Solemos quejarnos de la manipulación a la que nos someten los medios de comunicación, que nos muestran una realidad construida, preseleccionada por ellos, a partir de sus propios intereses y las maneras de ver el mundo que tienen los que los elaboran.
Afortunadamente, el mundo no es solamente como nos lo presentan los medios, pues la realidad es mucho más compleja y rica en unos matices que no llegan a aparecer en ellos, pero que sin embargo resultan decisivos para la marcha del mundo y el futuro de la Humanidad. Tal sucede también con los que escriben la Historia: que nos narran los episodios que cada contexto académico considera relevantes, dejando en la penumbra acontecimientos y personajes fundamentales, que quedan injustamente olvidados y silenciadas sus propuestas.
De igual manera, las noticias de actualidad que nos trasladan los medios suelen centrarse en unos cuantos asuntos casi siempre conflictivos y silencian las buenas acciones de tantas personas honradas, inteligentes y trabajadoras que sostienen nuestra sociedad y frenan la barbarie y el desamparo. La consecuencia es que si no aparecen en los medios es porque no existen, con lo cual la imagen que nos hacemos de nuestro mundo es por lo menos sesgada e inexacta y además injusta.
Es apasionante la tarea de hacer visibles, en la medida de nuestras posibilidades, las acciones de quienes aportan ideas, acciones, propuestas positivas y buenas para nuestro mundo, tan frecuentemente olvidadas y silenciadas por los medios. Y estamos comprometidos con ello.