Ya distingo a los fantasmas,
todos juntos, en tropel.
Unos son «viejos amigos»
y otros llegaron ayer
atacando con sus armas,
pero no están calladitos
sino que ¡dan la tabarra!
Me pregunto ¿cómo hacer?
Cual si fueran alimañas,
alrededor del castillo
pudiera un fuego encender…
¿Y si hubiéramos caído?
¡Vamos! ¡A prisa! ¡De pie!
¡Ahuyentemos los engendros
que nos vienen a perder!
Ellos mueren con la noche,
cuando empieza a amanecer…