Desde el año 2009 la Asociación Cultural MaskeRock y el Ayuntamiento de Elche de la Sierra organizan Festival Helike Rock, que apuesta por fomentar la música en directo y promocionar a los grupos emergentes del Estado.
En esta ocasión y por circunstancias familiares, llegué con unos días de antelación y tuve ocasión de hacer un poco de turismo de naturaleza y cultural. Cerca de Elche de la Sierra y en dirección a la aldea de Villares se encuentra el Mirador de Amílcar Barca. En este paraje, con la imponente peña San Blas como telón de fondo, podemos encontrar tumbas visigodas y réplicas de estelas funerarias romanas (las originales están en el Museo Arqueológico de Albacete).
Amílcar Barca era un líder y estadista nacido en el siglo III a. C. en Cartago (hoy Túnez). Fue el padre de los famosos Aníbal, Asdrúbal y Magón. En el 228 a. C. aconteció una batalla denominada de los Toros de Fuego, entre los cartagineses y los iberos, en la cual el jefe ibero Orisson venció a los cartagineses. Dice la tradición que Amílcar Barca murió ahogado en su huida al tratar de cruzar un río que tenía un importante y violento caudal cerca de la localidad de Helike (probablemente la actual Elche de la Sierra).
Al regresar de mi periplo cultural estaba empezando el montaje del escenario del festival. Casualidad o querencia, el lugar donde pernoctaba está justo donde acaba el escenario, por lo que fui espectador privilegiado del evento. Tuve la ocasión de asistir a las pruebas de sonido de los grupos y, cómo no, al festival casi al completo junto a la balsa del Pilar.
En la «sagrada» hora de la siesta y a 35º a la sombra, comenzó el variopinto festival, donde tuve la oportunidad de recorrer varios estilos, siempre con el rock de fondo: ska, punk, rumba, reggae, rock urbano, hard rock, blues rock, psicodelia y también covers de Extremoduro y AC/DC.
Abrieron el festival The Puggies, un grupo de punk rock y ska, aunque ellos dicen que hacen pug rock y su lema es «Venimos a ladrar y nadie nos va a callar. ¡Viento en pug a toda vela!».
Hay una canción, Medios de desinformación, donde critican las fake news y las mentiras de los medios de comunicación. La intención de las noticias falsas es clara: se trata de sembrar el miedo y que pensemos lo que los dueños de los medios quieran.
Seguramente, la mejor forma de manipular las mentes es a través de los medios de comunicación. Es la forma mayoritaria con la que nos «informamos» cada día. Aunque estamos hartos de escuchar que tal medio es independiente e imparcial, la realidad es que esto no se lo cree casi nadie. Cualquier medio de comunicación tiene una clara tendencia política. Es tragicómico que, ante una misma noticia, diferentes medios ofrecen titulares totalmente opuestos. Esto nos lleva a deducir que, además de transmitir una noticia, para los medios es esencial hacer una valoración de la misma.
Nos acostumbramos a escuchar enardecidos debates políticos por parte de los mismos tertulianos, que lo único que saben es chillar e interrumpir. ¡Como si levantar la voz e interrumpir fuese sinónimo de tener razón! En realidad, están actuando según los dictados del guionista del programa. Cabe recordar que en la tele se suele recurrir al morbo para subir las audiencias.
La tan aclamada objetividad no existe. Aun suponiendo cierto profesionalismo exento de partidismos, el periodista no puede obviar sus tendencias, prejuicios e influencias. Por ello, cuando leemos una noticia, estamos siendo influidos por la persona o personas que la han escrito.
Siempre es bueno informarse por varios canales. No solo la prensa escrita, también internet y redes sociales. En ocasiones, hay que buscar otros medios de información más allá de los habituales (televisión, prensa).
No soy muy partidario de los influencers, los nuevos «héroes», generadores de opinión. Casi sin darnos cuenta (y en parte por nuestra propia comodidad) piensan por nosotros y deciden cómo debemos vestir, que corte de pelo llevar y qué debemos comer.
Vienen a mentirte, tienes que creerles…
Te digo lo que quiero, lo otro me lo callo.
Hoy, como todos los días, perpetúan el montaje.
Los que les han pagado te mandan su mensaje.
Apaga la televisión, vives en la era de la desinformación.
Recordando el famoso mito platónico de la caverna, podríamos pensar que las cadenas pueden ser físicas y también mentales. Una forma de liberarnos es a través de la investigación, ampliar nuestros puntos de vista de la realidad que nos presentan, no creer todo lo que los medios nos cuentan, tener la capacidad de discernir lo que puede ser verdad y lo que es mera desinformación y manipulación interesada.
Del mismo modo que podemos seleccionar los alimentos y desechar los que nos dañan la salud, deberíamos tener la capacidad de cribar los contenidos con los que constantemente nos bombardean. Para ello, la filosofía práctica es una excelente herramienta, puesto que el conocimiento adquirido nos ayuda a ser más libres. Tener más libertad nos ayuda a no caer en manipulaciones. Una práctica que los filósofos recomiendan es la reflexión: después de recibir la información, dediquemos unos momentos a reflexionar sobre ella.
Recordemos el famoso filtro de Sócrates: si lo que nos llega a través de los medios no es verdadero, bueno ni necesario, no darle demasiada importancia. Si la noticia no pasa estos tres filtros, seguramente no contribuirá a mejorarnos a nosotros mismos ni a aquellos que nos rodean.