Hemos tomado en la vida multitud de decisiones: hemos dejado unos estudios, hemos cortado con un novio, nos casamos, emprendimos una expedición aventurera, le dedicamos tiempo a la poesía, o a la educación de jóvenes o a colectivos marginados…, y ante sus consecuencias, ¿cuántas veces nos hemos preguntado: “qué hubiera pasado si… si hubiera tomado la otra decisión“? Y en ese instante aparece un universo paralelo, nuestra vida en otras circunstancias, y también aparece la pregunta: ¿son realmente posibles los universos alternativos?
Hay un montón de películas que utilizan este recurso, desde Star Trek a La casa del lago, pasando por Mundos opuestos. A lo largo de la historia, la gente siempre ha creído o ha visitado otros planos de existencia, hogares de dioses o espíritus, u otros planos de conciencia más elevados, incluso sublimados, como el éxtasis místico, el Nirvana o el Satori. Actualmente la posibilidad de universos paralelos es una de las apasionadas discusiones de la física teórica. Hay varios tipos de universos paralelos:
a. Hiperespacio o más dimensiones en el espacio
Durante muchos años fue imposible ir más allá de las tres dimensiones de la geometría euclidiana. Aún Gauss en el siglo XIX desarrolló buena parte de las matemáticas en cuatro dimensiones sin publicarlo, por miedo a las reacciones académicas y también porque, como buen científico, no consiguió evidencias demostrables. Fue un discípulo suyo, G. B. Riehmann, en 1854, quien estableció las matemáticas de dimensiones curvas más altas, que fueron las que usó Einstein para su teoría física. Estas dimensiones causaron sensación entre artistas, músicos, pintores, escultores, filósofos: aparece el cubismo en Picasso, el Cristo hipercúbico de Salvador Dalí, el Desnudo descendiendo por una escalera de Marcel Duchamp, El fantasma de Canterville de Oscar Wilde…
b. Multiverso
Proviene de la teoría de cuerdas, que podría unificar satisfactoriamente la teoría cuántica con la gravedad, pero no solo de una manera, sino de cinco formas distintas, pero que se unifican en la undécima dimensión. El objeto matemático de la undécima dimensión ha sido bautizado como membrana y las cinco teorías son maneras diferentes de mover una membrana de once a diez dimensiones.
Eso plantea la posibilidad de que nuestro universo exista en un multiverso de otros universos. Pensemos en una gran serie de burbujas de jabón flotante; cada burbuja es un universo que flota en un escenario mayor del hiperespacio. Estas burbujas pueden juntarse, dividirse, nacer súbitamente y desaparecer. ¿Cuántos universos predice la teoría de cuerdas? Es algo embarazoso: podría haber un gugol de universos (un gugol es un 1 seguido de 100 ceros). Cierto que muchos de estos universos serían universos muertos, gases informes de partículas subatómicas, con materia inestable. Así que desecharíamos muchas de estas opciones de universo como lugar de vida y nos quedaríamos en el nuestro. Es una buena lección para que nuestra mente aprenda a decidir, similar a la que nos ofrece Mario Benedetti en su poema Me sirve, no me sirve:
La esperanza tan dulce
tan pulida
tan triste,
la promesa tan leve
no me sirve.
No me sirve tan mansa la esperanza,
la rabia tan sumisa,
tan débil,
tan humilde,
el furor tan prudente
no me sirve.
No me sirve tan sabia tanta rabia,
el grito tan exacto si el tiempo lo permite,
alarido tan pulcro
no me sirve.
No me sirve tan bueno tanto trueno,
el coraje tan dócil,
la bravura tan chirle,
la intrepidez tan lenta
no me sirve.
No me sirve tan fría la osadía.
Sí me sirve la vida que es vida hasta morirse,
el corazón alerta
sí me sirve.
Me sirve cuando avanza la confianza,
me sirve tu mirada,
que es generosa y firme,
y tu silencio franco
sí me sirve.
Me sirve la medida de tu vida.
me sirve tu futuro.
que es un presente libre,
y tu lucha de siempre
sí me sirve.
Me sirve tu batalla sin medalla,
me sirve la modestia de tu orgullo posible,
y tu mano segura
sí me sirve.
Me sirve tu sendero,
compañero.