El telégrafo ha sido reemplazado por otro tipo de comunicación mucho más sofisticada: Internet. Después de 7 años de investigaciones para conseguir conectar varios ordenadores de forma no directa, sino a través de una red que pudiera ser menos frágil a la amenaza de una guerra nuclear con la Unión Soviética, nació Internet el 7 de abril de 1969.
¿Telecomunicaciones? Naturalmente que esta palabra nos sugiere en primer lugar el teléfono. La invención del teléfono, en 1876, se ha atribuido tradicionalmente a Alexander Graham Bell hasta hace pocos años. Recientemente se reconoció que el inventor alemán Philipp Reis ya construyó un teléfono en 1861. Por si fuera poco, otro inventor italiano, Antonio Meucci (que al igual que el escocés Bell también emigró a EE.UU.) construyó en 1854 el primer teléfono, pero su falta de dinero y la “avaricia” de la compañía Western Union impidieron que se llevara los honores de tal invención.
El mérito que aún le queda a Graham Bell es el de la patente del teléfono, pero tampoco debemos olvidar que fue precursor de la fibra óptica, de la grabación del sonido en cintas magnéticas, inventor del detector de metales (entre otras 18 patentes), y además también fue impulsor y fundador de la National Geographic Society, de la que fue su segundo presidente…, todo un personaje.
Pero volvamos a las Telecomunicaciones, cada 17 de mayo se celebra el Día Internacional, en recuerdo de la fundación en París en 1865 de la Unión Internacional de Telégrafos, siendo así la más antigua organización intergubernamental de las Naciones Unidas. ¡Telégrafo!, parece una palabra medio extinguida que se refiere a ese aparato inventado por Samuel Morse en 1822 para la transmisión de señales eléctricas a distancia. Sí, esa codificación de letras en puntos y rayas de la que ya casi ni nos acordamos.
El telégrafo ha sido reemplazado por otro tipo de comunicación: Internet. Después de 7 años de investigaciones para conseguir conectar varios ordenadores de forma no directa, sino a través de una red que pudiera ser menos frágil a la amenaza de una guerra nuclear con la Unión Soviética, nació Internet el 7 de abril de 1969. Ese día los científicos norteamericanos de la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa (DARPA), publicaron su proyecto, y posteriormente, el 21 de noviembre de 1969, se estableció la primera comunicación a través de la red de ARPANET entre las universidades de UCLA y Stanford.
De hecho, para algunos, el 17 de mayo es también el Día de Internet: http://www.diadeinternet.org/. En esta página de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, podemos consultar docenas de diversas actividades para tal conmemoración.
En este Día de las Telecomunicaciones es necesario recordar que todavía:
– un tercio de la humanidad no dispone de electricidad
– cuatro de cada cinco habitantes del planeta no han utilizado jamás un teléfono
– más del 90% de nuestros contemporáneos nunca navegaron por Internet
Por eso, alguna de las funciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (www.itu.int/net/home/index-es.aspx) son promover el desarrollo y el funcionamiento eficiente de las instalaciones de telecomunicaciones, lograr que los beneficios de las nuevas tecnologías lleguen a toda la gente y ofrecer asistencia técnica a los países en desarrollo.
La importancia de las telecomunicaciones es fundamental para
– una labor de asistencia humanitaria eficaz
– permitir la comunicación en situaciones de emergencia a través de las fronteras geográficas y sociales, mitigar y prevenir catástrofes y prepararse para ellas
– catapultar a las pequeñas y medianas compañías directamente en el corazón de los mercados regionales, nacionales y globales
– por medio de la telemedicina brindar acceso a la información médica y de salud actualizada inclusive a las más remotas comunidades
– facilitar el aprendizaje a distancia de bajo costo
– dar facultades a la sociedad civil, reforzar las instituciones democráticas y hacer que los gobiernos sean más transparentes y responsables
Desafortunadamente, los países y comunidades que necesitan el mayor impulso de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) son los que menos pueden aprovechar de sus ventajas. Los bajos niveles de alfabetización y educación han contribuido a una «brecha de acceso» dentro de la brecha digital.
Debemos continuar haciendo el esfuerzo porque la técnica se ponga al servicio del Hombre. Tantos años de avances científicos deben servir para mejorar la Humanidad en su conjunto, no para aumentar las diferencias sociales.