Hay momentos en la vida en los que nos damos cuenta de que nuestra perspectiva influye profundamente en cómo entendemos y experimentamos el mundo. Es como si lleváramos diferentes gafas, y elegir el par correcto es crucial para ver las cosas con claridad.
Podemos imaginar estas gafas como una forma de ver las cosas tal como son. Cuando miramos la espiritualidad a través del lente de la ciencia, todo se convierte en datos, y las experiencias que enriquecen el alma se descartan rápidamente. Pero debemos aprender a vivir con lo que no se puede probar, porque algunas verdades solo se sienten en el silencio del alma. Nos recuerda que algunos aspectos de la vida están destinados a sentirse, no a medirse. ¿Qué sería la belleza del amanecer, cuando sus rayos tocan con gracia el mundo que despierta, si solo se percibiera como la dispersión de fotones, sin haber experimentado jamás el viaje que realizaron a través de períodos de tiempo y distancias que simplemente no podemos comenzar a imaginar?
De manera similar, si me pongo las gafas de la espiritualidad para ver la ciencia, puedo subestimar sus logros, viéndolos como algo desconectado del alma. Podríamos confundir la casi religiosa determinación de una persona notablemente inteligente que se propuso encontrar las verdades ocultas de nuestro universo con un asunto de fe. Caminar por un camino sin considerar el valor de otros es permanecer ciego a los muchos rayos de verdad. Estas palabras enfatizan la importancia de abrazar múltiples perspectivas, ya que cada una revela su propia forma de luz.
También hay que recalcar que no debemos olvidar cambiar las gafas que llevamos cuando cambiamos el tema que observamos. Entender cuándo cambiar de gafas se ha convertido en una habilidad valiosa. La religión, por ejemplo, no trata de pruebas tangibles; trata de historias, rituales y símbolos que nos guían a una conexión más profunda con lo divino. La ciencia, cuando se aborda con razón e investigación, nos permite maravillarnos de la estructura del universo y de nuestro lugar en él. La clave es saber que ninguna perspectiva es completa por sí sola.
Esto se aplica a muchos otros aspectos de la vida. La naturaleza, observada a través de gafas económicas, solo podría revelar la forma en que los árboles sirven como buenos muebles. A través de gafas tecnológicas, se convierte en una fuente de innovación y desarrollo: el bosque se convierte en una fuente de materias primas, los ríos en una fuente de energía, y la vida silvestre en nada más que un análisis para el avance biotecnológico. Ahora imagina quitarte estas gafas y reemplazarlas por unas ecológicas. El valor ecológico que de repente aparece, la realidad de la naturaleza se hace evidente. Cambiar a gafas ecológicas, en cambio, enfatizaría el equilibrio, la interconexión de las especies y el valor intrínseco de la naturaleza más allá de su utilidad.
Quizás sea importante también discutir el uso de rituales. Nuestra existencia está llena de lo obvio y lo oculto. Un gorro de cumpleaños, un vestido de novia, un traje de baño; todos representan ideas importantes. Un chándal en una boda está completamente fuera de lugar, ya que las gafas usadas para el atletismo harían que una celebración de boda se vea muy extraña. Así, todos los rituales y tradiciones serán malentendidos cuando no se lleven las gafas correctas. El acto de llevar un ataúd, guiando el alma a su lugar de descanso final; qué hermosa manera de honrar a alguien. Qué extraño debe de parecer cuando se ve a través de las gafas de un concierto, donde el artista es llevado por la multitud. Una ceremonia religiosa, en la que el creyente muestra su dedicación al ideal supremo al levantar una cruz hacia los cielos: ¿cuán diferente es eso de levantar la foto de tus padres al punto más alto de la pared?
Los símbolos son algo que considerar en sí mismos. La cruz sagrada que se usa en las iglesias o el saludo de un soldado. El emblema que representa una familia o la bandera que representa un país. Los símbolos pueden tener un valor que solo se ve cuando se miran de la manera en que fueron hechos para ser vistos. Desde tiempos antiguos hasta la actualidad, atribuimos valor a los símbolos. El gran filósofo Carlos Adelantado explica: «Los símbolos nos permiten utilizar una manera de reconocer el lenguaje de la vida, lo que la vida nos quiere decir, de una manera mucho más directa».
¿Estarías de acuerdo en que la única manera de ver el verdadero significado de lo que estás observando, y entenderlo completamente, es mirarlo a través de las gafas correctas, asegurándote de que tu comprensión coincida exactamente con lo que representa?
Para avanzar por la vida con claridad, debemos aprender a cambiar nuestra perspectiva según el contexto. La sabiduría se encuentra en la capacidad de adaptarse, de ver más allá de lo conocido y de sentir lo que realmente se puede sentir. Y lo que lo hace aún más importante, querido observador, es que esta vida sea una vida tan completa. Está llena de lo asombroso y lo aburrido, lo temeroso y lo tranquilo, lo rápido y lo lento; todo es una parte importante de nuestra realidad. Y en nuestro camino hacia la verdad, debemos entender que nuestro punto de vista depende de las gafas que estamos usando.
Al llevar las gafas correctas, podemos navegar por los diferentes terrenos de la existencia sin perdernos.