Esta película del año 2000 es la adaptación de la novela del mismo nombre de Steven Pressfield, su primer éxito como autor en 1995, al que siguió su obra más popular, Puertas de fuego, en 1998, y por la que, gracias a su lectura, muchos lo conocimos. En La leyenda de Bagger Vance, Pressfield quiso trasladar al mundo del golf el modelo de enseñanza del Bhagavad Gita —obra mística de India—, que le causó una gran impresión y a la que siempre hace referencia en sus reflexiones personales, especialmente en sus últimas obras.
Esto podría dar lugar a enormes expectativas por parte de aquellos que han leído el Bhagavad Gita y asimilado, por lo menos en parte, su enorme riqueza mística y espiritual. Eso simplemente sería un gran error, dado que se trata de una adaptación que utiliza el modelo de diálogo entre maestro y discípulo, dando lugar al despertar de su letargo y toma de conciencia de este último. Por eso debemos guardar las distancias con respecto al original.
Sobre la leyenda de Bagger Vance
La película que dirige Robert Redford con guion de Jeremy Leven es, para mí, muy agradable, de un tono sobrio y muy bella fotografía. La trama tiene lugar en las primeras décadas del siglo XX y cuenta como protagonista a un joven golfista de enorme talento y con un futuro brillante llamado Ranulph Junuh —interpretado por Matt Damon—, que marcha a la Primera Guerra Mundial como oficial de una unidad de soldados de su tierra, Savannah, en Georgia, sur de los EE.UU. y vuelve traumatizado por ser el único superviviente de esa unidad.
A su retorno, simplemente desaparece de la circulación, ignorando a la prometida que lo esperaba —interpretada por Charlize Theron— y no volviendo a tocar un palo de golf. Es decir, que se hunde en su propio infierno y se niega a salir de él. Así permanece durante toda una década, hasta la llegada del famoso derrumbe de la bolsa de 1929 y la subsiguiente Gran Depresión. El padre de su prometida había invertido en un hotel y un club de golf, pero queda en la ruina y muere. La hija, ante la amenaza de perderlo todo porque los depredadores revolotean a su alrededor para quedarse con la propiedad, toma la decisión de organizar un gran Torneo-Exhibición de golf. Para ello invita a las dos grandes estrellas del golf por aquellos días —lo que logra contra todas las expectativas y con gran habilidad—, pero los notables de Savannah requieren que un nativo de Savannah tome parte en esa partida de exhibición representando a la ciudad. Aquí surge el problema de encontrar al representante local, y solo un niño menciona al capitán Junuh, al que casi nadie recuerda, dado el tiempo transcurrido.
Indudablemente todo esto tiene mucho más sentido si el espectador de la película es aficionado al golf o amante del deporte. Las dos grandes figuras invitadas, Walter Hagen —interpretado por Bruce McGill— y Bobby Jones —Joel Gretsch—, son personajes reales, enormemente famosos en su día. Ellos tenían personalidades completamente opuestas y complementarias a los ojos del público. Walter Hagen era profesional y amante de la buena vida, mientras que Bobby Jones —la perfección como jugador de golf— siempre se mantuvo amateur a pesar de haber sido tal vez el mayor golfista de la historia.
Es aquí cuando hace su aparición un extraño personaje llamado Bagger Vance —Will Smith—, que logra hacerse caddie[1] del capitán Junnuh. A partir de este momento, el autor trata de representar de alguna manera el diálogo que tiene lugar en el Bhagavad Gita, otorgándole a Bagger Vance el rol del maestro que conduce y orienta al discípulo desconcertado, ayudándole a reencontrarse consigo mismo. Las enseñanzas u orientación que le ofrece nos recuerda, de alguna manera, al arquero zen y la idea de llegar a ser uno con la flecha para alcanzar el blanco. Adaptado al golf, se trata de encontrar el campo mentalmente y de ser uno con él para que la bola lo encuentre de manera natural al lanzarla. El proceso, como es lógico, tiene sus altibajos hasta llegar a un final inesperado pero feliz, en el que Bagger Vance se despide una vez cumplida su misión.
El personaje del narrador, que recuerda los acontecimientos siendo un anciano, es el mismo que era un niño por aquellos días y fue el que encontró al capitán para que volviera, y ha de acompañar tanto a él como a Bagger Vance durante ese proceso. Lo menciono porque en su rol de anciano está interpretado por Jack Lemmon en el que fuera su último papel en el cine antes de morir. Esto es importante para un cinéfilo, la última aparición de Jack Lemmon en el cine. Solo por verlo vale la pena ir al cine.
La crítica
Sin embargo, la crítica especializada, al parecer no gusta de los temas relacionados con la búsqueda de uno mismo. El crítico de la BBC la consideró una película «fotografiada magníficamente», pero en el fondo «un disparate pretencioso», y el personaje de Will Smith, «ridículo». Time la consideró una película vergonzosa por presentar a un «mágico amigo afroamericano». Es decir, que no podemos escapar al hecho de que vivimos en una época llena de prejuicios e ideas preestablecidas que todo lo juzga o prejuzga según el prisma imperante y la visión de lo políticamente correcto, independientemente del valor en sí que esto tenga. Quedan ya muy lejos películas de la era dorada del cine como Al filo de la navaja[2], donde estos temas no solo se trataban bien sino que gustaban a todos.
Mi opinión ya la expresé: la película me gustó, como me gusta el deporte. Con las lógicas limitaciones de una adaptación, trata de abordar temas que difícilmente se abordan hoy en día y solo por ello creo que valió la pena el esfuerzo.
[1] Caddie: aquel que acompaña al golfista durante su recorrido, cargando los palos a utilizar según el caso, y aconsejando cuando fuera pertinente.
[2] Al filo de la navaja: película de 1946, adaptación de la novela de Somerset Maugham The Razor´s Edge, con Tyrone Power y Óscar para Ann Baxter.