Mónica Esgueva lleva más de veinticinco años transitando un camino de autoconocimiento y servicio altruista basado en el esfuerzo personal y una ética atemporal. Ha estudiado filosofía budista en la India, Nepal y Tíbet, recibiendo enseñanzas de varios lamas, entre ellos, S. S. el Dalai Lama. Licenciada en Ciencias Económicas y máster en Comercio Exterior, se dedica profesionalmente al coaching, a enseñar liderazgo, maestría emocional, autoconocimiento y mindfulness a ejecutivos y directivos. Viaja regularmente por todo el mundo ofreciendo conferencias, cursos y retiros sobre liderazgo, crecimiento humano, mindfulness y trascendencia, etc.
¿Quién es Mónica Esgueva?
Parafraseando al filósofo Teilhard de Chardin, somos seres espirituales teniendo una experiencia humana. Esta definición es con la que más identificada me siento.
Como comenta en alguna entrevista, es importante encontrar respuesta a la pregunta esencial: ¿para qué estamos aquí? ¿Cuál es el «para qué» de Mónica Esgueva?
Cuando tenía veinte años nos hicieron esta pregunta en una clase. Mis compañeros respondían: pues yo quiero tener una carrera brillante, una buena casa, formar una familia, pasarlo bien… Yo respondí que quería convertirme en una persona sabia y con gran corazón. Esta misma motivación sigue vigente en mí.
Platón habla en sus diálogos de la figura del «rey filósofo». En alguna ocasión ha comentado usted la idea del «gobierno de los sabios». ¿A qué se refiere con esta idea? ¿Es una utopía en la actualidad?
Estoy convencida de que en algún momento la sociedad futura tendrá este tipo de gobierno. Desconozco cuánto tiempo tendrá que transcurrir o cuántas generaciones se necesitarán, pero se dará. Hoy en día la política es un camino de dominación, poder y manipulación. Conozco a varias personas que entraron con el fin de cambiar las cosas y se tuvieron que salir de la política antes de que la política les cambiara a ellos irreversiblemente.
Tendrá que modificarse completamente la razón por la cual las personas entrarán en política. Es decir, no buscando maximizar el beneficio propio sino el beneficio colectivo. Solo las personas más sabias y evolucionadas subirán a las mayores cotas porque la propia sociedad elegirá a este tipo de personas para que les gobiernen, con la confianza de que son las mejor cualificadas para tomar decisiones que afecten al colectivo y a la comunidad. Pero para poder llegar ahí, la sociedad ha de evolucionar mucho aún. Por ahora nuestros políticos son meros reflejos de la colectividad.
Sus libros, y en especial el titulado Cuando sea feliz aparece con muchas citas filosóficas. Si la filosofía siempre fue fuente de sabiduría y promovía la formación integral de ser humano, ¿por qué cree que existe el debate entre incluirla o no en los planes de estudio?
Es una pena, pero hoy en día no formamos a personas. Se educa para que los niños puedan ser ciudadanos productivos, no seres humanos con valores.
Lleva años estudiando y recibiendo enseñanzas budistas. ¿Qué es para usted el budismo?
Es una filosofía de vida muy completa y evolucionada. Posee el mejor mapa mental que he encontrado en ninguna otra corriente, occidental u oriental. Y conocerlo te permite utilizar tu mente de manera beneficiosa para ti y para los demás.
¿Podría compartir alguna experiencia especial con algún monje o lama budista?
Partiendo de la base de que la mayoría de los lamas tibetanos tienen un alto nivel de desarrollo de conciencia, cuando tienes cercanía con ellos cabe la posibilidad de vivir experiencias diferentes. Y obviamente eso lo he experimentado. No obstante, las atesoro en mi corazón y no son para compartirlas públicamente… Simplemente invitaría a los lectores interesados a que lean El infinito empieza aquí . Una parte de esta novela espiritual sucede en el Tíbet y se puede vislumbrar hasta qué punto los lamas son capaces de abrir las puertas del alma.
La meditación es una práctica milenaria de autoconocimiento. ¿Qué puede aportar el mindfulness a Occidente?
En estos tiempos de sobrevaloración de la acción sin dirección y en los que la tecnología secuestra nuestra atención continuamente, se va a convertir en una herramienta imprescindible de salud mental y, en consecuencia, física también.
En sus libros y conferencias destaca con frecuencia la importancia de la ética para la educación y convivencia en paz. ¿Cuál es el origen de la ética? ¿Existe una ética universal y atemporal?
En mi opinión, la ética es esa voz que cada ser humano tiene en su interior y que le indica lo que es correcto y lo que no lo es. Por lo tanto, es totalmente universal y atemporal. La moral está teñida por la cultura y las costumbres del lugar, y en consecuencia, es externa. La ética nace con nosotros. Otra cosa es que la enterremos en lo más profundo cuando no nos conviene, pero no desaparece.
¿Qué es el amor?
Lamentablemente se ha sobreutilizado esta palabra o concepto tanto que ha llegado a desvirtuarse, y terminamos llamando amor a muchas nociones que nada tienen que ver. El verdadero amor es el amor incondicional, es el que hemos venido a desarrollar a esta tierra. Es decir, el amor que trasciende el ego e incluye a todos los demás seres que habitan esta tierra, incluyendo a este bello planeta que es nuestro hogar.
También habla de que hemos reducido la existencia a la mera supervivencia. ¿Qué necesitamos para dotar a nuestra vida de un verdadero significado?
Creo que se necesita un cambio de paradigma. Hemos de sustituir nuestros objetivos vitales, todos ellos materiales, efímeros y superficiales, por objetivos más profundos que incluyan la espiritualidad, el altruismo y la compasión. No estamos aquí para acumular el máximo posible a expensas de los demás. Al fin y al cabo, cuando dejemos este cuerpo, nada nos podremos llevar con nosotros. Esta vida nos da muchas oportunidades para crecer internamente y convertirnos en mejores seres humanos. No porque nadie nos obligue a ello, sino porque voluntariamente llegamos a la conclusión de que esa es la mejor manera de aprovechar esta vida y hacer de ella algo valioso, y eso siempre incluye intentar beneficiar a otros con nuestras palabras y comportamiento.
Una de sus facetas profesionales es la de coach. ¿Qué es para usted el coaching?
Para mí, fundamentalmente, es una herramienta de expansión y crecimiento personal.
John Whitmore, uno de los fundadores del coaching, recomienda en sus libros a los coaches que se formen en coaching transpersonal. ¿Qué opinión le merece esta recomendación?
La comparto. El coaching que yo llevo a cabo es «transformacional». Se me queda pobre eso de perseguir objetivos solo. Concibo el proceso de coaching como una guía y acompañamiento que permita a la persona vivir desde un lugar más auténtico, profundo y consciente. Y para lograrlo, hace falta que se produzca algún tipo de transformación personal.
¿Cuál es la salud actual del coaching y cómo vislumbra su futuro?
Sinceramente, no lo tengo muy claro. Hay muchos coaches y cada vez más conocimiento sobre el tema, pero el coach solo puede ayudar a subir de nivel en la medida en que haya subido él mismo. Los guías que suben al Everest tienen que haber subido varias veces ellos para mostrar el camino.
En su último libro, El infinito empieza aquí, ¿qué historia nos narra?
Es la historia de Ruth, una enfermera que trabaja en la sección de oncología de un hospital infantil a punto del burn out. Percibiendo que está al límite, decide tomarse unas vacaciones y visitar a unos amigos en Tailandia. Allí conocerá a una persona que marcará un antes y un después en su vida: una anciana que se comunica con los espíritus y le desvela un giro en su trayectoria vital. Le revelará que tiene una misión espiritual que puede cambiar el rumbo de la humanidad, pero para ello tendrá que superar diversas pruebas que la acercan a sí misma y a un secreto que contiene el destino del mundo…
¿Qué otros proyectos tiene actualmente que quiera compartir?
De los que puedo hablar quizás destacaría una exposición especial. Durante lo que podría decirse mi vida anterior, fui pintora en paralelo a todo lo demás y expuse en diferentes galerías de Europa. Por motivos que no vienen al caso lo dejé por completo. Hace unos meses decidí donar todos mis cuadros a la ONG IndaKana, con el fin de realizar una última exposición y con la venta de estos cuadros recaudar fondos para construir instalaciones deportivas para los niños de un orfanato en Perú. Me hace mucha ilusión.