Si es que buscas realmente
el sentido de la vida,
has de saber resistir
el embate de las olas.
Has de hacerlo activamente,
mas lo primero de todo
nada mejor que el silencio
para ahogar el griterío
que te arrebata por dentro.
Sin que se escuchen tus quejas
ante cualquier contratiempo,
ya verás cómo la carga,
poco a poco, pesa menos.
Pero hay otra condición
que se revela importante
y es gozar de buen humor;
la alegría natural
te ha de ser indispensable.
¿Cómo, si no, irradiar
lo mejor que hay en tu alma,
si los demás que te miran
solo ven tus malas caras?
Dialogar contigo mismo;
con los otros… confianza.
Codo a codo en el esfuerzo,
¡y adelante sin tardanza!