Título: Te perdono, me perdono.
Autor: Héctor Gil García.
Editorial: Mandala ediciones. Colección Psique.
ISBN: 978-84-16316-63-2
N.º de páginas: 123
Temática: Psicología.
Publicado en 2017.
La sociedad de hoy en día está plagada de malas palabras, insultos, improperios… No hay más que observar la prensa, las redes sociales y los programas basura en los que, en aras del aumento de la audiencia, se convierten en estrellas hombres y mujeres con lenguajes y actitudes barriobajeras, agraviándose unos a otros con insultos en un juego demoníaco, tratando de ver quién ofende más.
Pero esto no ocurre solo en el ámbito público y, si no, pensemos en las reuniones de comunidades de propietarios, los ambientes laborales o las conflictivas comidas familiares en Navidad. Y eso, sin olvidarnos de las agresiones físicas: racismo, violencia de género, robos…
Sin lugar a dudas, son síntomas de una sociedad enferma, en crisis. Por eso es de agradecer que alguien nos sorprenda escribiendo sobre el perdón. Sin embargo, este libro no nos habla de un perdón al uso («eres culpable y decido perdonarte»), ni del perdón religioso como acto de contrición y propósito de enmienda. Es algo más profundo. El autor lo llama perdón filosófico, aunque bien podría llamarse perdón amoroso y, sobre todo, curativo. El libro, en su portada, ya nos lo apostilla con su lema «Los efectos del perdón en la salud física y emocional».
Y a través de su lectura, se nos va explicando cómo la vida nos enfrenta a situaciones desagradables que nos generan frustraciones, rabia, dolor y traumas, desde el momento en que nacemos. Son heridas que, como las sombras de la caverna de que nos hablaba Platón, nos impiden ver una realidad tan compleja, y cualquier situación diaria que nos lo recuerda, hace que reaccionemos como si de una afrenta se tratara; entonces surge la venganza, la agresión verbal y física originada por un ego trasnochado que no nos deja ver, nos mantiene ciegos y, sobre todo, nos enferma. Porque el dolor no resuelto se somatiza en enfermedades, para cuya sanación es insuficiente el tratamiento farmacológico al que estamos acostumbrados.
De esta manera, el libro nos va hablando del conocimiento profundo de nuestro ser como alianza para la curación, y del perdón como medicina. No puede curarse el cuerpo si no se cura el alma dañada; y para eso hace falta, ante todo, iniciar el difícil camino del autoconocimiento, comenzar el proceso del perdón a uno mismo y a los demás… desde la responsabilidad y no la culpa.
Para explicar su propuesta de perdón, el autor comienza ilustrándonos con los sabios conocimientos de los grandes filósofos de la historia, así como de las teorías de Freud, Jung y Bert Hellinger, entre otros, y, como no podía ser de otra manera, de las enseñanzas de religiones como el cristianismo y el budismo.
En definitiva, nos propone indagar en el dolor que se esconde en torno a nuestras enfermedades, ofreciendo un camino para liberarnos de sus cadenas a través del perdón. Un perdón desde el entendimiento y, sobre todo, desde el amor dejando espacio a la realidad iluminada, libre de las sombras y trampas que nos enferman el cuerpo y el alma. Y me vienen a la memoria también sabias palabras, como la verdad profunda, la sensación de plenitud, del siquiatra Claudio Naranjo, recientemente fallecido.
Reconozco que me ha subyugado ese concepto del perdón como un camino para, como concluye finalmente el autor, transmutar de homo sapiens a homo amans. En conclusión, desde cada uno, caminar hacia un mundo mejor y más civilizado.
Un libro muy completo con una propuesta final de tratamiento de liberación del dolor en tres pasos al alcance de cualquiera (aunque esté especialmente dirigido a los profesionales de la medicina o sicología); un texto que se explica con un lenguaje sencillo y un buen método. No por casualidad, va por su cuarta edición.