¿De dónde emergen las experiencias dolorosas de la vida, qué podemos considerar la fuente de todo cuanto acontece?, pregunta el Buda a sus discípulos monjes (bikkhus). En nada se sustentan, nada hay que, en definitiva, exista, responde él mismo; solo nuestra ignorancia de la verdad esencial. Solo una mente que, no iluminada, teje una red de causas y efectos (las doce Nidanas), una mente que se siente perturbada por las sombras de su propio movimiento, que no percibe el eterno AHORA donde se inmovilizan todas las existencias. Donde la luz de la verdad-una (el ontos de Parménides, el sat de la filosofía védica) brilla con gloria infinita. Son nuestra ignorancia, la ausencia de plenitud en el Yo, y la sed de vida y sensación las fuerzas que hacen girar la Rueda de la Existencia, la Rueda del Dolor, la viva muerte en que viven, mueren y renacen todos los seres que nadan, aturdidos, en las aguas de samsara.
Este es uno de los tesoros, una de las enseñanzas del Buda en el Discurso sobre la «Raíz-Secuencia» (Mula Pariyaya Sutta) que aparece como el primero de los llamados Discursos Medios ( Majjhima Nikaya), dentro del Sutta Pitaka, obra, esta última, que compendia todos los discursos del Buda, según la versión del budismo Theravada de Sri Lanka.
Narra la tradición budista que, a poco de la muerte del Buda, uno de los monjes, indolente y perezoso, viendo tristes a sus compañeros, dijo que no se apenasen, pues antes «nos tenía hartos diciéndonos “Esto os conviene. Esto no os conviene”; pero ahora podremos hacer lo que nos dé la gana y no haremos lo que no nos dé la gana» [1] .
Y que el gran Kashyapa, sucesor del Buda en la dirección del Sangha (la comunidad de monjes budistas), oyendo esto, percibió la necesidad de fijar las enseñanzas del Bendito y convocó el primer Concilio de la Orden, celebrado en la ciudad de Rajagriha, al que asistieron quinientos Arhats [2] . Durante siete meses, debatieron y recordaron, uno a uno, los discursos, enseñanzas, normativas y recomendaciones del Tathagata, estableciendo así la disciplina que debía regir la vida de los monjes ( Vinaya) y la doctrina (Dhamma) del Buda.
La lengua en que fue compilado fue el pali, lengua vernácula y de uso popular, que, a diferencia del sánscrito, todos podían comprender, pues el mensaje del Buda se dirigía a reyes y a mendigos, a brahmanes y a parias, a todos, sin distinción de casta, raza, sexo o condición social. Poco después, el tesoro de las palabras del Buda sería traducido al sánscrito, y de este idioma al chino, al expandirse la religión y la filosofía del Buda hacia el Oriente. Resulta paradójico que muchos de los discursos e historias referidos al Buda fueran recuperados de este último idioma y otra vez traducidos al sánscrito, como ocurre con el llamado Evangelio de Asvagosha, obra capital en la literatura budista.
Un segundo concilio se reunió cien años después en Vaisalí, con el objeto de combatir diez prácticas heréticas que alteraban la disciplina y el espíritu de las palabras del Buda.
Un tercero fue convocado por el emperador Asoka el decimoctavo año de su reinado (389 a. C.) en Pataliputra, para aclarar algunos puntos doctrinales en disputa, reforzar las reglas de disciplina monástica y defender la fe contra los ataques de la herejía. Este emperador, que, después de la batalla de Kalinga, se convirtió al budismo y que, por sus actos fuertes, justos y bondadosos, encarnó el ideal de Chakravartin, Rey del Mundo, expandió la luz de esta nueva y divina doctrina, no solo por toda la India, sino en los confines de la tierra conocida. Splo en Occidente sabemos que envió maestros del Dharma budista a Antioco II de Siria, a Ptolomeo II de Egipto, a Magas de Cirene, a Antígono Gonatas de Macedonia y a Alejandro II de Epiro. Los gimnosofistas que refieren los textos clásicos, así como los esenios y terapeutas, recibieron, sin duda, una importante herencia de este ideal ascético y de toda la psicología budista. Asoka levantó columnas monumentales por todo el imperio e hizo grabar en ellas edictos que son un paradigma de tolerancia, eclecticismo y bondad hacia todos los seres vivos.
Mahendra, hermano menor (o quizás hijo) de este rey y la princesa Sanghamitta, hija también de Asoka, llevaron a Sri Lanka no solo la doctrina de Sakyamuni, sino también una rama del árbol sagrado Bo, bajo el cual el Buda alcanzó la iluminación, árbol que simboliza la sabiduría y también las doctrinas del Bendito. Esta rama, al ser plantada, creció y hoy es un testimonio vivo, un árbol bimilenario en Anuradhapura que peregrinos del mundo entero visitan con devoción.
En el primer siglo a. C., se compilaron y redactaron por escrito, en hojas de palma, las palabras del Buda; en lo que los budistas Theravada han llamado el Cuarto Concilio. Fue en esta misma isla de Sri Lanka, en el monasterio de Alu Vihara. Los monjes que durante todo el año predicaban el Dharma y se entregaban a los ejercicios ascéticos de control de sí mismos, en selvas y bosques solitarios, durante la estación de las lluvias disertaban y recopilaban las enseñanzas del Maestro. Como dichos discursos y máximas (Sutras en sánscrito,Sutta en pali) fueron reunidos en tres grandes cestas ( Pitaka), la primera compilación conocida de las enseñanzas del Buda recibe el nombre de Tripitaka (Tres Cestas) o Canon Pali. Debido a que la trasmisión durante cuatro siglos fue por vía oral, es difícil saber si son, o no, las palabras del Buda. Ya en el primer concilio realizado, como dijimos, tres meses después de la muerte del Buda, un célebre monje llamado Purana («el Antiguo»), se negó a adherirse a las resoluciones de los Arhats y se retiró con quinientos de sus compañeros. Según conserva escrito el Cullavagga, dijo cortésmente: «La doctrina y la regla disciplinaria han sido muy bien formuladas por los ancianos, pero la voy a conservar en mi memoria en la forma en que la oí y la recibí de los labios mismos del Bienaventurado». Y según la misma cita, ni los ancianos, ni nadie que estuviera presente en este episodio pronunció una sola palabra de repudio contra esta manifestación de independencia [3] .
Estas tres cestas o divisiones del Canon Pali son:
– El Sutta Pitaka, que contiene los discursos del Buda. Es el Libro de la Enseñanza.
– El Vinaya Pitaka, donde se hallan escritas las reglas de disciplina del Sangha, así como una amplia variedad de textos que explican por qué y en qué circunstancias dichas reglas fueron instituidas, así como una clarificación de la doctrina.
– El Abidhamma Pitaka, que profundiza de un modo sistemático en la filosofía y enseñanzas del Buda; e incluye un análisis pormenorizado de la psicología budista, de una precisión y complejidad que deja muy atrás a ningún otro sistema psicológico conocido en la historia, por lo menos respecto al conocimiento de las variadísimas trampas que teje la mente para engañarnos respecto a la vida. En esta obra, las mismas enseñanzas del Sutta Pitaka son empleadas como una herramienta para investigar y penetrar en la naturaleza de la mente y la materia.
La estructura de esta obra magna, el Tipitaka, es:
SUTTA PITAKA
Digha Nikaya. Colección de 34 (discursos) largos.
Majjhima Nikaya. Colección de 152 (discursos) medios.
Samyutta Nikaya. Colección de 7762 (discursos) relacionados –agrupamiento por materias en 56 secciones (samyuttas)–.
Anguttara Nikaya. Colección de 9950 (discursos) sobre un-solo-tema-en-orden-ascendente.
Khuddaka Nikaya. Colección miscelánea: 15 textos pequeños en 20 vols.
Khuddaka-patha. Lecturas breves.
Dhammapada. Versos sobre el Dhamma.
Udana.
Itivuttaka. Tal-y-como-se-dijo.
Sutta-nipata. Conjunto de discursos.
Vimana-vatthu. Historia sobre las Mansiones.
Peta-vatthu. Historia de difuntos.
Thera-gatha. Versos de los ancianos.
Theri-gatha. Versos de las ancianas.
Jataka. Historias sobre nacimientos.
Niddesa. Comentario.
Patisambhida-magga.
Apadana. Relatos.
Buddhavamsa. Crónica de los Budas.
Cariya-pitaka. Cesto de la conducta.
Nettippakarana.
Petakopadesa.
Milindapañha. Cuestiones del Rey Milinda [4]
VINAYA PITAKA
Sutta-vibhanga. Clase de reglas.
Maha-vibhanga. Reglas para monjes.
Bhikkhuni-vibhanga. Reglas para monjas.
Khandhaka. Secciones.
Mahavagga.
Cullavagga.
Parivara. Accesorios.
ABIDHAMMA PITAKA
Dhamma-sangani. Enumeración de Dhammas.
Vibhanga. Libro de análisis.
Dhatu-katha. Discurso sobre los elementos.
Puggala-paññatti. Concepto de personas.
Katha-vatthu. Puntos de controversia.
Yamaka. Pares.
Patthana. Relaciones condicionales.
Una síntesis y estudio detallado de cada uno de los libros del Sutta Pitaka requeriría un volumen entero. Pensemos, si no, en la profundidad del Dhammapada, obra cumbre quizás del budismo antiguo. Es importante darse cuenta de la practicidad y lo actuales que son sus enseñanzas. Como en todas las grandes obras, y penetrando un poco en el modo de expresión (también en el simbolismo, que abre las puertas a una recta interpretación), el mensaje es siempre atemporal. Es válido para el alma, y el alma lo proclama como válido en el transcurso de siglos y milenios. A modo de ejemplo, podemos listar, con muy breves comentarios, algunos de los discursos más importantes de los dos primeros libros, el Digha Nikaya (Discursos Largos) y el Majjhima Nikaya (Discursos Medios), que representaremos como DN y MN respectivamente.
Samaññaphala Sutta (DN 2).- Responde a la pregunta: ¿cuáles son los frutos de la vida contemplativa, aquí y ahora? Ilustra con ejemplos vívidos las distintas etapas del sendero udista.
Kevatta Sutta (DN 11).- La naturaleza de los milagros y de los seres celestiales, y cómo, de todos los milagros, el de la instrucción es el más necesario, pues el dominio de la mente es el camino que conduce a la liberación.
Lohicca Sutta (DN 12).- Por qué es necesario un Maestro y un guía en el Sendero.
Mahanidana Sutta (DN 15).- Discurso de las Grandes Causas. Extenso tratado sobre los factores dependientes que emergen y tejen la ilusión y el dolor en nuestra mente y, por ende, en nuestra vida. Sobre el no ser, el no yo o el yo irreal y egoísta –el yo inferior–, que surge como foco y núcleo de las sombras de esta ignorancia.
Mahaparinibbana Sutta (DN 16).- Describe los últimos días del Buda, el tesoro de las últimas instrucciones y enseñanzas del Bienaventurado, antes de disolver su conciencia en la plenitud ilimitada del Paranirvana. Es también un retrato del drama y tristeza que vivieron los monjes budistas a la muerte de su amado Maestro.
Mahasamaya Sutta (DN 20).- El Gran Encuentro. Todo un séquito de dioses acude jubiloso a presentarse y saludar al Buda. Este tratado es un «Quién es quién» en el mundo celestial, y sirve para iniciarse en la cosmología de los primeros tiempos del budismo.
Sakka-paha Sutta. Cuestiones del Rey Sakka (DN 21).- Este Rey-Deva interroga al Bendito acerca de cuáles son las fuentes del conflicto y la hostilidad, y el camino que lleva a su cesación. Una enseñanza muy útil para aquellos que quieren o deben, por su naturaleza, ser reyes entre los hombres. Es de interés recordar, al respecto, que en el Canon Pali el propio Buda recuerda los centenares o miles de veces que nació como un rey bondadoso; y cómo, si rechazó ser rey de Kapilavastú es porque consideraba a toda la humanidad y a todos los seres vivos como a su familia, y de todos ellos debía ser rey y guía en las tinieblas.
Mahasatipatthana Sutta, los Grandes Marcos de Referencia (DN 22).- El Discurso de las Cuatro Elevaciones de la Atención, la clave para conquistar el estado de continua plenitud mental. Este tratado es el pilar de la meditación en el budismo Hinayana. Enseña cómo el estudio y consideración de todo cuanto atañe al cuerpo, a los sentimientos, a la mente y a todos los fenómenos de conciencia derivados de los anteriores, permite hallar el camino que conduce a la libertad y a la iluminación.
Sabbasava Sutta. Todas las Fermentaciones (MN 2).- Cómo es la alquimia que puede purificar nuestra mente y liberarnos del dolor, cómo alcanzar la felicidad de una mente iluminada. Sobre las fermentaciones putrefactas que se originan en nuestra mente y cómo vencerlas, después de identificar la naturaleza de cada una de ellas. El problema de cómo perpetuamos la noción del «yo» desde el pasado y a él nos aferramos. El poder del ahora para combatir las nebulosidades de la mente.
Bhaya-bherava Sutta. Miedo y Terror (MN 4).- Cómo vencer el miedo a la soledad y a la vida en medio de los peligros.
Vatthupama Sutta. El símil del vestido (MN 7).- La diferencia entre una mente iluminada y una mente impura.
Sallekha Sutta (MN 8).- Cómo la meditación puede despojarnos de la torpeza y la negligencia, de hacer mal las cosas.
Sammaditthi Sutta. Discurso sobre la Recta Visión( MN 9).- Exposición detallada de la doctrina de las Cuatro Nobles Verdades (en relación con la naturaleza plena de la mente y vacía de la realidad; con el «alimento» –es decir, todo aquello que hacemos nuestro– y con las 12 Nidanas o Causas Últimas de la Existencia).
Satipatthana Sutta. Los marcos de referencia y los fundamentos de la plenitud mental (MN 10). Instrucciones prácticas sobre la meditación para conquistar la plenitud mental.
Mahasihananda Sutta, el Gran Discurso sobre el Rugido del León (MN 12).- Los 10 poderes del Tathagata, sus cuatro clases de intrepidez, y otras cualidades superiores que nos permiten afirmar de él que su voz es, en todo tipo de asambleas, como el rugido del león en la selva.
Madhupindika Sutta El discurso de la Bola de Miel (MN 18).- Un discurso que produjo gran estupefacción entre sus discípulos. En él amonesta las reflexiones ociosas y la mente sin rumbo.
Dvedhavitaka Sutta, las dos clases de pensamiento (MN 20).- Educación mental: métodos prácticos para responder a pensamientos negligentes.
Kakacupama Sutta, el Símil de la Sierra (MN 21).- Enseñanzas para desarrollar paciencia.
Mahasaccaka Sutta (MN 36).- El Buda cuenta las prácticas y austeridades que lo llevaron a encontrar el sendero del Despertar.
Saleyaka Sutta (MN 41).- Cómo nuestras acciones, palabras y pensamientos determinan nuestro futuro, es decir, cómo trabaja el Karma.
Cula-Dhammasamadana Sutta (MN 45).- ¿Está bien algo por el solo hecho de parecerlo?
Kukkuravatiha Sutta (MN 57).- Si actuamos como un perro, en un perro nos convertiremos. Necesidad de elegir mejor y con más cuidado nuestras acciones.
Abhaya Sutta (MN 58).- Sobre si algo debe o no decirse. Qué y cómo debemos hablar, recordando que no solo hablan nuestras palabras, sino también nuestros actos.
Ambalatthiharahulovada Sutta (MN 61).- El Buda amonesta a su hijo, el novicio Rahula, sobre los peligros de la mentira, y enfatiza sobre la importancia de reflexionar constantemente sobre los motivos que nos impulsan a obrar.
Cula-Malunkyovada Sutta (MN 63).- Con la parábola del herido por la flecha, el Buda elude preguntas metafísicas que no tiene sentido que nos inquieten, y que no vale la pena responder.
Aggi-Vacchagotta Sutta (MN 72).- Ídem. Por qué el Buda no sostiene ninguna concepción especulativa, sino que se limita a señalar el camino de la Liberación, a ser como una antorcha en medio de la oscuridad. Metáfora de la llama extinta, como símbolo del Nirvana.
Magandiya Sutta (MN 75).- Cuál es la naturaleza del verdadero placer y de la verdadera salud.
Piyajatika Sutta (MN 87).- Cómo el rey Pasenadi de Kosala, fervoroso discípulo del Buda, llegó a estar favorablemente dispuesto hacia él, gracias a una artimaña de su esposa.
Canki Sutta(MN 95).- El criterio para elegir un maestro adecuado y cómo aprender mejor de tal persona.
Sunakkhatta Sutta (MN 105).- Se plantea el problema de aquellos que sobreestiman su progreso en el camino de la meditación. Aquel que busca el desarrollo y la iluminación de la mente como una licencia para un comportamiento sin restricciones es como el que no obedece, después de una operación quirúrgica, las indicaciones del médico; o el que conscientemente bebe una copa de veneno, o el que deliberadamente extiende una mano hacia una serpiente venenosa.
Gopaka-Moggallana Sutta (MN 108).- Cómo vivían, cuál era la disciplina budista en los primeros tiempos, inmediatamente después de la muerte del Buda.
Cula-Punnama Sutta. Discurso breve sobre la Luna Llena (MN 110).- Cómo reconocer y llegar a ser una persona íntegra.
Anapanasati Sutta. Plenitud mental de la respiración (MN 118).- Lecciones de meditación práctica, usando la respiración como soporte.
Dantabhumi Sutta (MN 125).- El Buda expone cómo educa a sus discípulos, usando el símil de cómo se domestica a un elefante.
Baddhekaratta Sutta. Un día Auspicioso (MN 131).- Sobre la necesidad de hacer el recto esfuerzo ahora, para llegar a la visión interior. El ahora es todo lo que poseemos, pues ¿quién sabe si viviremos hasta mañana?
Mahakamma vibhanga Sutta (MN 136).- Sobre las complejidades sutiles de cómo trabaja el Karma, la ley de acción y reacción, en la Naturaleza y en lo moral.
Dhatu-vibhanga (MN 140).- Un análisis de las propiedades. Discurso de las cuatro determinaciones y las seis propiedades de la experiencia. Afirma que quien ve el Dharma le ve a Él. Es decir, que Él es una encarnación de la Ley, un arquetipo de la mente divina, un Rayo de la Luz Primordial.
Chachakka (MN 148).- Cómo la contemplación de los seis sentidos (los cinco sentidos más la mente) conducen a la comprensión del no-ser, y, ultérrimamente, al Despertar.
Mahasalayatamika (MN 149).- Cómo una clara comprensión de los seis sentidos conduce al desarrollo de las Alas del Despertar y a la liberación final.
Indriya Bhavana Sutta (MN 152).- Sobre el desarrollo de las facultades latentes.
Aquellos que vivieron en tiempo del Buda y fueron sus discípulos vivieron tiempos de oportunidad. El Karma abre y cierra las puertas guiado por nuestro propio esfuerzo e inteligencia, o tratando de purificarnos de nuestra propia pereza e ignorancia. Como expresa el tratado Mahayana [5] Los Dos Senderos, la rueda del Karma muele de noche y muele de día; y estamos condenados a beber, hasta la última gota, amarga o dulce, cada una de las consecuencias de nuestros actos pasados. Pero en medio de esa rueda, tan implacable como justa; y cuyo eje inmóvil descansa en nuestro propio egoísmo, en una mente contaminada por el deseo, la palabra de los Budas es una voz que no descansa, es un mensaje que no desfallece, es una música y una sabiduría que se oye más y más en la medida que nos alejamos de los tumultos del mundo, en la medida en que la mirada del alma penetra en las profundidades de la verdadera vida interior, es decir, en las profundidades de sí misma. Textos como el Sutta Pitaka, transcurridos más de dos milenios y escritos para una psicología y una mentalidad diferentes, aún hacen sonar su verdad como campanadas en la noche, y nos convocan para un destino mejor, para una felicidad más humana. El Dhammapada significa «el Camino de la Ley»; ¿quién puede rechazar sus enseñanzas?
[1] Canon Pali , Cullavaga 11.1, citado en Filosofías de la India, de Heinrich Zimmer.
[2] Un Arhat es un monje budista que ha alcanzado la Iluminación y se ha liberado, por tanto, de las ataduras del Karma.
[3] Ídem nota 1.
[4] Estos tres últimos libros solo son aceptados como canónicos en el budismo de Birmania.
[5] Magnífica y amorosamente traducidos por H. P. Blavatsky y compilados en su obra Voz del Silencio, el tratado místico más importante divulgado en el siglo XIX.