Asciendes enganchado a la cadena,
no hay miedo de caerse, no hay apuro.
Seguros, asentamos nuestra marcha
mirando al Sol que brilla en lo más puro.
La cima nos espera jubilosa;
vacía estuvo tiempo su cordada.
Y quiere compartir nuestra sonrisa:
corona que se otorga a nuestras almas.
El día ha despertado luminoso,
el frío, así equipados, no nos llega.
Se asciende despacito, disfrutando
de un mágico paisaje en nuestra tierra.
¿Qué buscas, montañero, en la escalada?
¡Mostrar que hay un camino a las estrellas!