En el Congreso Internacional de Geología de Sudáfrica celebrado el pasado septiembre en Ciudad del Cabo, los geólogos han certificado oficialmente la entrada de la Tierra en una nuevo período geológico, el Antropoceno, dando por concluido el Holoceno, iniciado aproximadamente hace doce mil años con el fin de la última glaciación.
Los géologos que se dedican al estudio de los estratos terrestres conocen perfectamente la historia de la Tierra y la pueden reconstruir con gran precisión. Gracias a ellos conocemos que la Tierra, hasta ahora, ha tenido tres eras geológicas finalizadas y estamos ahora en la cuarta, conocida como cuaternaria. Hasta ahora ha conocido tres períodos, el Pleistoceno, el Holoceno y, si finalmente prospera la iniciativa del congreso, el Antropoceno.
La transición entre una era y otra así como entre períodos está señalada por la estratificación y grosor de las capas terrestres y de los minerales y elementos hallados en ella. Un ejemplo conocido es la línea K/T extendida por todo el planeta y que señala la transición entre las eras geológicas secundaria y terciaria; hoy en día se considera originada por el impacto de un asteroide en la península del Yucatán, y que supuso la puntilla final para la extinción de los dinosaurios. La abundancia de iridio en esa línea, siendo el iridio un elemento químico pesado muy escaso en la corteza pero abundante en el núcleo terrestre, es el indicio principal para deducir el impacto del asteroide.
El término Antropoceno ha sido propuesto por el ganador del Nobel Paul Crutzen [1] para señalar el impacto global que sobre el planeta tiene la actividad humana, por lo menos desde el Neolítico, cuyas técnicas agrícolas y tala de árboles para terreno agrícola y alimento del ganado ha supuesto un impacto significativo sobre la vida terrestre, en algunos casos provocando un cambio drástico de vegetación autóctona, como en la reciente deforestación de las selvas amazónicas, si bien el impacto mayor sobre los ecosistemas aparece con el advenimiento de la Primera Revolución Industrial en el siglo XVII y las que la siguieron. Según Richard Leakey [2] , desde el siglo XVII se está produciendo una nueva extinción de especies vivas como consecuencia de las especies invasoras que invaden ecosistemas acabando con las especies más débiles y peor adaptadas, así como por la caza indiscriminada de animales por parte de los hombres. Esta invasión de especies se produce por el aumento de los viajes marítimos intercontinentales impulsados por el colonialismo y el consecuente crecimiento del intercambio comercial. En definitiva, actividad humana.
Los geólogos han propuesto la fecha de 1950 para el inicio del Antropoceno como período geológico. En los estratos terrestres de esa fecha aparece plutonio, un elemento radiactivo producido por las bombas nucleares que se arrojaron sobre nuestro planeta a mediados del siglo XX y que se depositó en el suelo por las precipitaciones y demás fenómenos meteorológicos. Hoy en día la línea de plutonio se puede detectar fácilmente con el uso de detectores radiactivos.
Es importante que se tenga en cuenta que este cambio de era geológica no es una simple cuestión académica. Si el ser humano tiene la posibilidad de influir sobre el planeta cambiando su ritmo geológico e «inaugurando» eras, es muy posible que se pueda aceptar definitivamente la influencia que la actividad humana tiene a la hora de producir cambios irreversibles, que se tome el cambio climático como una dramática realidad y no como un arma política o una justificación de subvenciones científicas. Si hemos podido alterar el ritmo natural del planeta también podemos volverlo a recuperar.
[1] En 1995 por sus investigaciones sobre la capa de ozono (fuente Wikipedia).
[2] En su libro la sexta extinción, publicado por metatemas.