Cuando todo se deshace a nuestro lado,
en un mundo conflictivo como este,
una voz del interior nos aconseja
que es propicio navegar contra corriente.
Trabajar por la Belleza
cuando todos la desprecian.
Disfrutar en el silencio
cuando solo cunde el ruido.
Desarrollar voluntad
más allá de los instintos,
y llamar a la Concordia.
Solo entonces la memoria
gestará fraternidad.
Mantenerse firmemente
con el Bien como bandera,
desechando la quimera
de «no existe nada más».
Cuando remontas un río
que se precipita al mar,
necesitas las estrellas
para poder navegar…