Con frecuencia solemos dar por sabidas muchas cosas que en realidad conocemos solo de manera superficial. Esto que ha ocurrido siempre ahora se está agudizando mucho más, pues tenemos al alcance tal cantidad de datos sobre las más nimias cuestiones que nos cuesta mucho más profundizar y nos damos por satisfechos con esas explicaciones someras que tanto abundan. A pesar de tantas facilidades de acceso al conocimiento, nos volvemos incompetentes para hacernos las preguntas adecuadas que nos permitan descubrir otros aspectos que nos habían pasado desapercibidos.
Hace falta una cierta serenidad para encontrar esas miradas nuevas, esos datos relevantes, en medio del ruido y la sobrecarga de información. En Esfinge comprobamos que nuestros colaboradores lo van consiguiendo, pues nos traen cada mes jugosos ejemplos de los más variados temas. Hacen gala de una habilidad valiosa para encontrar esas perlas interesantes que nos permiten encontrar a un pensador tan fundamental como Platón en un libro tan valioso como El Quijote , o saber que poco a poco se descorren los velos sobre los misteriosos «pueblos del mar». O que en la turística Mallorca haya ermitaños que llevan una vida de retiro y contemplación de lo divino.
Estas aportaciones construyen la cultura, nos alimentan el alma y nos alientan para seguir buscando.