Saben nuestros lectores que en Esfinge sentimos una especial devoción por la Filosofía y que sufrimos al ver de qué manera se la está arrinconando en los planes de estudio, como algo obsoleto, inútil, fuera de sintonía con las ideas predominantes materialistas, nihilistas, escépticas. Y eso a pesar de que muy cualificados pensadores vienen avisando acerca de la pobreza de espíritu que viene extendiéndose como una plaga en nuestra sociedad, desde que las Humanidades en general y la Filosofía en particular fueron perdiendo importancia. Muchos colaboradores se han hecho eco de esta inquietud y vienen proponiendo soluciones, como por ejemplo poder demostrar que la Filosofía es útil, posible y necesaria para todo tipo de personas.
Por eso hemos recibido con honores el soplo de aire fresco que manifiesta el profesor Negrete, que se asoma a nuestras páginas con sus saludables reflexiones y su ejemplo de docente comprometido en la tarea de enseñar a pensar a sus jóvenes alumnos de bachillerato. Pero no se queda ahí su tarea, pues a través de sus libros, profundos y a la vez sencillos y asequibles y de sus comentarios en sus blogs, «engancha» a muchas personas y las anima a no dejarse abatir por el olvido del ser y el catastrofismo de los agoreros que vienen anunciando la muerte de la Filosofía.
Aprender a pensar, a razonar, a dialogar es la primera fase de un ascenso que definió muy bien Platón en sus diálogos. Luego, llegará la serenidad ante la vida, la integridad moral y la práctica de las virtudes junto con la influencia positiva en la sociedad, y más adelante, una cierta intuición de lo esencial y verdadero, acompañada de una inefable plenitud ante lo sublime.