que te acompaña.
Y si, por casualidad,
lo aligeras de su carga,
marcharás mucho mejor
al escalar la montaña.
Siempre surge la ocasión
para quien sabe aguardarla.