La crisis que afecta a la civilización occidental, que es lo mismo que decir a todo el mundo, está poniendo en evidencia que es urgente que cambiemos nuestra manera de representarnos el mundo, es decir, que hace falta una revisión en profundidad de los valores que nos mueven, lo que da sentido a nuestra vida. Hay mucha gente reflexionando desde distintos enfoques, puntos de vista y campos del conocimiento y definiendo el rumbo que deben tomar las acciones humanas, con el fin de que la crisis se convierta en una oportunidad, como dicen los viejos textos chinos.
En Esfinge nos motiva especialmente esa búsqueda, pues sabemos que es difícil plantear ideas nuevas, incluso cuando resulta vital hacerlo. No todo el mundo está dispuesto, ni preparado, no ya para aceptarlas, sino ni siquiera para considerar si son realmente válidas. Por lo visto, preferimos la comodidad de lo ya conocido y nos cuesta salir de nuestras rutinas, por más que han demostrado que nos llevaban a un callejón sin salida. De ahí que, en la medida de nuestras posibilidades, queramos servir de altavoz para quienes estén dispuestos a aportar soluciones válidas para nuestros problemas, desde los que nos enfrentan con el absurdo del mito del progreso siempre creciente, hasta los que nos recuerdan que la naturaleza humana se distingue por la posibilidad de imaginar y reflexionar, pasando por los consejos para una vida más sana, en lo físico y en lo psicológico, sin dejar de lado las energías, que tanto necesitamos para salir adelante.
Los cambios que se necesitan ya se están produciendo, aunque en pequeña medida. Resulta apasionante descubrirlos y poder ampliar su eco en las páginas virtuales de nuestra Revista. Sentimos que con esta tarea somos útiles y en alguna medida contribuimos a la esperanza de que el mundo puede ser mejor.
El Equipo de Esfinge