Alberto Cabanes visitaba habitualmente a su abuelo en la residencia. Allí entra en contacto con otros ancianos del lugar, entre los que se encontraba Bernardo Cea. Poco a poco ambos se van conociendo mejor… En las Navidades de 2013 cuando preguntan a Bernardo qué quiere que le traigan los Reyes, él responde que un nieto. ¿Y por qué no? Alberto decide «adoptarle» como abuelo y así cumplir su deseo.
Esa iniciativa será la inspiración que ponga en marcha un proyecto a finales de 2014, que dos años más tarde ya funciona en cinco ciudades españolas. De esta forma tan sencilla y hermosa nace «Adopta un abuelo.org».
Este proyecto necesita del beneplácito de las residencias, que deben aceptar la presencia de los jóvenes voluntarios que van a compartir su tiempo con sus «abuelos», además de decir quiénes pueden participar en él. Pero sobre todo necesita de esos chicos y chicas altruistas deseosos de dar cariño y atención. Afortunadamente son muchos los que están dispuestos a compartir parte su tiempo, su energía y emociones con quienes no tienen familiares directos que vengan a visitarlos.
Cada anciano contará con dos «nietos» para así poder asegurar la presencia de uno de ellos si el otro tuviese algún problema. Durante nueve meses compartirán cada semana una hora y media de charlas, juegos de mesa… y recibirán esos abrazos que tanto nos hacen falta a todos, pero quizás más a los que parecen sentir que han sido olvidados por una buena parte de la sociedad. Gracias a iniciativas como estas ellos tienen la oportunidad de compartir conocimientos, experiencias… e intercambiar energía, alegría y cariño desinteresado. Aprenden los unos de los otros y todos dicen salir beneficiados.
El abuelo de Alberto ya falleció, pero aún tiene a su otro «abuelo», Bernardo, quién aún se asombra de ser la inspiración que hizo que este magnífico proyecto naciera, haciendo realidad el deseo de otros muchos ancianos. Créaselo, Bernardo, porque «los mayores molan».
www.adoptaunabuelo.org