El origen de los dragones
Los Dragones, como tantas otras bestias fabulosas y quiméricas, son fruto de la imaginación de los hombres. Creadas para plasmar la naturaleza humana (el amor, la crueldad, el valor, el miedo…) y para explicar fenómenos naturales (tormentas, sequías, inundaciones, terremotos, el ciclo del sol y de la luna…). Es tal vez por este toque fantástico que a menudo la frontera entre el mundo real y la fantasía no se distinguen.
La palabra “Dragón” viene del griego antiguo “serpiente”. Se encuentran en la mitología de muchas culturas.
En todo el mundo hay diferentes Dragones y cada uno de ellos tiene diferentes atributos. Algunos son benévolos, otros son malignos; unos vuelan, otros nadan o van por tierra; algunos tienen poderes que les confieren poderes fantásticos, otros solo dependen de su fuerza…
En el este asiático el dragón normalmente es benéfico, pero en occidente normalmente simbolizan el mal, siendo en la mayoría de los casos enormes serpientes con alas de murciélago que escupen fuego por la boca, que suelen vivir en cuevas oscuras custodiando grandes tesoros, como el Dragón Nórdico FAFNIR, que empezó siendo un enano codicioso y finalmente se convirtió en Dragón por lo que le dieron muerte. Otro gran Dragón fue LADÓN, que guardaba las manzanas de las Hespérides.
Muchos estudiosos del tema Dragón afirman que la creencia generalizada de la existencia de estos seres míticos alrededor del mundo se debe a los cráneos de dinosaurios o grandes lagartos que se han encontrado a lo largo de la historia, e incluso a huesos de otros animales como osos encontrados en grandes cuevas y cavernas. De ahí que se extendiera la creencia de la existencia de seres mágicos, ya extinguidos, que poblaron cielo, tierra y agua hace muchos años, los cuales por su condición excepcional acabaron siendo elevados a la categoría de seres mágicos o incluso de dioses, entrando de lleno en las leyendas humanas alrededor del mundo. También ayudó a alimentar esta creencia la visión de los meteoritos cruzando el cielo nocturno y que parecían venir de mar adentro, lo cual explicaría que, a pesar de que normalmente eran seres que escupían fuego, a menudo se les relaciona con el agua.
El vuelo de los dragones
Esta teoría de los Dragones-meteoritos tiene como curiosidad la historia celta en la cual el padre del rey Arturo, Uther, adoptó el sobrenombre de PenDragón (“cabeza de dragón”) después de ver un cometa en forma de Dragón.
La capacidad para volar que los humanos les hemos dado a los dragones también podría tener relación con la visión de los cometas, ya que no todos los dragones tienen alas y a pesar de ello muchos vuelan (como los cometas, atravesando la bóveda celeste). Los dragones asiáticos deben su capacidad de vuelo a la magia o a un bulto situado en sus cabezas que les confiere poderes fantásticos. En China los dragones se suelen representar volando a través de las nubes cuando no están jugando con perlas.
Características y leyendas de dragones
En China se creía que controlaban el agua y que vivían en ella, y en ocasiones provocaban la lluvia. Los dragones celtas también se asociaban con el medio acuoso. Y la tribu de nativos americanos “seneca”, cuentan que sus dragones de fuego, los “Gaasyendietha”, viven en las aguas profundas, para no incendiar el mundo.
Los dragones chinos pueden representar la buena suerte, el trueno o la sabiduría. Los de distintos colores están asociados con cada una de las direcciones o estaciones. Es el quinto signo del zodíaco chino: la gente nacida bajo este signo se dice que es honrada y enérgica pero irascible.
Los dragones malignos (sobretodo los europeos en la edad media) se establecían cerca de los humanos y exigían sacrificios humanos, pero en muchas ocasiones eran vencidos por famosos cazadores de dragones o héroes.
El más famoso es, sin duda, San Jorge, que mató al dragón clavándole una lanza a la bestia que atemorizaba al reino y rescató a la princesa, consiguiendo así terminar con el terror del reino.
Otra leyenda similar la encontramos en África, donde la tribu de los Dausi cuenta que un Dragón llamado Vida asediaba la ciudad de Wagadoo y pedía el sacrificio de una joven al año a cambio de escupir oro por encima de la ciudad, pero un día un joven se enteró que la próxima victima tenía que ser su amada y éste decapitó a la bestia. La cabeza del dragón fue rebotando hasta la Costa de Oro, y por eso se dice que allí hay mucho oro.
Diferentes tipos de dragones alrededor del mundo
– Dragones Serpiente: Normalmente asociados a los ríos, lagos u océanos abiertos. Son entidades enormes con forma de serpiente, sin extremidades, sin alas, fácilmente reconocibles por sus cabezas de dragón, que suelen lucir cuernos y fauces de cocodrilo. Algunos ejemplos son la Serpiente de Lambton (Reino Unido), la Guivre y la Gargouille (Francia), Jormungander, la serpiente de Midgard (leyendas nórdicas), Kitchi-at´husis y la Sanguijuela Gigante (leyendas de los indios americanos nativos), el Gigante Serpiente Cartaginense (antigua Roma), el Dragón de Poseidón (antigua Grecia), el Leviatán (Cristianismo) o los Dragones Serpientes y las Ballenas Serpientes (presentes en innumerables leyendas por todo el mundo)
– Semidragones: Son criaturas a medio camino entre serpientes y los dragones tal y como los imaginamos. En este grupo encontramos a los Lindorms (de dos patas, sin alas y muy parecidos a las serpientes) y los Wyverns (con un par de patas y un par de alas, más cercanos a los dragones). Otros semidragones son el Fafnir (Dinamarca), el Dragón marino (Babilonia) o el Tatzelwurm de cuerpo de serpiente y cabeza de gato (Austria y Suiza)
– Dragones Clásicos: Se trata del clásico dragón occidental, muy representado en la heráldica medieval, generalmente representando la Némesis de los héroes de las leyendas. Suelen tener un armazón impenetrable de escamas brillantes y están dotados de cuatro poderosas patas acabadas en garras. También se destaca una cola acabada en punta de flecha y por norma general dos alas parecidas a las de los murciélagos. En este grupo encontramos en casi toda Europa, la leyenda de San Jorge y el Dragón, el Dragón de Wantley (Reino Unido), el Bunyip (Australia), el Dragón pájaro Piasa (EEUU), el Sirrush (Babilonia), el dragoncito del Monte Pilatos (Suiza) o los dragones aun vivos de Cómodo y Nueva Guinea.
– Dragones del Cielo: Se dice que algunos de estos magníficos seres perdieron su derecho sobre la tierra o al agua, pero ganaron el dominio del aire y los cielos, moviéndose empujados por el viento, planeando o propulsándose con magníficas alas. Algunos ejemplos son los Amphipteres y las Serpientes Aladas (Reino Unido), Mertseger la diosa egipcia que guardaba las tumbas de Tebas (Egipto),
Quetzalcoatl (México), las Deidades Dragones (China), los Pájaros cantores de la Tristeza (Japón) o las Serpientes aladas de Gales.
– Neodragones: En este grupo se engloba a aquellas bestias que sin ser estrictamente Dragones, tienen aun así, características típicas de estos animales. Es tal vez la evolución que el hombre ha hecho de estos seres a medida que pasaba el tiempo. Tenemos por ejemplo al Basilisco y al Cockatrice que evolucionó del primero. Otro de estos seres míticos es Tarasque que originalmente vivía en Asia Menor, desovado por el mítico Basilisco, pero que termino “frecuentando” el río Ródano en Francia; y otro neodragón que de origen francés es el Peluda, cubierto de piel verde y plumas venenosas que podía lanzar a sus enemigos. La Hidra Learnaean griega, hija de Tifón y Equidna, con nueve poderosos cuellos terminados en una maligna cabeza con cuernos, es decir nueve cabezas de Dragón a los que Heracles se enfrentó. La Salamandra a pesar de ser un ser real, también tiene detrás una leyenda en la que se le confieren propiedades mágicas por su capacidad de adaptación a ambientes de altas temperaturas y los alquimistas medievales lo estudiaron con gran interés. Por último tenemos a los Cuellilargos y a los lagartos marinos, entre los cuales el más famoso es el habitante del lago Ness, Nessie, del que aun hoy en día se cuestiona si existe o no.
Dragones de Oriente
Los dragones orientales son los señores del tiempo, portadores de la lluvia, guardianes de las fuentes, ríos y lagos y símbolo del cambio. El dragón japonés es más bien un dios de los ríos o de los mares. En China, los dragones duermen en el fondo de las charcas durante el seco invierno; en primavera despiertan y adoptan la forma de las nubes cargadas de lluvia. Por eso en épocas de sequía se intentaba que despertaran los dragones y echaran a volar, y la mejor manera era molestar a dos dragones para que se pelearan hasta que las nubes de tormenta reventaran y el agua regase la tierra. Cuando luchan en el aire, provocan tormentas; cuando lo hacen en el agua, provocan inundaciones.
En oriente el Dragón es muy poderoso pero normalmente benévolo.
Los dragones ponen huevos que tardan 3000 años en abrirse. Cuando llega el momento de la eclosión, aparece un pequeño agujero en la cáscara y de este sale una pequeña serpiente que en cuestión de pocos minutos crece hasta alcanzar el tamaño
normal y se eleva hasta el cielo formando un torbellino. No tienen alas pero vuelan gracias a su magia o energía.
Los dragones orientales aparecen a menudo sosteniendo o persiguiendo una pequeña bola que representa la Luna, la Perla de la Sabiduría o el huevo que simboliza el origen de la vida. Esta bola suele aparecer rodeada de formas irregulares parecidas a las llamas que son el símbolo del rayo y del trueno.
Cuentan las leyendas que el Dragón Amarillo solo emerge cuando un hombre santo gobierna el país. Se dice que cuando Fu Hsi, el primero de los diez emperadores, llegó al trono, el Dragón Amarillo surgió de las aguas con los primeros caracteres chinos grabados en el lomo. Así desveló el secreto de la escritura al pueblo chino. En Vietnam, los dragones esculpidos en el tejado sirven como protección contra incendios. El fuego del dragón y el fuego de la tierra son opuestos; el de la tierra se sofoca con agua, pero el del dragón arde en el agua pero se apaga con el fuego de la tierra.
El dragón chino imperial tiene cinco garras. Los dragones chinos comunes y los coreanos tienen cuatro y los japoneses tres.
Dragones de Occidente
Los dragones occidentales son, en general, peligrosos, e incluso se les relaciona directamente con el demonio. También se les relaciona con el agua, pero de modo destructivo con inundaciones catastróficas a su paso. A diferencia también de los orientales han sido cazados o destruidos según las leyendas.
San Miguel se batió con el demonio dragón y lo expulsó del cielo, pero el más famoso aniquilador de dragones es San Jorge. Según la leyenda, hace unos dos mil años vivía en un lago un dragón terrorífico que exigía sacrificios humanos. Por casualidad (o por suerte) pasó lugar San Jorge por el lugar en que habían atado y abandonado a su suerte a la hija del rey para aplacar las exigencias del malvado dragón. En este punto encontramos diferentes versiones de lo que allí aconteció. La primera y tal vez la más contada es que el héroe mató al dragón clavándole una lanza y en el charco de sangre que se formó en el suelo de la mortal herida, creció un rosal de rosas rojas, símbolo del amor del santo y la princesa (en Catalunya el 23 de abril se celebra la festividad de Sant Jordi en la que las damas reciben de sus amados una rosa roja). En otra de las versiones, el joven solo hirió a la bestia para que la princesa lo amordazase con su ceñidor y lo condujese al reino, para matarlo en presencia del pueblo. Por último, en una clave más simbólica se dice que el dragón representa los miedos y debilidades del hombre y que por ello ha de dominarse y hacerse más pequeño para poder llevar a la bestia bien cerca pero siempre bajo control.
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Según la tradición occidental, para matar a un dragón hace falta una lanza de hierro. Es muy probable que el primer hierro que conocieron los humanos procediese de meteoritos, y, puesto que estos caen desde el cielo, se creía que su origen era celestial y por tanto contaba con el poder para destruir el mal.
A pesar de todo, no todos los dragones occidentales son malos y perversas bestias asesinas. En las leyendas Artúricas encontramos que cuando nació Uther Pendragón (el padre de Arturo), aparecieron en el cielo dos grandes dragones dorados para anunciar el nacimiento de un rey, y se utilizaron imágenes de estas magníficas bestias en escudos y estandartes. Incluso se dice que el nombre de “Pendragón” lo adoptó el propio rey Uther al ver un meteorito con forma de dragón, atravesando el cielo.
Ya en tiempos más cercanos a nosotros, la figura del dragón en occidente ha adoptado matices más benignos en el mundo de la literatura y el cine, e incluso se le ha tratado como a un ser vivo que a pesar de parecer violento a primera vista, simplemente reacciona del mismo modo que lo haría cualquier animal de la naturaleza al verse atacado.
Para saber más:
– “DRAGONES, una historia ilustrada” DR.KARL SHUKER
– “Encliclopedia del mundo mágico” JUDY ALLEN
– “1000 simbolos” ROWENA Y RUPERT SHEPHERD