Arte — 1 de mayo de 2014 at 00:00

De una madre

por

¡Cuántas cosas escondidas
guardas en las alacenas!
Por lo pronto pon la mesa
y prepara los manjares,
ya verás que poco a poco
van llegando comensales.

Para el olvido, recuerdos;
para las penas, cantares.
Si están solos, ¡un abrazo!,
y si perdidos… ¡ ya sabes!

Que, sin más, se beneficien
cuando pasen por tu calle,
porque les des, sin reparo,
la sonrisa ¡de una Madre!

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