Entrevistas — 1 de diciembre de 2012 at 00:00

Santiago Posteguillo: «A partir de Escipión empezó a cambiar el mundo»

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Entrevistamos a Santiago Posteguillo, autor de Africanus, el hijo del cónsul, primera parte de la maravillosa trilogía sobre Roma que continúa con Las legiones malditas y La traición de Roma y de Los asesinos del emperador, que abre una nueva trilogía, ahora sobre el emperador Trajano. Sin duda es uno de los mejores escritores de narrativa histórica actual, es filólogo, lingüista, doctor europeo por la Universidad de Valencia y profesor de Lengua y Literatura. Y todo un placer conversar con él.

Profesor, ¿qué hay de romano en usted?

Me gusta hacer la siesta, la uva y el aceite, el vino, la ley y el orden, el teatro clásico, la oratoria, la calefacción en invierno, disponer de agua corriente, ir a un spa, que es el equivalente moderno a unas termas, disfrutar de buenas comunicaciones… centenares de cosas.

¿Y qué hay de Roma en nosotros?

Todo lo que he mencionado arriba más el derecho romano, la lengua, muchas de nuestras costumbres e incluso nuestra forma de encarar los problemas del mundo.

¿Por qué dedicó su atención y sus novelas a la época romana? ¿Qué o quién le inspiró?

Es una época importantísima de nuestro pasado. Esto desde el punto de vista histórico. Y desde el punto de vista literario, la antigua Roma es un escenario fascinante para novelar: gladiadores, fieras, guerras, asedios, emperadores, traiciones, conjuras, lealtades…

De casi mil años de historia romana, ¿por qué eligió la época de Escipión para su primera trilogía?

Porque es un personaje muy importante injustamente olvidado. En la época de Escipión es cuando Roma se erige como la gran potencia del Mediterráneo occidental y, a partir de ahí, empezó a cambiar el mundo.

¿Por qué cree que la cultura romana ejerce creciente fascinación sobre nosotros, europeos del siglo XXI? (Crece el número de libros, de “ferias romanas”…).

Yo creo que la antigua Roma en particular y el mundo antiguo en general ha interesado desde siempre. El Renacimiento fue una gran vuelta hacia el mundo clásico. El neoclasicismo, de nuevo un regreso hacia sus formas artísticas y de pensamiento. Y en el XIX ya se hicieron grandes novelas sobre Roma. En el siglo XX, con el cine, se hacen también grandes y muy espectaculares adaptaciones cinematográficas de esas visiones noveladas de Roma. En el siglo XXI ese interés por Roma simplemente sigue.

En su obra vemos que usted conoce a fondo la psicología romana. ¿Cuál cree que fue “el secreto”, “el centro” del mundo romano?

Los romanos, en su vanidad, se creían que eran merecedores de poseer el mundo. En su pragmatismo eran capaces de adaptarse para mantenerse como la potencia de control de su mundo. En su genialidad, tuvieron magníficos poetas, historiadores, dramaturgos, oradores, pensadores…

¿Cuáles eran las tensiones o desafíos que Roma debía atravesar? ¿Se parece algo a la crisis actual?

Todas las crisis se parecen y todas son diferentes. Roma vivió varias crisis enormes a lo largo de sus más de mil años de historia. Nosotros estamos viviendo una crisis de enormes proporciones. Cuando en Roma había gobernantes a la altura, las crisis se superaban sin demasiado sufrimiento para todos; cuando los líderes (emperador de turno, senadores) no estaban a la altura, la crisis se agudizaba. Nuestra crisis se está agudizando. La conclusión es obvia.

Usted describe las sesiones del Senado maravillosamente. ¿Estudió escritos políticos de la época para inspirarse?

Para recrear la oratoria antigua hay que empaparse de Quintiliano, nuestro gran teórico hispano sobre la materia, y luego leer grandes discursos de la época, como los de Cicerón o Plinio el Joven, por citar solo algunos ejemplos.

¿Qué opina del derecho romano?

Es la base de nuestro propio derecho. Tiene, como todo sistema, sus limitaciones, que hoy día podemos ir solucionando, pero era tremendamente avanzado para su tiempo.

¿Qué valores romanos fundamentales transmiten personajes como Escipión el Africano, Lelio…?

Escipión: la voluntad. Y Lelio: la amistad.

¿Cuál podría ser el mensaje de las mujeres romanas a las mujeres de hoy en día?

El mundo romano era un mundo gobernado por hombres, pero donde las mujeres fueron avanzando en sus derechos hasta conseguir modernidades tales como el derecho al divorcio o el heredar ellas de su familia y no el marido. De hecho, eso da juego a Plauto y otros autores para muchas de sus obras. También, en el centro de la religión romana había un espacio para la mujer con las sacerdotisas de Vesta. La mujer seguía por debajo del hombre en la Roma antigua, pero avanzando. Luego, con la Edad Media, en cierta medida se volvió para atrás, al menos, legalmente. Hoy día sabemos que la Edad Media fue mucho más compleja con relación al papel de la mujer de lo que pensamos normalmente. Pero el que sabe de esto en la Edad Media es José Luis Corral.

Gladiadores, invasiones, emperadores locos… ¿la imagen que Hollywood ha creado de Roma es adecuada a lo que fue en realidad?

Está basada en una parte de la realidad antigua, pero es cierto que se centra en unos aspectos, algunos muy espectaculares, y se olvida de otros: la ingeniería civil, las grandes comunicaciones, el teatro y la literatura clásicos, etc., pero hay que reconocer que la visión hollywoodiense tiene un sustrato de verdad. Otra cosa son los gazapos históricos que podemos encontrar en casi todas las grandes producciones cinematográficas, pero tampoco hemos de exagerar las anécdotas, aunque algunas sean muy llamativas.

¿Qué papel jugaban las escuelas filosóficas y los maestros de ética de la época imperial?

Un papel importante, pues los grandes directores de estas escuelas, con frecuencia, formaban a los hijos de los futuros líderes de Roma.

¿Cómo era la “espiritualidad romana”?

Mucho más compleja de lo que pudiéramos pensar. El cristianismo desdeñó toda la religiosidad romana como pagana, pero dentro de esa religiosidad había también una gran fe en entes superiores que influyen sobre nosotros, y todo esto apoyado sobre una muy densa red de sacerdotes y sacerdotisas. En mi siguiente novela sobre Trajano exploro con detalle instituciones como el Colegio de Pontífices, de forma que los lectores podrán ver cuánto de las instituciones paganas asimiló la actual Iglesia católica.

¿Cómo sería la civilización si Roma nunca hubiera caído?

Eso es historia ficción. Es difícil de saber. Me gustaría pensar que en algún momento hubieran hecho una revolución democrática. Una Roma clásica con sufragio universal habría sido algo francamente interesante.

Se publican muchas novelas históricas. ¿Cuál cree que es la razón?

La gente tiene pasión y curiosidad infinita por el pasado y, sobre todo, si se lo cuentan de forma amena.

Muchas gracias por su atención, profesor. ¿Cuál es su próximo proyecto?

Ahora publico “La noche en que Frankenstein leyó el Quijote”, un libro sobre los grandes enigmas de la historia de la literatura universal. Algo muy diferente a mis novelas históricas, pero que creo que puede resultar un paseo muy entretenido para los lectores sobre diferentes grandes personajes de la literatura de todos los tiempos. Y, por supuesto, trabajo a diario sobre la segunda parte de la trilogía de Trajano.

Para saber más:
http://www.santiagoposteguillo.es/santiago-posteguillo-el-autor/

Héctor Gil

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