Es la pregunta de siempre, la que nos hace mirarnos a nosotros mismos y atrevernos a responder con lo que vamos aprendiendo en el camino de la vida, que siempre nos parece insuficiente, quizá porque a cada nueva respuesta que vamos encontrando surgen nuevas cuestiones que desafían nuestra capacidad de pensar.
En este número de Esfinge, de nuevo nuestros colaboradores coinciden en plantearnos diferentes caminos para nuestras búsquedas que resuelvan el enigma de lo que somos, apoyándose en diferentes disciplinas, como la psicología, la filosofía o la paleoantropología.
Con los recientes descubrimientos e investigaciones sobre los orígenes de los seres humanos, aprendemos la unidad esencial de todo lo humano, y nos sentimos cerca de aquellos seres que antes calificaban como primitivos, como si estuvieran incompletos. No cabe duda de que, a medida que las investigaciones sobre nuestros orígenes avanzan, los interrogantes se hacen cada vez más precisos y las viejas interpretaciones caen por sí mismas, aun a pesar de que se sigan difundiendo al gran público.
Nuestra intención sigue siendo acercar a nuestros lectores no especializados los nuevos paradigmas que van surgiendo, lo cual nos resulta muy estimulante.
Y surgen propuestas para las necesidades actuales, como la de profundizar en el sentido del bien común, como un lugar de encuentro para nuestros afanes. Esta opción se está revelando como una de las más necesarias, en estos tiempos en que se generalizan las confrontaciones y los egoísmos.
En Esfinge nos alegramos de ofrecer alimento para las reflexiones que necesitamos tanto, más allá de las turbulencias de lo cotidiano y efímero.