En la actualidad, los jóvenes enfrentan una guerra ideológica sin precedentes, siendo bombardeados constantemente con mensajes polarizantes y una hiperestimulación de los sentidos a través de las redes sociales y los medios de comunicación, que buscan moldear su forma de pensar y llevarlos a batallas estériles acordes a los intereses del momento. En este contexto, el budismo, a través de sus enseñanzas, como el Noble Óctuple Sendero, ofrece herramientas filosóficas para navegar la dificultad de pensamiento y la manipulación a la que se ven sometidos. El siguiente planteamiento está inspirado en un curso sobre el Evangelio del Buda que dictó Jorge Ángel Livraga (JAL).
Noble Óctuple Sendero
En la parábola del ciego de nacimiento, JAL nos cuenta que un ciego no creía en el mundo de la luz, decía que no existía el sol, ni la luna, ni las estrellas y todo esto lo dijo hasta que el Tathagata mezcló cuatro elementos simples y le curó de su enfermedad. La situación actual de la juventud se asemeja a esta parábola, en la cual esta ceguera son las ideologías polarizadas, las noticias falsas, la pornografía, las adicciones y las burbujas de información que impiden que los jóvenes vean más allá del algoritmo que el materialismo o ciertos intereses quieren que vean. La guerra que enfrentan no es un conflicto entre las ideas, sino en diferenciar lo real de lo falso, lo temporal de lo pasajero, el plomo del oro.
El Noble Óctuple Sendero proporciona un camino para dar luz a ese ciego, ofreciendo principios éticos y prácticos para ayudar a discernir entre las sombras y la luz.
1) Recta visión: ¿Qué es real y qué es una ilusión? ¿Qué es ético y qué no lo es? Actualmente, según las últimas encuestas, un 26% de la juventud española prefiere, en algunas circunstancias, gobiernos autoritarios y un 18.3% elegiría una dictadura[1].
Estos son los ejemplos de cómo la visión de los jóvenes se ve influenciada por otros intereses, y como el primer paso en esta batalla es VER: tomarnos un momento para reflexionar y discernir, para poder reconocer los intereses ocultos que tienen algunas ideas que son promovidas principalmente en las redes sociales. Los mismos jóvenes, en estas encuestas, reconocen cómo son influenciados por noticias falsas. Ver involucra hacer un pequeño examen diario, anotaciones de si lo que veo es ético o no, si es virtuoso y si nos lleva a la separación o tiene otro interés del cual se beneficia.
2) Recto pensamiento (intención): ¿Cuál es nuestro alimento? ¿De dónde lo obtenemos? Así como nuestro cuerpo se alimenta y puede llegar a enfermar con alimentos contaminados, nuestra mente y nuestras emociones se alimentan constantemente de las redes sociales, de sus vídeos, de sus canciones, de sus mensajes de odio y de otros tantos sin sentido. Datos de esto los podemos encontrar al ver el informe nacional de la juventud de España del 2020, donde se ve reflejado cómo el joven promedio consume más de tres horas al día en redes sociales, siendo esto más de ochenta y cuatro horas a la semana y más de mil al año[2].
Todo esto va directo a lo que pensamos, moldeando nuestra forma de ver el mundo: de ver el sexo como algo efímero sin necesidad de amor, de aprender la intimidad a través de la pornografía, de creer que la felicidad solo puede ser alcanzada a través de los bienes materiales y de que la belleza es simplemente tener un cuerpo delgado y no tiene ninguna relación con la ética.
El segundo paso en esta batalla es NUTRIR: elegir mejor la comida que llevamos a nuestra psique, elegir los pensamientos que queremos y que deben ser alimentados, aquellos que forjan el carácter de los jóvenes, pensamientos de valentía, de honor, de heroísmo; tener un tiempo de desintoxicación de redes, evitando el scrolling sin sentido y el vacío que llega después de varias horas de no haber nutrido nuestros más elevados pensamientos.
3) Rectas palabras: «La verdad se difunde a paso de tortuga, la mentira a paso de liebre», dice el dicho popular.
La rápida difusión de contenido actualmente hace difícil que se pueda comprobar la veracidad de la información; a través de memes o titulares sensacionalistas se van distorsionando las verdades sobre temas políticos, sociales o de salud.
Podemos citar algunos ejemplos de lo que se conoce como “fake news”: El 5G propaga el COVID, el ajo puede prevenir el COVID, Tom Hanks ha muerto, niño refugiado en playa, tormenta apocalíptica sobre Nueva York, noticias falsas de incendios en el Amazonas, las vacunas tienen microchips para controlarnos.
Esto crea confusión, polarización social y se toman decisiones basadas en incorrectas palabras pronunciadas por miles. Debemos retomar aquel consejo tolteca de ser impecables con nuestras palabras, que tanta relación tiene con nuestra autoestima. La palabra correcta implica hablar con la verdad, con la bondad y que sea útil, evitando compartir noticias sin comprobar su veracidad y más aún si tienen un lenguaje de división.
En un mundo donde la comunicación digital amplifica los conflictos, es clave propiciar conversaciones que promuevan el diálogo en lugar de la confrontación.
4) Recta acción (conducta): ¿Qué retos virales son incorrectos?
Actualmente tenemos a miles de jóvenes realizando retos virales, muchos de ellos bajo la apariencia de inocentes o «normalmente aceptados», pero detrás de estas etiquetas esconden la glorificación de trastornos alimenticios, autolesiones, denigración por la obtención de stickers o monedas digitales y la sexualización de menores.
Algunos hasta llegan a ser letales, como le sucedió Nylah, un chico de diez años, que probó el «Blackout challenge», un reto que buscaba aguantar la respiración hasta desmayarse y que, en su caso, le causó la muerte, o la del niño que falleció después de que cinco jóvenes que realizaban el reto viral de conducir cincuenta horas sin dormir chocaran contra él[3].
Los jóvenes aún no han desarrollado toda su parte racional, aún están en formación, y es natural su impulsividad y actuar sin medir las consecuencias. La recta acción del Buda invita a la reflexión de nuestras acciones, a actuar de manera ética, evitando dañar a tanto a otros como a uno mismo.
Hacerse preguntas como ¿esto puede dañar física o emocionalmente?, ¿podría dañar a otras personas directa o indirectamente?, son cuestionamientos iniciales que pueden ayudar a una mejor conducción de los jóvenes ante estos retos.
5) Recto medio de vida: ¿Qué es el éxito? ¿Qué estoy dispuesto a hacer para alcanzarlo?
En la parábola de la «cruel garza engañada», JAL nos cuenta que una garza miente y engaña a unos peces ofreciéndoles trasladarlos en su pico hasta un lago cercano con la promesa de llevarlos sanos y salvos. La garza, dando una muestra de confianza, traslada a una pequeña carpa, la cual llega intacta a la orilla y, al verla sana, el resto de peces deciden confiar. Sin embargo, la garza tenía otros planes, devorándolos uno a uno a los pies de los árboles que llamaban varanas.
En las redes sociales, los jóvenes se enfrentan a cientos de influencers que mienten sobre su forma de hacer dinero y sobre la vida exitosa que llevan, sus lujos, sus coches y su fama. Invitan a miles de jóvenes que son sus seguidores a que apliquen sus fórmulas mágicas.
Para el éxito, utilizan frases como «Sígueme para tu libertad financiera», «Sé tu propio jefe», «Vive viajando», «No seas un panza», «No seas un mileurista». Y al convencerlos, los jóvenes llegan a pagar cuantiosas membresías para programas vacíos de contenido o se vuelven esclavos de un sistema de captación de personas y la moneda de cambio es cuántas personas convenciste para hacerte tú millonario.
Un recto medio de vida implica un discernimiento ético de nuestra forma de actuar, ganarnos el sustento sin causar daño a otros o sin involucrarnos en actividades que promuevan el engaño o la manipulación a través de esquemas piramidales y promociones que apelen a la codicia y el deseo de éxito rápido. Un éxito sin esfuerzo, como sabemos, no es sostenible y conlleva el daño a otros.
6) Recto esfuerzo: actualmente, los jóvenes se ven influenciados por un bombardeo constante de egocentrismo: «piensa en tí», «diviértete», «disfruta», «no pienses», «viaja», «vive la vida», son eslóganes que buscan manipular al joven para que pierda sus años más vitales y que no pueda generar cambios en el status quo que mantiene al mundo en un consumismo y adormecimiento que solo los jóvenes despiertos pueden modificar.
Los amos de la caverna que menciona Platón en su mito buscan que el joven tenga una apatía natural al esfuerzo, que busque el éxito por la vía fácil, sin tomar en consideración que habrá decisiones difíciles, que habrá momentos incómodos, que la búsqueda de victorias en la vida cotidiana tendrá que requerir de un esfuerzo físico y psicológico, que el estrés es parte natural de la vida y que no existe relación que no lleve esfuerzo, paciencia y dedicación; que lo valioso de la vida no es desechable y que siempre tendrá costos, pero que también nos llevará a estados de paz interior por el solo hecho de habernos esforzado.
El esfuerzo es algo de lo que el joven debe volver a enamorarse, a la paciencia y entrega del trabajo, a la acción inegoísta de ayudar a otros, a salir del ensimismamiento de creer que todo esfuerzo necesita una recompensa material, y esto lo da el recto esfuerzo planteado por el Buda.
7) Recta atención: las redes sociales, actualmente, tienen como objetivo captar la atención y buscar la interacción de quien las ve, lo cual generará progresivamente en los jóvenes una dependencia emocional que asocia su autoestima al número de me gusta que obtienen; cuanto mayor sea el número, más valorados se sienten.
Esto tiene grandes repercusiones físicas y psicológicas en quienes buscan esos «likes», ya que, al no obtenerlos, usualmente pueden llegar a experimentar ansiedad y depresión, una distorsión de su autopercepción, llevándolos a inseguridades de su cuerpo, habilidades o estilo de vida.
En esta búsqueda de recompensa inmediata, la recta atención ayuda grandemente a la desidentificación de imágenes externas, el poder reconocer la búsqueda constante de validación y la importancia del desarrollo del desapego emocional.
Con la recta atención podemos tener atención plena de nuestras emociones al buscar y obtener esos likes y cómo poder dejar ir ese pensamiento sin aferrarnos a él. Cómo vivir en el presente nos aleja de la obsesión de cómo nos ven otros y nos lleva a enfocarnos en experiencias reales y significativas.
8) Recta concentración: el término FOMO significa Fear of missing out o miedo a perderse algo que generan las redes sociales.
¿Por qué los jóvenes viven con miedo a perderse alguna información? ¿Qué genera el miedo?
Debido a que nuestra mente está en múltiples tareas o pensamientos, está altamente dispersa, cae constantemente en una sobreestimulación y adicción a la dopamina que esto genera, buscando el no perderse eventos, tendencias o noticias importantes, no solo por miedo a la noticia en sí, sino por el miedo que conlleva la adicción a la dopamina, a la estimulación que las noticias generan.
Estar enfocado en una sola tarea o un solo pensamiento fortalece nuestra mente, nuestra capacidad de evitar dispersarse, de resistir distracciones y, por ende, la compulsión de revisar constantemente las redes o el teléfono.
La concentración profunda nos permite identificar lo que realmente importa en nuestra vida, fortalece la autoestima y nos ayuda a alcanzar metas.
Consecuencia práctica
El Noble Óctuple Sendero ofrece herramientas integrales y éticas para que los jóvenes puedan enfrentar una manipulación ideológica cada vez más presente en las redes sociales, siendo estas un espacio donde pueden desarrollarse, aprender y expresarse, pero también donde se ven sometidos a un gran bombardeo de ideas que puede llevarlos a un gran deterioro personal, tanto físico como psicológico.
En un mundo cambiante, las enseñanzas del Buda siguen siendo válidas, siguen siendo un oasis de sabiduría para momentos de dificultad. y una gran inspiración para estas nuevas generaciones.
Cada arista del sendero, desde la recta visión hasta la recta concentración, proporciona herramientas prácticas para desarrollar una relación sana con las redes y los medios. La recta palabra fomenta la verdad y la honestidad, el respeto en nuestras interacciones en línea, mientras la recta acción y el recto medio de vida nos enseñan a mantener una vida ética y armoniosa, sin caer en las trampas del materialismo y la validación externa. La recta concentración y el recto esfuerzo nos permiten vivir en el presente y tener un ejercicio mental para evitar la dispersión mental y las manipulaciones del mundo digital.
Si los jóvenes viven y practican dichas herramientas, no solo estarán más preparados para enfrentar esta nueva era, sino que también tendrán una vida más llena de justicia y amor, tan necesarios en nuestros tiempos.
Bibliografía
Livraga Rizzi, J. Á. (1997). Magia, religión y ciencia para el tercer milenio. Nueva Acrópolis.
[1] Un 26% de los jóvenes varones prefiere «en algunas circunstancias» el autoritarismo a la democracia. (2024, septiembre 1). EL PAÍS.
[2] Informe juventud en España 2020. (2020). injuve.es.
[3] https://www.lasexta.com/noticias/internacional/tiktok-demandado-eeuu-muerte-menor-10-anos-realizar-reto-viral_2024082966d0cf91797ae10001211f78.html.