Este mes de abril tenemos una cita con la Madre Tierra, siguiendo la invitación de las Naciones Unidas, al declarar el 22 de este mes como el día del planeta Tierra, de la naturaleza, en suma. Son muchos los desafíos que enfrenta la humanidad, después de haber prescindido del sentido común para interpretar las señales que avisan de los peligros que amenazan la supervivencia de incontables especies, y que alcanzan a los seres humanos, pues formamos parte de esa naturaleza que vemos amenazada. Poco a poco, con lentitud exasperante, se van dando pasos en la dirección adecuada. Como dice Miguel Ángel, uno de nuestros colaboradores, habría que conseguir entre todos la construcción de un mundo distinto, con otros modelos de desarrollo, con nuevas concepciones y nuevas propuestas.
Habrá que imaginar que otro mundo es posible, aportando argumentos y sugerencias. Y en este caso, nada más efectivo que acercarse a la naturaleza y escuchar, mirar, tratar de comprender, pues esa Madre Tierra, la Madre Naturaleza nos está enviando sus señales para orientar nuestros pasos, con la seguridad de que nos está indicando, desde hace muchos años, cuáles son las claves para que se produzca ese cambio de paradigma, tan necesario. En este número de Esfinge hay muy buenas sugerencias y reflexiones al respecto.