En el primer aniversario de la prematura muerte de Carrie Fisher vamos a recordar su vida. Fue la princesa más rebelde el universo y siempre tendrá un espacio en nuestros corazones.
Carrie Fisher nació el 21 de octubre de 1956 en Burbank (California). Era hija de Eddie Fisher, un famoso cantante melódico con varios discos de oro, y de Debbie Reynolds, una actriz que es conocida sobre todo por protagonizar Cantando bajo la lluvia entre otras. Tenía un hermano pequeño, Todd, nacido dos años más tarde que ella.
Carrie se inició en el mundo del espectáculo desde muy joven. Con doce años ya actuaba en los escenarios de Las Vegas, y en 1973 debutó en una obra de Broadway con su madre, Irene , que fue su debut oficial. Participó en el cabaré de su madre desde los trece hasta los diecisiete años. Obtuvo muy buenas críticas en la última función, acontecida en Londres, de modo que le propusieron la posibilidad de llevar a cabo su propio espectáculo, pero su madre se opuso porque prefería que estudiase interpretación en Londres. Estudió en la Central School of Speech and
Drama (con una beca de estudios) tras haber sido rechazada en la Royal Academy of Dramatic Arts .
Su primera película fue Shampoo (1975), con Warren Beaty y Goldie Hawn.
Star Wars : episodio IV
Su personaje de princesa nada tenía que ver con las frágiles damiselas reales a las que los cuentos fantásticos nos tienen acostumbrados; se trataba de una mujer fuerte, con carácter y luchadora que enamoró a toda una generación (y sigue enamorando).
Pasó a la final en los castings , de modo que Lucas le dio una copia del guion para que lo practicara. Lo leyó y le encantó.
Una vez superada la prueba de casting , llevada a cabo junto a Harrison Ford, Lucas le impuso tres condiciones que no le hicieron ninguna gracia:
1. Debía acudir a una galería de tiro de Manhattan a hacer prácticas porque cerraba mucho los ojos al disparar.
2. Tenía que adelgazar 4,5 kg. Esto no lo consiguió porque, tras acudir a una clínica especializada, le desagradó el trato recibido y se marchó. Esta es la razón por la que aceptó el peinado de su personaje: quería evitar que se fijaran en la supuesta «problemática» de su peso. Por otro lado, tampoco le gustaba que le pusieran tanto brillo de labios. Bromeaba diciendo que quien la besara, se patinaría y se rompería sus labios.
3. No podía llevar sujetador. George le explicó que, debido a la ingravidez, el cuerpo humano se expandía, por lo que una mujer podía morir de asfixia si llevaba tal prenda en el espacio. A raíz de esto, Fisher dijo en broma que pondría en su obituario que había muerto a la luz de la luna, ahogada por su sujetador.
Star Wars : episodio V
Al año siguiente del estreno de Star Wars , Carrie, junto a sus compañeros de reparto, participaron en un especial televisivo titulado The Star Wars Holiday Special (1978). Fue un fracaso mayúsculo porque constaba de varios sketches sin gracia alguna. Carrie, por su parte, exigió cantar la canción del Día de la Vida y se le permitió, aunque luego le decepcionó la misma.
Su vida personal no era tan fantástica como pudiese parecer, pues sus adicciones al alcohol y a las drogas le pasaron factura. En 1980 participó en la película Granujas a todo ritmo ( Blues Brothers ) y durante el rodaje ya se drogaba con John Belushi, al que había conocido en el programa
Saturday Night Live.
En El imperio contraataca (1980), a Fisher se le hizo muy raro besar a Harrison tras haberlo hecho en la vida real durante el rodaje del filme anterior. Ahora bien, sus escenas de discusión con el actor de Chicago se encuentran entre sus favoritas de la saga. Y como anécdota, no le importó tener que filmar algunas de ellas subida a una caja para compensar la notable diferencia de estatura.
En cuanto a la famosa secuencia en la que la pareja se declara su amor, algunas fuentes afirman que Harrison habló con el director Irvin Kershner acerca de que su respuesta debía ser «Lo sé» y que a Carrie le molestó que no la preguntaran por su opinión. En otras palabras: no fue un diálogo improvisado. El guionista Lawrence Kasdan y el propio George Lucas tampoco vieron claro el cambio en un principio, pero lo aceptaron tras los pases de prueba del filme.
Tras El imperio contraataca , Carrie únicamente rodó Under the Rainbow (1981), una comedia que protagonizó junto al actor cómico Chevy Chase. Aseguró que fue la peor película de su carrera. El propio Chase comentó que era una de las peores que se habían hecho.
Star Wars : episodio VI
En El retorno del jedi (1983), rodó su escena favorita de toda su filmografía: aquella en la que estrangula a Jabba el Hutt. Ahora bien, acerca de su vestuario, tiene opiniones encontradas. Por un lado, le apetecía mostrar un personaje más maduro en esta tercera entrega y vestir como una mujer por una vez en la serie, algo de lo que se había quejado en las dos cintas previas. Pero, por otro lado, le resultó incómodo de llevar. Al constar de un borde metálico, debía vigilar constantemente que no se le salieran los pechos.
El resultado no gustó demasiado a los cineastas en aquel momento, porque Carrie había perdido catorce kilos desde que se lo había puesto por primera vez y le quedaba un tanto holgado. A ciertos espectadores tampoco les hizo gracia porque lo consideraban demasiado provocativo para tratarse de una cinta infantil. Varias madres llamaron a las oficinas de Lucasfilm para quejarse, calificando la secuencia de «asquerosa». Tal fue el revuelo que no se fabricó ninguna figura de acción de Leia esclava hasta los años 90 y se limitó su exposición todo lo posible.
Después de Star Wars
Fue en aquel año 1983 cuando empezó una relación sentimental con el cantante Paul Simon, conocido por el grupo Simon & Garfunkel, al que conoció también en el programa Saturday Night Live . Siempre había sido uno de sus ídolos y le encantaban las letras de sus canciones, así que fue todo un sueño hecho realidad. Sin embargo, acabó siendo una pesadilla porque discutían cada dos por tres. Aun así, estuvieron viéndose de forma intermitente a lo largo de doce años, dos de ellos de casados (1983-1984).
Para colmo de males, tuvo que acudir a desintoxicación tras el divorcio, a los veintiocho años. Pero sus problemas con el alcohol y las drogas venían de muy atrás.
Lo único positivo de todo esto fue que escribió el bestseller Postales desde el filo , una novela con tintes autobiográficos que dio lugar a una película del mismo título. En esta última, en la que colaboró escribiendo el guion, Meryl Streep interpretaba a una actriz con problemas con las drogas que debía irse a vivir con su madre, encarnada por Shirley MacLaine, si quería que los estudios de Hollywood la siguieran llamando. Recibió dos nominaciones a los Oscar: Mejor Actriz (Meryl Streep) y Mejor Canción.
Y tras esta novela vino otra titulada Surrender the Pink , otra historia biográfica sobre el tiempo que pasó casada con Paul Simon.
Una semana después de dejar a Paul, Carrie conoció a Bryan, un agente cinematográfico con el que se casó en 1990 y con el que tendría a su única hija, Billie Catherine. Todo iba de maravilla hasta que Bryan la dejó al año.
Ya en 1993 publica su tercera novela, titulada Delusions of Grandma , sobre una mujer que escribe cartas a un hijo nonato.
Volviendo a su carrera cinematográfica, tras El retorno del jedi habría que destacar Hannah y sus hermanas (1986), una cinta de Woody Allen, no solo por su notable calidad, sino porque fue la cinta más taquillera del director neoyorkino hasta aquel entonces.
Tampoco estuvo nada mal Cuando Harry encontró a Sally (1989, Rob Reiner), una comedia romántica nominada al Oscar al Mejor Guion. La escena del orgasmo en el restaurante se hizo tan famosa que colocaron una placa en la mesa del propio establecimiento, ubicado en Nueva York, con la frase «Espero que tomes lo que tomó ella».
Otra cinta importante de su filmografía es Escándalo en el Plató (1991, Michael Hoffman), donde dio vida a una promiscua productora de televisión con gran acierto. Se podría decir que destacó en un reparto plagado de estrellas. Ahí estaban, por ejemplo, Robert Downey Jr., Kevin Kline, Teri Hatcher o Whoopi Goldberg.
Por otro lado, Fisher ha ayudado a pulir muchos guiones de Hollywood –entre ellos, los de Las aventuras del joven Indiana Jones (1992-1993) y los de la trilogía de precuelas de Star Wars – y ha participado en muchas producciones que parodiaban la saga galáctica o que se burlaban de ella misma. Por ejemplo, en Scream 3 (2000, Wes Craven), su personaje afirmaba que perdió la oportunidad de encarnar a la princesa Leia porque Carrie Fisher estaba dispuesta a acostarse con George Lucas.
En 2009 escribió una biografía que fue un verdadero éxito de ventas, titulado Wishful Drinking , en el que narra sus peripecias con el alcohol, las drogas y sus fracasos sentimentales, pero en clave de humor. Curiosa manera de explicar su vida.
Siempre estuvo escribiendo, participando en proyectos de corrección o corrección de guiones cinematográficos, y de vez en cuando aún apareció en algún pequeño papel. Pero su carrera ya no estaba centrada en la interpretación.
Star Wars: episodio VII
En cuanto a El despertar de la Fuerza (2015), cabe destacar que, a pesar de su escaso metraje, cobró un millón y medio de dólares, y perdió 15 kg a base de dieta y ejercicio. Un régimen al que también se sometió Mark Hamill, si bien su papel era considerablemente menor. En cualquier caso, ambos se mostraron muy contentos de regresar a sus papeles más famosos. Carrie, de hecho, ayudó a promocionar la cinta disfrazándose de Leia junto a una presentadora de televisión para vender entradas en plena calle. Todos los esfuerzos merecieron la pena porque volvió a ser un taquillazo: más de 2000 millones de dólares a nivel mundial.
Antes de su prematura muerte a la edad de sesenta años, debida a un infarto a finales de 2016, Carrie había rodado el Episodio VIII, por lo que encarna a la princesa Leia a pesar de no estar con nosotros. Ahora bien, Disney ha declarado que no la recreará en 3D para el Episodio IX como se ha hecho en Rogue One (2016).
En términos generales, Carrie Fisher estaba contenta de haber interpretado a la princesa Leia, pero al mismo tiempo le daba rabia la extraordinaria fama que le otorgó. Le enfadaban cosas como, por ejemplo, aparecer con su peinado galáctico en un libro sobre psicología, en el capítulo dedicado al trastorno bipolar, del que fue diagnosticada. O que le otorgasen un premio por padecer tal enfermedad en vez de por su carrera como actriz o escritora.
Pero, al fin y al cabo, Carrie Fisher es para la gran mayoría de nosotros la princesa Leia, una mujer fuerte, valiente, de grandes valores y convicciones. Y del mismo modo así era Carrie, pues la actriz le dio al personaje una presencia y un carácter que probablemente si hubiese sido otra la actriz no habría sido así. Para la mayoría de nosotros, perder a Carrie ha sido perder a Leia, a nuestra princesa fuerte y preciosa.
Hasta siempre princesa, nunca te olvidaremos.
Y LOS NOMBRES EN LAS FOTOS?…. ACASO SOMOS ADIVINOS O QUE?