«Ante el grave desconcierto
que empobrece a nuestro tiempo,
has de ser como ese faro
que se enfrenta a la tormenta.
Sin temer la soledad,
de obediencia y libertad
será el oro de tu enseña.
Cual un eje vertical
que da luz sin pedir nada,
has de ser como la estrella,
en la noche engalanada.
Esas son las enseñanzas.
Así pues, a todas horas
haz llegar a los demás
los tesoros de tu oficio…
para ser un fiel apoyo
de navegantes perdidos».