¡Compre esta camiseta! Una acción muy simple que puede tener grandes consecuencias. La repercusión de comprar una camiseta puede alcanzar a un niño de África que sufre desnutrición, a un enfermo de un país en guerra o a una familia que ha resultado damnificada en una catástrofe natural.
Debajo de la cruda realidad de los países que se desangran en interminables guerras, de las muertes cotidianas de hombres, mujeres y niños por la violencia callejera, sea terrorista o urbana, de los millones de personas que mueren de hambre cada año, también existe un río subterráneo de solidaridad, que nutre la esperanza en un mundo mejor y que responde a iniciativas de organizaciones no gubernamentales.
“Cuando llevas una camiseta solidaria estás colaborando con una ONG. Camiseta Solidaria colabora con diferentes ONG que, con la venta de camisetas, buscan recaudar fondos para sus acciones”. Así reza la cabecera de una propuesta en la red que canaliza y comercializa camisetas (www.camisetasolidaria.com).
En un mundo de contrastes, donde viven los que tienen de todo y los que no tienen de nada, los que gozan de todos los derechos y los que no conocen ninguno, aparecen las ONG para intervenir en el ámbito cultural, social, político o ecológico, pero, siempre, con un denominador común: ayudar a otros.
Una voz desde una tela
A modo de los hombres-cartel de los pueblos de antaño, hoy también difundimos mensajes mientras caminamos, mensajes diseñados para conmover y convocar corazones. La voz de los desatendidos llama desde las letras impresas de un trozo de tela: “¡Give me hope!” (“Dame esperanza”) nos dice con apremio ACNUR (www.eacnur.org).
“En situaciones de emergencia humanitaria, ACNUR instala campos de refugiados donde distribuye tiendas y suministros de primera necesidad” –dice la ONG– y cede la palabra a Shakespeare en una camiseta para recordarnos: «No es suficiente con levantar al débil, hay que sostenerlo después».
Por un momento, se nos reclama la posibilidad de sentir que podemos ser más útiles de lo que a veces pensamos –o que nuestra comodidad nos hace pensar–, tal vez con la imagen de unos niños que pueden recorrer distancias insospechadas a bordo de un lapicero, gracias el milagro de la educación (Global Humanitaria, www.globalhumanitaria.org)
“Global Humanitaria lleva a cabo proyectos de acción humanitaria en América Latina, Asia y África con el objetivo de garantizar los derechos de la población infantil y favorecer el desarrollo integral de las comunidades”–explican ellos–.
Los desheredados ocupan todo su tiempo en sobrevivir (una enfermedad, el hambre, la guerra, las plagas de siempre en nuestra moderna versión del siglo XXI). Un buen día, seguramente cuando ya no esperan muchos prodigios, aparece un rayo de esperanza; unas cuantas personas les regalan comida, o un aula para aprender a leer, o su tiempo para jugar con sus niños, o una medicina para frenar un “simple” dolor de oídos.
Mientras, en los países del primer mundo, de los cuales proceden muchos de sus bienhechores, algunas camisetas en la calle explican esta actitud: “Ninguna acción buena se pierde en este mundo, en algún lugar quedará para siempre”. (www.fundacionvicenteferrer.org). En palabras de sus representantes, “la Fundación Vicente Ferrer es una organización humanista fundamentada en la filosofía de la acción y que trabaja para mejorar las condiciones de las comunidades más pobres y excluidas del planeta”.
Pero no son pocas las ONG que consideran que estas desigualdades tan abrumadoras existen, precisamente, por la falta de justicia con que los sectores con poder económico y social oprimen a aquellos que no pueden defenderse.
Por ello, aunque algunas ONG son promovidas por organismos e instituciones (privadas o públicas), o reciben ayudas y subvenciones de ellos, hay otras que expresamente se separan de los aportes oficiales y de los grandes capitales privados, en defensa de su independencia. Su financiación queda, por tanto, reducida a las donaciones de sus simpatizantes y a la venta de pequeños productos, como las camisetas.
“Para poder mantener su independencia, SURVIVAL no acepta fondos de ningún Gobierno nacional. Dependemos de personas como tú para poder continuar nuestro trabajo urgente con los pueblos indígenas amenazados” –nos cuenta esta ONG desde su página web– (www.survival.es). En su camiseta árboles dicen, en nombre de los yanomami de Brasil: “La selva es el sitio donde descansa el viento, donde descansamos nosotros, donde descansa el mundo”.
Voluntariado, la palabra mágica
Pero ¿quiénes son los protagonistas de esta historia? Gente altruista y militante, las ONG, ese invento que seguramente siempre ha existido, pero que hoy toma la forma de grupos de personas que se ven impulsadas a ayudar a los demás y a promover esa conducta entre aquellos que también pueden.
Muchas y muy diferentes son estas ONG, pero algo las identifica como tales: no hacen su labor por dinero, no pretenden que se les agradezca su labor (en la mayoría de los casos anónima y desinteresada en lo que se refiere a los voluntarios que las mantienen) y no solo saben que muchas veces serán ignorados por las administraciones y los estamentos políticos, sino que algunas se arriesgan a ser perseguidas por su “rebelión” en lo económico, en lo social o en lo ecológico.
La camiseta planeta frito de GREENPEACE asegura que “frenar el cambio climático es posible si los Gobiernos se comprometen a cumplir el Protocolo de Kioto” (www.greenpeace.org) y sus responsables afirman que “somos una organización ecologista y pacifista internacional, económica y políticamente independiente. Nuestro objetivo es proteger y defender el medio ambiente y la paz”.
Y es que no solamente hay ONG que luchan por paliar los males actuales, sino que también están las que pretenden promover valores o acciones que salvaguarden lo mejor que podamos dejarles en herencia a las generaciones futuras.
“INTERMÓN OXFAM somos personas que creemos en la justicia, y trabajamos para cambiar este mundo” (www.IntermonOxfam.org). Nos recuerdan que “llevando esta camiseta, promueves los valores de nuestra generación (justicia, igualdad, salud, dignidad, tolerancia, solidaridad, diversidad, paz, participación, identidad, cultura, trabajo, respeto; juntos combatimos la pobreza y la injusticia)”.
En esta línea de acción para el futuro se encuadran las organizaciones ecologistas, en algunos casos con una labor constante y poco conocida, pero sin la cual pasarían desapercibidas o se agravarían algunas cuestiones preocupantes.
“SEO/BirdLife es la SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ORNITOLOGÍA, una asociación científica y conservacionista dedicada al estudio y la conservación de las aves y de la Naturaleza” (www.seo.org). En sus camisetas vemos algunas especies de aves que necesitan protección.
¿Dónde surgen estas ONG? Unas veces, en las antípodas del problema; otras, en su mismo corazón: los que luchan contra el hambre, en los países ricos; los que promueven la fraternidad, en sociedades caracterizadas por la discriminación, la desigualdad y el egoísmo; los que reclaman un comercio justo, en los lugares donde impera la ley del más fuerte, económicamente hablando.
¿Dónde plasman su labor? A veces, en el lugar donde radican. Otras, han de recorrer miles de km; en ocasiones, sorteando bombas y metralletas; en otras, esquivando la rapiña de los caciques locales para evitar que la ayuda se pierda. Y, en cualquier caso, abandonando toda comodidad y disponiendo de su tiempo y energía en favor de los demás. ¿Locos o héroes?
Los enfermos, los olvidados, los pobres, los niños se convierten en objetivo de la acción solidaria. El desarraigo físico (refugiados, inmigrantes), social (incapacitados, enfermos inusuales) o moral (otra raza, otra religión, otras costumbres) provoca una llamada en las camisetas.
“MÉDICOS SIN FRONTERAS entra en acción ante el deterioro brusco de las condiciones médico-humanitarias de poblaciones afectadas por crisis que ponen en peligro su supervivencia o su salud” (www.msf.es). En su camiseta agenda, proclaman en qué casos actúan: “conflictos armados, desplazamientos de población, catástrofes naturales, epidemias, hambrunas, enfermedades olvidadas, exclusión”.
Acción frente a pasividad
Hay iniciativas globales que parten de organismos oficiales, como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en su campaña “Plantemos para el Planeta”, que alienta y ampara la participación masiva en la plantación de árboles, y al que se adhieren numerosas ONG, como ECOLOGISTAS EN ACCIÓN (www.ecologistasenaccion.org), GEA, GRUPO DE ECOLOGÍA ACTIVA (www.geaesp.org) o ACCIÓNATURA (www.accionatura.org); otras acciones adquieren repercusión internacional por su capacidad de captar la atención de los medios informativos en desastres naturales, como RAPID UK (www.rapiduknews.org.uk) o BOMBEROS SIN FRONTERAS (www.bomberos-sin-fronteras.es).
Pero, junto a estas, hay muchísimas más que, a nivel local, catalizan la labor de las gentes que se sienten llamadas a ayudar en algo y cuyo trabajo diario beneficia a una comunidad o a un colectivo pequeño, pero que requieren de sus voluntarios la misma disponibilidad de energía y tiempo y la misma generosidad. Grandes y pequeñas, todas son importantes y útiles. Y, generalmente, una camiseta está al alcance de todas.
Las posibilidades son muchas: una exposición artística “a beneficio de”, un curso de español para inmigrantes, fomento del deporte local, cuidado de enfermos, son acciones localizadas, pero muy útiles. El proverbio africano recogido en la página web de Bomberos Sin Fronteras se hace real: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo pequeñas cosas puede cambiar el mundo».
“¿Imaginas un mundo mejor? Una invitación para soñadores prácticos. En esta página queremos invitarte a imaginar una comunidad y un mundo mejores, y pensar cómo podemos construirlo juntos, empezando ahora mismo” (www.idealistas.org). En páginas como esta se accede, incluso, a posibilidades de voluntariado en distintas ONG que se adapten a las posibilidades de cualquier persona que quiere pasar a la acción.
Las camisetas solidarias se convierten en un cauce para aquellos que quieren ayudar a otros y no pueden hacerlo de otra forma. Los promotores de las campañas son personajes públicos o firmas de renombre que patrocinan la venta de estas prendas. Es el caso de “Cromosomos”, una idea de Andreu Buenafuente que ofrece camisetas creadas por famosos y cuyos beneficios se destinan a diferentes ONG (www.cromosomos.org) . Es también el caso de la marca de moda Armand Basi, que ha creado una línea de camisetas que destinará al programa contra el SIDA de Médicos Sin Fronteras el producto de su comercialización.
Muchos ofrecen camisetas solidarias. Está al alcance de todos adquirir una.
Esto no es una historia de camisetas. Esto es una historia de la solidaridad.