La facilitación de grupos o el Trabajo Global es un conjunto de técnicas, conocimientos y habilidades enfocados a mejorar los diferentes tipos de interacciones que se dan entre las personas de cualquier tipo de agrupación. Nació como un trabajo con el cuerpo y los sueños y tiene sus raíces en la psicología jungiana, la «nueva» biología y el taoísmo.
En el fondo, puede que se trate de la base de ese cambio de paradigma que poco a poco se va vislumbrando, que partiendo de «lo común» y «lo relacional» apunta hacia otra formulación de la realidad más consciente, más profunda y, en definitiva, más humana.
Por último, se puede decir que la facilitación es un arte tan antiguo como la propia humanidad, es el arte del chamán, el arte de los Élderes*, el arte de crear comunidad.
El creador de este nuevo y revolucionario enfoque se llama Arnold Mindell. Es un físico y psicólogo cofundador de esta actividad junto con su mujer Amy Mindell, que harto de ver la lentitud con la que acaecían los cambios en el mundo, comenzó a desarrollar estas técnicas en los años 70. Juntos han viajado por todo el mundo trabajando conflictos en comunidades y grupos de todo tipo. Arnold ha escrito 19 libros que han sido traducidos a 20 idiomas diferentes. Va dirigido a todos aquellos activistas sociales o espirituales comprometidos con la mejora del mundo, o simplemente a todos aquellos que desean mejorar sus relaciones.
Algunos de los campos sobre los que se trabaja son: comunicación verbal y no verbal, señales inconscientes del cuerpo, cómo nos influyen las emociones, los roles, el rango social, psicológico y espiritual, el abuso inconsciente de poder implícito en la cultura, por qué se producen los conflictos y cómo usar poder creador, el poder del grupo…
Para comprender la mirada del mundo desde el prisma del facilitador, es interesante realizar un breve acercamiento hacia algunos conceptos relativamente nuevos de los que parte y con los que trabaja.
Campo grupal: Este concepto se resume en la máxima de que «El grupo es más que la suma de sus individuos». Nace del concepto de los campos mórficos acuñado por el bioquímico británico Rupert Sheldrake. Se basa en que en la medida en que los miembros de un grupo interactúan, pasan a estar conectados por una red de fuerzas sutiles sujetas a sus pensamientos, a sus emociones y a la energía producida por estos. Estas influyen directamente en la forma en que se generan, se normalizan y se perpetúan ciertas interacciones sobre otras. Incluso llega a decir que les afecta, estén a mayor o menor distancia y sean o no conscientes de ello.
Roles: Son los diferentes tipos de conducta y posicionamiento que cada uno de los individuos desarrolla ante una situación o conflicto concreto. Algunos de estos son: el líder, el oponente, el observador, el animador, el gracioso, el moralista, el cuidador, el sabelotodo, etc.
Lo más interesante es el punto de vista desde el que mira los roles un facilitador. Este separa el rol de la persona, entendiendo al primero como un espíritu que aparece en el grupo para traer al conjunto una información que necesita para seguir construyéndose y avanzando. No hay roles buenos ni malos; todos traen una información y a todos se les ha de escuchar por igual, aunque no siempre sea sencillo.
Asertividad: Esta palabra «tan de moda» viene a ser el conjunto de habilidades sociales que reúne las conductas y pensamientos que nos permiten defender los derechos de cada uno sin agredir ni ser agredido. La empatía es quizás una de las más importantes de dichas habilidades.
«Metahabilidades»: Muy unido a lo anterior, viene a recordarnos que no importa tanto el qué sino el cómo, puesto que aunque el fin que persigas con tus ideas sea el más maravilloso del mundo, de poco te sirve si no eres capaz de transmitirlo y atraer a otros hacia él.
Conflicto: Momento de confrontación y enfrentamiento. Puede ser interior con uno mismo, interpersonal, cultural o estructural. La tendencia común es a huir de estos por miedo. Lo peor es que, de esta manera, se desaprovecha el gran potencial de información y avance que esconden. Lo que la facilitación propone es lo contrario: escuchar el conflicto, comprometerse con él y verlo como un maestro. «No hay conflictos personales, todos los conflictos son estructurales» (Arnold Mindell).
Dobles señales: Al igual que se tiende demasiado habitualmente a que no siempre el sentimiento vaya unido a los pensamientos y por último a las acciones, las dobles señales vendrían a ser el reflejo de esto visto en la interacción con otras personas. Es, por poner un ejemplo sencillo, como decir: «Estoy muy feliz» con un tono triste. Es decir a alguien que lo aceptas sin atreverte a mirarle a la cara. Es, en definitiva, decir una cosa con tus palabras mientras tu cuerpo o comunicación no verbal inconsciente está diciendo otra totalmente diferente.
Élder*: Este es, a mi ver, el concepto más curioso e interesante que trae la facilitación de grupos. El concepto de «Élder» viene de la tradición cristiana (y de muchas tradiciones de todo el mundo), en la que era una persona a la que por su sabiduría se le encomendaban responsabilidades que tenían que ver con la comunidad.
- Mindell nos lo presenta así: el Élder no piensa nada de sí mismo sino que representa a todo el mundo. El Élder no sigue un plan sino que obedece al espíritu, no sabe sino que aprende, escucha el momento y en vez de tratar de detener el conflicto, fluye por el río desconocido y misterioso de la vida. Por último, no aspira a que los demás se vuelvan sabios sino a que los demás se vuelvan Élderes.
Facilitadores y grupos
Además de estos conceptos, el facilitador debería tener en cuenta:
El Triángulo dorado del facilitador: 1. Personas 2. Objetivos 3. Procesos. La mayor o menor calidad o habilidad de un facilitador vendrá dada por la medida en que atiende a los tres de forma equilibrada.
Los cuatro espacios diferenciados que todo grupo debería tener son: 1. De toma de decisiones. 2. De gestión emocional. 3. Espacios de indagación creativa. 4. De conexión y celebración.
Las cuatro etapas de un grupo:
- Hablando suave: las personas no se conocen y se trata de mantener «las buenas formas», mostrar tan solo el lado bueno. «Yo en mí».
- Hablando fuerte: el conflicto aparece y las personas se enfrentan, se pierde el respeto, las diferencias aparecen. «Yo en ello».
- Hablando desde el corazón: alguien empieza a hablar desde los sentimientos abriendo «la veda» para que todos lo hagan; se habla de la realidad profunda de las personas. «Yo en el otro».
- Hablando generativamente: el grupo trasciende sus diferencias y se ponen a hablar de forma creativa. Se dan momentos de gran desarrollo en todos los aspectos, se llevan acabo proyectos, se crece en número.
Algunas de las técnicas más curiosas que trae el facilitador:
- La indagación apreciativa: técnica de las 4 des: 1. Descubrir quién soy, qué hago bien, enfocarse en lo bueno… 2. Dreaming (soñar): planear el futuro que queremos vivir. 3. Diseñar: establecer los cauces que permitan ir de la realidad presente al futuro soñado. 4. Destino: convertir esas fases en un plan de acción con realizaciones y fechas concretas.
- World Cafe: técnica que reproduce el «momento del café», tras la comprobación de que este es el espacio-momento más creativo y distendido común en Occidente. El objetivo es la obtención de la información y creatividad máxima de las personas de un grupo.
- FOP (foro orientado a procesos): esta es quizás la técnica más importante que usa la facilitación. Aborda directamente el conflicto y es importante la presencia de un buen facilitador para traer luz al grupo y darles la posibilidad de crecer y aprender en el conflicto. Sobre un conflicto, los presentes se van manifestando, los roles aparecen, la polarización, las tensiones… La clave estará en la habilidad del facilitador para visibilizar conceptos como las dobles señales de los participantes, los abusos de rango o no dejar pasar los momentos álgidos que ocultan el germen de la resolución del conflicto. La principal herramienta es la atención, así como el nivel de «Elderazgo» alcanzado por el facilitador.
Aprender en el conflicto
Lo que más atrae de la facilitación es su visión sistémica, en la que un conflicto concreto tan solo es un cabo del conjunto de conflictos y problemas que se dan en todos los niveles de nuestra sociedad, provocados por la cultura y «los espíritus» dominantes de nuestro tiempo, como el miedo, el egoísmo, la soledad, el abandono, la superficialidad… Además, sorprende el acierto que supone usar una serie de «conceptos neutrales» (como los anteriormente reseñados), no contaminados por la desintegrada psique colectiva, abriendo con esto posibles lugares de encuentro para la unión entre las personas y sus diferentes creencias.
Se podría decir que la facilitación de grupos nos conduce hacia una re-evolución humana en donde los procesos interiores y exteriores vayan más unidos y se vivan de forma más consciente. Y quién sabe, quizás sea la pieza clave que faltaba para poder afrontar con éxito el examen al que, por lo que dicen los sabios, la humanidad se enfrentará en el siglo actual: la convivencia. Solo el tiempo dirá cuánto puede aportar esta nueva disciplina.
En España existe el Instituto Internacional de Facilitación y Cambio (IFACE), que surge en 2009 de la iniciativa de un grupo de personas con una inquietud compartida: la facilitación de grupos como herramienta de transformación eco-social (en Europa, IIFAC-Europa). Por otra parte, José Luis Escorihuela «Ulises» es uno de los facilitadores más activos españoles. Ha traducido el libro Sentados en el fuego, de A. Mindell, ha escrito Camino se hace al andar, y además, ha fundado la asociación Selba Vida Sostenible, que forma y difunde formas de vida sostenibles; también es miembro de Gaia Education Diseño para la Sostenibilidad, GEDS.
Como ya he apuntado, la facilitación se asienta también sobre la filosofía oriental del taoísmo. Principalmente sobre algunos conceptos de su doctrina, como «el camino», «el flujo de la vida» o su visión del mundo desde una mirada más total. También incita al desarrollo de la atención plena, la aceptación del cambio, la observación de nuestra mente… Por esto se la puede asociar a filósofos como Confucio, Lao-Tse o incluso Buda.
Además, despierta valores como la solidaridad, la concordia, la aceptación, la flexibilidad, el amor, e ideas como la búsqueda de la verdad profunda.
Alternativas económicas como la Economía del Bien Común, que apuesta por una forma de economía asentada en los valores que favorecen las relaciones humanas, parten de la utilización de estas técnicas para la implementación de sus propuestas económicas y sociales.
Para saber más:
Vídeo sobre la facilitación grupal y el manejo de conflictos en el «Centro Abierto» de la Fundación Tomillo, impartido por 2 facilitadoras: https://www.youtube.com/watch?v=9I8_FWzhLo4
Vídeo-charla sobre el Camino del Élder, explicado por José Luis Escorihuela «Ulises»:https://www.youtube.com/watch?v=Yx646ZpBQK8
Audio de la conferencia de Arnold Mindell hablando sobre la democracia profunda y el trabajo global: https://www.youtube.com/watch?v=lbg2hMuhi3s
Conferencia de Amy y Arnold Mindell hablando sobre la resolución de conflictos: https://www.youtube.com/watch?v=Tew45iSqU9o
Web del Instituto de Facilitación y Cambio: http://www.facilitacion.org/
Web de Selba Vida Sostenible: http://www.selba.org/
Web de Gaia Education: http://www.gaiaeducation.org/index.php/en/
Estoy trabajando hace 25 años con la herramienta»dinámicas» para trabajar; exactamente lo que describe en la tarea del facilitador.
Me gusta, me apasiona y veo como un aporte desde mi desempeño como Re-Creacionista utilizar los juegos situacionales para facilitar procesos de fortalecimiento grupal e individual. Me gustaría contactarme y que pueda ir en algún momento a compartir con ustedes y usted.
interesante xd