Filosofía — 30 de junio de 2019 at 22:00

Causalidades, de Enrique Bunbury

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Enrique Bunbury se define como amante de la filosofía de bar: «Me gusta la profundidad de la filosofía de bar, que llega muchas veces a verdades muy universales».

Causalidades pertenece al álbum Palosanto y es una canción pop muy relajada, tranquila, nos recuerda un poco a los Beatles.

Músico comprometido con su tiempo, nunca ha tenido miedo de expresar su opinión: «La música nos acompaña y nos emociona. Cambiar o tocar el corazón de un individuo es cambiar un poco el mundo. Nada ocurre por casualidad. Gota a gota se va colmando el vaso de la paciencia, hasta que un cambio verdadero se precipita y ocurre sin apenas darnos cuenta».

«Creo en las «causalidades” de la vida. Las cosas ocurren por una razón».

Si no estás atento

a las señales del cielo

pasa de largo el momento

bifurcaciones en el camino

puedes ser testigo

o puedes cambiar el sentido

¿Está escrito, o no, el destino?

mantén los ojos abiertos

interpreta los signos correctos

Si nos acercamos a la sabiduría del antiguo Egipto, encontramos el siguiente párrafo perteneciente al Kybalión: «Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la Ley; la suerte o azar no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley».

Si nos trasladamos a la antigua India, encontramos la tan conocida ley del karma, aunque no siempre bien comprendida. Es una ley de acción y reacción, de causa y efecto. Podemos entenderla como la ley de justicia universal, donde cada acto, cada sentimiento, cada pensamiento, tiene un efecto para la persona de la misma intensidad con que hemos actuado, sentido o pensado.

En los antiguos Puranas podemos leer: «Todo hombre recoge las consecuencias de sus propias acciones».

La comprensión del karma nos ayuda a entender que tal vez todo lo que nos pasa obedece a una razón y nuestro propio destino es una cadena de causas y efectos. Así podemos alejar la idea de un ser humano movido por un azar caprichoso.

El filósofo es por naturaleza un rebelde y no cree en una Humanidad estática o manipulada; por eso busca comprender las leyes que rigen la naturaleza para así poder acercarse a su propia causa.

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