M.ª Dolores Fernández-Fígares es periodista, ensayista y conferenciante. Es licenciada en Ciencias de la Información y doctora en Antropología. Ha escrito diversos libros y ensayos sobre los grandes clásicos de la filosofía antigua, como Los amigos de Platón (Ed. Dauro, 2015) y, más recientemente, su último ensayo, Los primeros filósofos (Ed. Nueva Acrópolis, 2018), donde profundiza en la importancia de aquellos filósofos comúnmente llamados presocráticos.
¿Cuál es el propósito principal al escribir sobre «Los primeros filósofos»?
Dar a conocer la manera en que la filosofía se abre paso en el mundo griego arcaico, conociendo su contexto histórico, sus antecedentes y las relaciones entre aquellos primeros que se conocen en los manuales como «los presocráticos», entre sí y con los misterios órficos.
Para ello me baso en las investigaciones académicas, muy abundantes en este campo, y en los textos que nos han quedado de ellos, tratando de acercar a los lectores interesados todo ese trabajo de investigación.
Tengo que advertir que no se trata de un nuevo manual al uso, que los hay muy buenos, sino que he seleccionado a los que a mi entender recogen la herencia mistérica y la reformulan para ponerla al alcance de los que buscan.
¿Qué utilidad ofrece conocer el pensamiento de filósofos de época tan lejana a la nuestra como Pitágoras, Heráclito, Parménides, Tales…?
En estos tiempos de desconcierto y escepticismo nihilista, nos corresponde «aprender a pensar desde el principio», como dice la catedrática Teresa Oñate Zubía, ir a las fuentes, al origen, pues en el fenómeno del nacimiento de la filosofía en Grecia tenemos claves importantes para aprender y abrirnos paso en la «edad oscura» actual, siguiendo las huellas que nos dejaron los grandes maestros de la filosofía, «los filósofos sobrehumanos», como los califica Giorgio Colli.
La mejor utilidad práctica es que se abran caminos de conocimiento de nosotros mismos y encontremos sentido a la vida de acuerdo con ellos. Sin olvidar el desvelamiento de lo divino en sentido filosófico.
Las ideas acerca del mundo de estos filósofos antiguos parecen muy contrapuestas.
A veces miramos al pasado a través de nuestros marcos de referencia actuales, que en el mundo académico parten de la base de los enfrentamientos y las correcciones o críticas que los discípulos hacen a sus maestros. Si partimos de la base de la probable conexión entre ellos por un plan civilizatorio, entonces entendemos sus propuestas como una sinfonía, armonizada y modulada con la finalidad de transmitir y explicar lo inefable.
¿Cree que estos filósofos revolucionaron su época?
Me gustaría que la lectura de este trabajo ayudara a encontrar y comprender, o quizá incluso intuir que representan una propuesta audaz para un nuevo tiempo, para un renacimiento de la civilización griega, realizando una síntesis portentosa entre las propuestas místicas de los misterios y las explicaciones racionales de los viejos símbolos, mitos, divinidades. Y que podemos aprender de ellos y reconocer que los verdaderos cambios deben surgir a partir de una renovación de la filosofía, como hicieron ellos.
¿Hay similitudes entre el pensamiento de los primeros filósofos griegos y la tradición filosófica oriental anterior a ellos?
Es un rasgo característico que señalan quienes han indagado en sus vidas: sus estancias en el Egipto saíta, que vivía un renacimiento, sus contactos con tradiciones de la India, Persia, Mesopotamia…
Oriente y Occidente no se han dado la espalda casi nunca en la historia, y menos aún en momentos de gozne como era este del mundo arcaico.
¿Qué pueden aportar las ideas de estos filósofos tan antiguos a la educación de hoy?
Escuchar, leer, comprender a los clásicos ya es de por sí una propuesta educativa. No lo digo solo yo, sino muy autorizados pedagogos. Tanto Platón como Aristóteles, que nos han dejado reflexiones profundas sobre cómo vivir en sociedad y cómo educar, destilaron en ellas esa sabiduría perenne que recibieron de estos primeros filósofos, cuyas obras conocían muy bien.
Algunos afirman que mejoraron exponencialmente la vida política de las polis en las que residieron.
Cada uno lo hizo a su propio estilo, pero es indudable que, tanto los llamados sabios como los primeros filósofos, tomaron parte activa en la vida de sus ciudades directa o indirectamente. Nos quedan de ellos muchos ejemplos: la moderación, la igualdad ante la ley, la importancia de respetar las leyes, ser justos o buscar la justicia, la ética cívica, la necesaria concordia, la superación de los conflictos… Son valores que siguen vigentes hoy en día.
El famoso «conócete a ti mismo» es muy viejo, pero parece que puede seguir siendo muy vigente, ¿no es así?
Es muy interesante que los sabios, que viven en una época sin escritura, supieron condensar en sus apotegmas, mensajes cargados de sentido, como esa máxima de Delfos que se atribuye a Tales de Mileto. Esa frase nos invita a ocuparnos de nuestro ser interior, el «cuidado de sí» de los estoicos, buscar respuestas a las preguntas fundamentales sobre qué somos, para qué estamos en este mundo…
¿Cree que el hombre de hoy debería dedicar más tiempo a reflexionar, y cuánto?
No se trata de dedicarle un tiempo determinado, sino de vivir la vida filosófica en general, que incluye actitudes y valores que nos comprometen con nosotros mismos y con el tiempo y el mundo en que vivimos, como buscar la verdad, esté donde esté, no querer para los demás lo que no queremos para nosotros mismos, amar la sabiduría, sentir que nuestra esencia está más allá de las exigencias materiales, pero hay que descubrirla, elevándose por encima de las pasiones y las opiniones banales, como nos sugiere Parménides de Elea.
¿Qué nos queda por descubrir sobre el origen de la filosofía y el pensamiento de los primeros filósofos?
Quizá nos quede profundizar en la realidad de que están vigentes en el aquí y el ahora. Es decir, que no pertenecen a un pasado que no volverá, sino que pueden acompañarnos a quienes nos afanamos en la búsqueda de la sabiduría, marcándonos el sendero que debemos recorrer. Nos siguen interpelando desde el tiempo.
Lo que más necesita la humanidad en estos momentos es reencontrarse con sus maestros de vida, ponerse humildemente a conocer sus mensajes de sabiduría y aplicarlos en cada una de las circunstancias de la vida, individual y colectiva.
Libro disponible en la web de Editorial NA.
M.ª Dolores Fernández-Fígares es también coordinadora académica de Universitas Estudios Generales, plataforma de cursos online.
Creo que estoy de acuerdo en todo este articulo pero me gustaria que las personas c r e y e r a n que la sociedad puede mejorar en cuanto cada persona tienda a perfeccionarse, pero se debe amar buscar la verdad y reflejarla sobre nuestra realidad.Esa inflamacion por la busqueda de la verdad es lo que se debe despertar en todo ser humano.Esa debio ser la chispa que moveria a los grandes pensadores,buscando soluciones a su realidad.