Culturas — 1 de julio de 2013 at 00:00

El origen de los elefantes

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Esta historia pertenece a la tribu de los Kamba.
Había un hombre muy pobre que, desesperado por su pobreza, fue a pedir ayuda al médico-brujo de la tribu.
–Ve a ver a Ivonya-ngia –le dijo el brujo–, él hace caridad con los pobres.
El hombre se puso en marcha y, al cabo de mucho tiempo, encontró a Ivonya-ngia en su poblado:
–Dime, Ivonya-ngia, cómo podría hacerme rico?
En ese momento, Ivonya-ngia le dijo a sus pastores:
–Dadle a este hombre cien vacas, doscientas ovejas y trescientas cabras.
–No, no quiero caridad. Yo quiero saber el secreto para hacerme rico.
Ivonya-ngia, el hombre rico, después de pensar mucho, le dijo al hombre pobre:
–Friega con esto los colmillos de la mandíbula de tu mujer. Espera que le crezcan y véndelos.
Así lo hizo el hombre, y unas semanas más tarde los colmillos de su mujer habían crecido como un brazo y eran de marfil puro. El hombre los arrancó y los vendió en el mercado. Semanas más tarde, a su mujer le habían vuelto a crecer los colmillos y, de nuevo, el hombre los arrancó y los vendió. De este modo se hizo rico.
Su vecino, que estaba envidioso de la suerte del hombre, le preguntó cómo se había hecho tan rico:
–Ve a ver a Ivonya-ngia –le dijo.
Así lo hizo el vecino y también recibió el ungüento mágico. Se lo puso a su mujer y también a esta le crecieron. Pero nadie le dijo que tenía que arrancarlos y venderlos, por lo que los colmillos de la mujer crecieron tanto que la cara y el cuerpo de la mujer fueron cambiando hasta que se transformó en una elefanta tan grande que reventó la cabaña y se fue.

Cuento tradicional de Kenia

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