No deja de ser una contradicción que los aniversarios dedicados a los grandes personajes de la historia y la cultura acaben reduciendo sus figuras a unos cuantos aspectos ya conocidos, o más destacados, obviando otros menos llamativos o mediáticos, pero que sin los cuales no podríamos comprenderlos.
Este año en que se conmemora el séptimo centenario de Dante Alighieri es una buena ocasión para conocer bien su obra y su influencia; nosotros en Esfinge hemos preferido descubrir los variados aspectos de su poliédrica personalidad. Y nos hemos acercado un poco más a ese gran genio luminoso que supo ver más allá del tiempo, captando los aspectos ocultos de la realidad y el espíritu del tiempo que anunciaba un nuevo ciclo. Los avances de la historia de la humanidad se producen gracias a los que saben intuir los cambios necesarios y encontrar las ideas que modelarán el futuro.
Así nos lo han presentado nuestros colaboradores: como un avanzado a su tiempo, un patriota, dispuesto al sacrificio por ser fiel a sus más altos ideales, un poeta inmenso, de los que ponen en palabras los altos ideales que la filosofía y su inspiración les marcan. Un genio universal, que supo destilar del conocimiento las mejores imágenes inmortales, que describen una realidad mistérica y sagrada, con la habilidad del que quiere llegar a sus contemporáneos, con tal eficacia que hoy día, setecientos años después de su paso por la tierra, Dante Alighieri nos sigue invitando a adentrarnos en su mundo. Y nos ofrece lo que más necesitamos en estos tiempos oscuros.
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