Los griegos y nosotros, de Ricardo Moreno Castillo

Título: Los griegos y nosotros

Autor: Ricardo Moreno Castillo

Editorial: Fórcola (2019)

ISBN: 978-84-17425-44-9

Aún recuerdo, como muchos otros de mi quinta, a mi abuela intentando convencer a los nietos de que estudiásemos cosas «con futuro», como médico, abogado o notario. Decir que querías estudiar Literatura, Arte o, peor, Filosofía, era seguido inmediatamente de una minuciosa descripción de un porvenir de privaciones, sufrimientos y fracaso porque, como todo el mundo sabía, esas carreras no sirven para nada. En respuesta a todas las abuelas del mundo, los siempre preocupados padres, los políticos que han ido convirtiendo las humanidades en las «increíbles materias menguantes» y la sociedad en general, Ricardo Moreno Castillo ha publicado Los griegos y nosotros. Hay que decir que Moreno Castillo es una rara avis que, además de doctor en Filosofía, es matemático y autor, entre otras obras, de Diccionario semifilosófico, Nosotros y Voltaire, Sobre la buena y la mala educación, Trece cartas a Dios y Breve tratado sobre la estupidez humana.

Los griegos y nosotros cuenta con un prologuista de excepción, el profesor Carlos García Gual, una de las pocas personas, junto con Moreno Castillo, que podrían dejar mudas a todas las abuelas del mundo sin pestañear. Y es casi lo que hace con el lector que se sumerja en las poco más de cien páginas de este librito que no por su reducido tamaño deja de ser grandioso.

En la portada ya se anuncia, como un dardo, cuál es la diana sobre la que ya vuela para clavarse: «De cómo el desprecio por la Antigüedad destruye la educación». Así, Moreno hilvana reflexiones enormemente lúcidas y certeras como: «Digamos que el quehacer filosófico consiste en la reflexión sobre el resto de los quehaceres. La técnica por sí misma no significa un progreso si no está acompañada por un pensamiento que marque sus límites y explore sus posibilidades más humanas. Y esta necesidad de pensamiento es lo que nos obliga a seguir reflexionando, a seguir siendo griegos para seguir siendo civilizados». ¿No es magistral?

Lo mejor que se puede hacer con este libro es leerlo y, después, leerlo otra vez, y otra más, para que cale bien profundo que, como dice Moreno Castillo, los saberes no caducan como si fueran yogures. La tekné puede cambiar, y de hecho, es lo que cambia continuamente y nos genera la ilusión del progreso, como un truco de magia; pero la realidad es que, debajo, las reflexiones profundas sobre la naturaleza de las cosas y nosotros mismos, no solo no ha cambiado, sino que seguimos remitiéndonos una y otra vez a los que crearon aquellos pilares de reflexión. Tan sólidos y fuertes fueron esos pilares que hoy en día también sostienen nuestro mundo, aunque la estulticia política pretenda derribarlos en pro de una estructura virtual basada en chips, gigas y algoritmos.

No desvelaremos más para que el lector pueda deleitarse con cada palabra como quien vuelve a comer, después de muchos años, un tomate que sabe realmente a tomate, pero no me resisto a reproducir este fragmento: «Y es que para entender la sociedad que nos rodea es mucho más ventajoso conocer la mitología clásica que saber mucha informática (aun reconociendo que la informática es una herramienta utilísima para muchas cosas, entre otras para aprender lenguas clásicas). Y nuestros hijos tendrán que ser los administradores de una enorme herencia cultural que habrán de transmitir a nuestros nietos igual que a nosotros nos la transmitieron todos aquellos que amaron el saber, la ciencia y la belleza. Olvidar el pasado no es pensar en el futuro, muy por el contrario: es volver a la barbarie».

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